Afficher le menu
Information and comments (0)
<<   <   1, 2, 3   >>

La ceremonia de la Jura del Fuero

Naiara


¡Maldición! ¿ porque no me llamaste ? gritó la de Raywound a su hermana.

¿ Que te pasa niña ? no grites en ese tono

Nita acabo de despertarme, no llego a la Jura del Fuero, ¡¡Date prisa ayudame!!

Nai ayudada por su hermana, se puso uno de sus mejores vestidos, una refinada hopalanda, con un escote cuadrado y ajustado, denotando recato y pincelando elegancia, al cuello un sencillo colgante de plata. La sobriedad del morado unida a dorados hilos sutiles que recorrían la prenda de arriba a abajo en zig zag, estilizaban la figura de la elegante embajadora, que cabalgó con presteza hasta el lugar de la ceremonia.

Nai llegó justo después que cerraran las puertas, así que tuvo que buscar a alguien para que le colara por una puerta lateral.

La joven acertó a adentrarse en la sala de la jura, poco a poco pasó entre la gente con mesura, hasta lograr un lugar idoneo, el cual le permitió escuchar perfectamente al Rey, pronunciando sus palabras en el momento crucial de la ceremonia.

Lo miró discreta desde lejos, en todo momento atenta a sus palabras y las de sus consejeros.

El protocolo implantaba en los presentes un ambiente respetuoso, las hileras de la guardia real arropaban a la muchedumbre, que contemplaba con admiración la iluminada estancia. La claridad del lugar, se veía ilustrada por el reflejo de los rayos del sol, que penetraban por las vidrieras y chocaban sobre las alabardas de los soldados, reflejando los haces de luz en los rostros de todos.


_________________
Jaleo


Cuando me pareció que ya habían pasado todos me acerqué con paso firme, dando un taconazo puse una mano en el fuero de la corona y con la otra sujeté la empuñadura de mi espada.
Con una leve genuflexión comencé a jurar los fueros:

Yo, Jaleo de Guardo, Caballero de Castilla, Capitán de la Guardia Real, juro solemnemente con todos los presentes como testigos, defender con mi honor y mi lealtad los Reales Fueros de Castilla, cumplirlos y hacerlos cumplir con todos los medios que tenga a mi alcance,y juro velar por la seguridad de su Majestad,entregando mi vida si fuese necesario.Si rompiera este juramento, que caiga sobre mí la Justicia Divina y Terrenal, hundiendo mi nombre en la ignominia del deshonor.

Sabía lo que eso conllevaba...y sabía que lo cumpliría.

_________________
Carolum


La luz del sol que se colaba por las ventanas, creaba en el interior del Salón del Trono una especial aura, dotando a los presentes de una luz especial, que enfatizaba aquel momento tan importante. El rey escuchó de pié el juramento de cada uno de los Jefes que habían sido elegidos tras la convocatoria pública... nunca olvidaría sus palabras y gestos, para bien o para mal. Sólo el tiempo diría si había sido una buena elección, o no.

Fue entregando a cada uno de ellos los símbolos propios de su cargo. A la Vizcondesa Adiii le entregó un bastón de mando militar, grueso y corto, de roble y tachonado con clavos de bronce. - Os hago entrega de este bastón, símbolo del mando que tiene el Condestable sobre sus hombres, siempre en nombre del Rey. Cumplid con vuestro cargo y obligaciones con diligencia y honor.- Después tocó el turno al Marqués de Gondomar y muchas otras cosas. La tensión entre los dos hombres siempre era latente... el Borja nunca perdonaría el duelo secreto y las banderas de Alba, que el Galego tenía guardadas en su castillo. Con una sonrisa torcida, pues él bien sabía que a pesar de la amistad, el marqués era su vasallo y le debía total lealtad, escuchó sus palabras, recordando especialmente su juramento, por su algún día le daba por romperlo... le caería algo más que la Ira de Dios... la de los Borja, que era más inmediata y dolorosa quizás. - Os entrego los caduceos y el tabardo de Maestro de Armas, símbolos del heraldo, y fiel servidor del rey-. las últimas palabras las acentuó, hablando mas lentamente.

