--Fadia
En mitad de camino, el joven que acompañaba a la Dama Drakulka, tras oírla mientras se iba acercando la intercepto. Fadia se fue acercando a su puesto de verduras para explicarle al caballero todo lo que estuviera a su alcance. Le fue llevando a la calle de los hortelanos para mostrarle esa parte del zoco. Allí, se encontraban todos los verduleros de la ciudad y allegados.
-Señor Medinaceli, como podrá observar toda la verdura se coloca en canastos, de esta forma el comprador, no diferencia a cual de todos nosotros esta comprando. Antaño existía una organización donde segun el tipo de campo nos poníamos todos de acuerdo con el precio y así se lo hacíamos saber al alcalde. Sin embargo, en estos momentos, dependemos del precio que se nos asignen. - se acerca a Yaiza y le susurra que ya puede irse a atender a sus clientes-En los anuncios oficiales del ayuntamiento, se puede observar claramente, tanto como advertencia como información, que de 10 esc es nuestro límite y el recomendado es de 9 escudos con 50 denarios.
Fadia, fue ha por su licencia, que tenía debajo del puesto. Ella quería mostrarle, que para vender ese producto era necesario cumplir una serie de requisitos. El ayuntamiento dictaba los precios, siempre y cuando no existiese una ley superior en la que los regulara. Aunque, era bien sabido que de por sí, supuestamente había una. Los ayuntamientos, si vendían al reino y el reino compraba ese tipo de productos, decidían el precio para comprar a las alcaldías, si querían tener beneficios, modificaban la tabla de precios obligando a los verduleros a bajar su precio y así conseguir ganancias. El problema era cuando, aunque el reino necesitará verduras y el mercado tenía sólo capacidad para alimentar al pueblo, el alcalde meditaba sobre qué era mejor, el pueblo o las arcas.
-El tema de los precios, son más complejos de lo que parecen.- Se guarda la licencia y le intenta resumir al máximo esa cuestión.-La Corona de Aragón es bastante singular. En el reino que habitamos, lo que más abunda son los vergeles; Calatayud, Huesca, Jaca y Fraga. Esas villas son nuestros principales competidor, dado que las verduras y las frutas sirven para lo mismo. Las otras villas son de bosque, donde los que nos dedicamos a este cultivo, no tenemos competidores, salvo que el alcalde traiga fruta mediante mercaderes. Esos casos sólo ocurre en situaciones muy puntuales en los que o bien no hay verdura o se han disparado los precios.
La averroísta, decide que tras explicarle el motivo del por qué los precios a los que vendían los hortelanos ese producto. Era el momento de mostrarle su mercancía e intentar, sino vender al menos que sepa alguna receta para cocinar con ellas.
-Nosotras, la Dama Kalahn y yo, nos hemos especializado cada una durante esta estación a dos verduras concretamente. La calabaza ella y el calabacín yo. Mi intención es promover un plato muy típico de Zaragoza, según tengo entendido...al contrario de ella, que vende su producto tras pasar por una serie de procesos. Según ella, la verdura hay que acercarla a la población infantil y de ahí que venda galletas de calabaza y pasteles de calabaza. Como puedes ver, aquí sólo hay calabacines.
En ese mismo instante, un caballero se acerca para comprarle un par de calabacines, ganándose ese día 19 esc. Como iba al mercado cada 10 días, de sus 6 verduras, sólo le faltaban por vender las 4 restantes. Dentro de una cesta de mimbre, la mujer tenía su comida. Fadia sabía que una a veces termina de venderla toda en uno o dos días como muy temprano. Ya era la hora de comer y ese olorcito de calabacines con bacalao hacia resucitar hasta a un muerto.
-Señor Medinaceli, ¿queréis acompañarme con este manjar?- abrió la cesta, sacó el plato de calabacines rellenos de bacalao ajorriero. Sin embargo, si el caballero aceptaba la proposición, no era muy difícil encontrar otro plato y cubiertos para él. Es un plato exquisito y no lo digo sólo porque es de mi propia huerta el calabacin. El pescado es lo que más cuesta encontrar. El único lago del reino, Caspe, ya no pertenece al reino pero, si a la Corona de Aragón. No sé muy bien como esta el asunto pero, al parecer sólo hay relaciones diplomáticas con el sur de Francia. Es decir, que pese haber reinos hispanos o de la misma corona a la que pertenecemos, si quieres pescado o pides permiso para viajar a esos confines y a eso añadir que has de mostrar tu mercancía. Si lo deseas vender, necesitas permisos dado que no son producidos en Zaragoza y, hasta donde sé aun no se puede pescar aunque los campos de maíz y verduras, así como los de ganadería tengan sus propios reductos de agua, manantiales, lagos, etcétera.
A la espera de una confirmación o negación por parte del señor, Fadia le fue contando la receta, el modo en que lo había cocinado.
-Para realizar calabacines rellenos de bacalao se necesita calabacines. Para el bacalao ajoarriero: bacalao, ajo, pimiento rojo y verde, tomate, cebolla y aceite. Para la salsa de pimientos: pimientos choriceros, pimiento rojo, cebolla, ajo, aceite, harina, caldo de pescado.- la mujer enumero detenidamente todos los ingredientes y ahora, mientras comenzaban a comérselo, Fadia fue apartando los ingredientes explicándole como se ha realizado- Se desala el bacalao y se desmenuza.
Se corta los pimientos y la cebolla en juliana fina. Se pone en olla para que se vaya pochando muy despacio con un par de ajos y la hoja de laurel. Cuando la cebolla esté casi dorada, añadir una cucharada de harina y los tomates cortados a trozos. Dejar cocer 10 minutos despacio. Se Añade el bacalao y se vestofa el conjunto 10 minutos. Luego se prueba y se rectifica de sal. - lo mira a los ojos para cerciorarse que no lo ha liado y continua con la receta- Para cocinar la salsa de pimientos se pone las ñoras a remojo.Se estofa despacio el pimiento, el ajo y la cebolla. Cuando esté bastante estofado añadir las ñoras, un poco de harina y el caldo de pescado y se deja cocer 10 minutos, se tritura y cuela más tarde. Finalmente, los calabacines se cortan por la mitad y se vacían con un sacabolas. Se cuece en un recipiente con agua hasta dejarlos un poco tersos. Se rellena los calabacines con el bacalao y salsear al momento de servir.
El joven, ya había devorado medio plato, se quedó observándolo, pensando en que la receta la tenía apuntada de memoria. A lo lejos ve a su casera con una serie de capazas de esparto y la mirada indefinible. Fadia, se levanta para darle un abrazo y dos besos, con la sensación agridulce de que algo va a suceder.