Cyliam
Habia permanecido callada todo el tiempo, nunca se la habia dado bien tratar esos temas, era demasiado inocente para comprenderlo en su conjunto, aun asi habia escuchado atentamente todo lo que habian comentado los hombres. Apenas levanto la cabeza cuando escucho al gallego comunicar la muerte del Rey, permanecio cabizbaja, pequeña en cierto modo, pues ademas de ser la unica mujer en la reunion no se creia con poder para interrumpir la charla. Guardo el pergamino del gallego en el zurron y afirmo con la cabeza, apoyaria al candidato, terca como era nadie podria sacarle esa idea de la cabeza.
Cuando escucho al conde hablar ladeo la cabeza dejando que varios mechones pelirrojos cubrieran medio rostro mientras que el otro medio miraban al conde fijamente. - Teneis razon Conde. Esos pendientes de rubies iban a ser suyos, como buena ardilla le gustaban las cosas brillantes y unos rubies que adornasen sus orejas a conjunto con sus cabellos rojos serian la envida de muchas.
Aun con la mirada fija en el Conde sonrio levemente, ¿quien sabe si podria sacar algo mas de aquel acuerdo? - Estoy totalmente de acuerdo que se necesita a alguien con fuerza en el trono, alguien de quien poder sentirnos orgulloso de llamar majestad... Finalizo mientras ordenaba los mechones de pelo tras sus orejas.
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