El siguiente en acercarse fue Ruy, su primo. En él veía la magnificencia y soberbia de la difunta Elena, aunque aún no había aprendido bien a manifestar esas armas. Ya tendría tiempo de ello. El nuevo Jefe de Diplomacia había demostrado en los últimos meses haber sido trabajador y responsable, en quién se podía confiar. Era uno de los mejores candidatos para ese cargo. - A vos os hago entrega de las llaves de oro de la Diplomacia, vuestro deber será llevar la palabra del rey hasta los demás países en pos de los intereses de Castilla. Cumplid con honor vuestro juramento-. El último de los jefes - a pesar de que aún no se había decidido sobre el Tribunal de Apelaciones y la casi desaparecida Institución de Verificación Económica, de la que el rey tenía ya planes bien definidos - fue el capitán de la Guardia Real, el señor Jaleo, caballero de la Corona. - Y en vos recae una importante responsabilidad, proteger a la familia real. Nunca falléis a vuestro juramento. Os hago entrega del pendón de la Guardia Real. ¡Que sea portado con orgullo!.- Cada uno de ellos regresó a su sitio, unos pasos atrás, en primera línea.

- Don Ruy Tristán, arrodillaos!.- ordenó el monarca con autoridad mientras desenvainaba la espada con movimientos lentos y solemnes. La hoja de acero templado brilló en la sala, arrancando destellos fríos.

_________________

Zebaz
Todo se había descontrolado, aquellos aplausos habían derivado en gritos y vítores al Rey. Nada por lo que disgustarse, pues los vítores al Rey significaban que el pueblo y la gente de Castilla quería y apoyaba a Carolum. Pero aquellos aullidos producidos por la Vizcondesa de Linares ... desconcertó al Campeador. Que clase de grito era eso? Y en la Corte del Rey?
La única pagana que le parecía educada, simpática y una mujer como las que no habían, empezase a aullar como si un ataque cerebral le estuviese cogiendo en mitad de la ceremonia.

La jura de los consejeros del Rey empezaba bien, hasta que diviso en la parte de atrás a la mujer de las embajadas. No había pasado por la recepción, por lo que no entendía como podía haber accedido a la sala. Con una sonrisa y con disimulo se fue retirando de la primera linea.
En silencio susurro a uno de los soldados.


No había ordenado que la sala del trono permaneciese cerrada! Que nadie pudiese entrar despues del cierre de las puertas? Que malo era querer gritar para reñir y no poder.

Así es Señor!Dijo el soldado.

Así es... así es... pero aquí se cuela todo el que quiere!!! Y se aparto y fue dirigiéndose hasta donde se encontraba la una persona de todo el palacio que trabajaba de verdad. La embajadora. En el reinado de Elena, los únicos trabajadores fueron los sastres y el Secretario Real, el Marques de Gondomar. Y en el reinado de Carolum era la embajadora.
Todas las horas estaban juntos, pero en los despachos no había ningún papel. Que gran memoria tendrá para no tener que anotar en ningún papel todo lo que hablan durante tantas horas. Decía siempre el Barón.

Empujando con disimulo a los invitados, iba pasando haciéndose sitio hasta situarse al lado de la embajadora. Y mirando al frente sin perder detalle de la jura de los consejeros de dijo.


Embajadora debería usted saber que llegar después que el Rey es una gran falta de respeto, y colarse en el salón del trono, a parte de demostrar que se puede burlar la seguridad de la Corte Real, ha demostrado que se puede colar en cualquier rincón del palacio como un ladrón, que busca comida.

Espero que la próxima vez que no llegue a un acto oficial, desista y se quede terminando las labores que le entretuvieron.
Sus palabras fueron serias, por aquello de montar el espectacular y de tratarse de la amiga intima del Rey que no llamo a la Guardia Real. Pero debía indicarle que mientras él se encargaría del control de la Corte Real, no iba a permitir faltas de respeto.
_________________
Ruy_tristan


La ceremonia parecía haber terminado y cada Jefe de las Instituciones Reales miraba con alegría cada objeto que el Rey le había entregado en señal de sus cargos y sus responsabilidades. Ruy Tristán, con la mirada, sus ojos verdosos se clavaban en la fina artesanía de las llaves de oro que le había entregado su primo Carolum.

Más algo aguardaba en la ceremonia, pendiente y en secreto, parecía manifestarse. El sonido de desenvainar una espada se esuchó en toda la sala, el metal de una espada había sido frotado con su vaina y mostrado a la luz del salón. Ruy Tristán no sabía de donde había venido, más reconocía cada espada pues la basta experiencia en el campo militar le hacían gala. Pronto supo que aquella espada era de un excelente metal, pues parecía que hubiese cortado el viento al salir de su lugar. Miró a diestro y siniestro, y fue en siniestro donde la encontró. Alzando la vista logró contemplar el filo de la espada, ésta sujetada por el Rey.

El Borja miró fijamente a Carolum, los ojos de ambos se fusionaron en una misma mirada, ferviente, como años atrás le hubiese mirado su hermana al enterarse que había vuelto a Castilla. Nombrole, y mando arrodillar al Trastámara ante su real figura. Ruy confiaba en Su Majestad, le castigase o le premiase le seguiría apreciando, por lo que el Hidalgo se dejó llevar por la situación, algo inquietante. En un momento, después de haber observado las atentas miradas de los allí presentes que se habían quedado con la boca abierta, y observando además las miradas de sus compañeros, sin mostrar gesto alguno. Firme y sereno se acercó Ruy a los pies de su primo, una vez más se encontraba a sus pies.

_________________
Carolum


Con la espada apoyada con la punta en el suelo, y con las manos agarrando la empuñadura, el rey miró a su primo arrodillado ante él. Levantó la hoja de acero sin dificultad, como si fuera muy liviana, muy lijera. Con el extremo afilado tocó el hombró de su primo.

- De cuna castellana, pero con pocos años, viajásteis a Francia, siendo sólo un niño, con el deber de aprender de los más sabios eruditos. Allí habéis crecido y madurado. Desde vuestro regreso, ya hecho un hombre, habéis servido con lealtad a los castellanos y a la Corona, habéis trabajado sin descanso para la mayor gloria de nuestro reino. Es de justicia que ahora ocupéis, en honor a vuestro linaje, un gran cargo de responsabilidad.- hizo un pequeño silencio - Yo os nombro, Príncipe de Asturias. Que Dios Todopoderoso os guíe en la gran tarea que ahora tenéis por delante..-

El rey se enfundó la espada y se quitó la corona que llevaba puesta. Permaneciendo Ruy aún de rodillas, lo coronó con aquel círculo de oro. - Alzáos como príncipe heredero de Castilla y León... ¡Viva el príncipe Ruy!- gritó.

_________________

Vibora


Estaba absorto en sus pensamientos, intrigado si el de Illueca habría sabido disponer el tradicional "croqueteo" de las ceremonias castellanas.

Su olfato le decía que bien aún quedaba mucha ceremonia por delante, bien se le había pasado respetar la costumbre.

Entonces, un grito del rey le sacaron de su concentración.

- ¡Viva el príncipe Ruy!

El instinto le hizo decir, no con mucho ímpetu, por la sorpresa

- ¡Viva!

Y contó mentalmente

- Elena, Carolum y Ruy... esto ya es dinastía. La dinastía de los Borja, que con todos los que son, habrá que tratar de llevarse con ellos lo mejor posible.- una sonrisa asomó a sus labios buscando el gesto del de Gondomar-A éste se le van a atragantar las croquetas... si las hay.

Y su mente volvió a pensar en la revolución nobiliaria que podría montarse como no hubiesen croquetas.

_________________
Naiara


Nai estaba acostumbrada a escuchar refunfuñar al barón, pues derrochaba carácter estricto, y cualquier pequeño paso fuera de su línea, era siempre puesto en entredicho.

En esta ocasión el barón fue transigente con la joven embajadora, pues entrar en la sala, después de hora no era más que desafiar a su paciencia.

El Barón se acercó disimuladamente hasta situarse junto a ella, y le dió reprimenda. Naiara se sonrojó y moviendo los ojos un poco simuló un instante, mirar con atención la jura, pero era evidente su sofoco, había obviado fuertemente el protocolo y aunque gozaba del permiso del Rey, habría sido en ese caso, mucho más acertado llegar en hora.

Sin dejar de mirar el evento con la solemnidad requerida, la joven embajadora se disculpó diciéndole:

- Creo que me perdí como los guardias llegaron a cubrir esta sala, eso os confirma que he sido un poco atrevida, pero espero que me perdonéis pues preferí no venir en hora, a declinar la invitación a tan ilustre acto, tan solo por mi tardanza. Si aceptáis mis más sinceras disculpas, os puedo acompañar a recuperar vuestro lugar, junto al Rey y la guardia real....

Nai sonrió cordial al barón y con un gesto cortés, a modo de invitación, elevo el brazo dirigiéndolo hacia el, inclinó levemente la cabeza y así matizo la invitación y el gesto de disculpa.

_________________
Ruy_tristan


-Alzáos como príncipe heredero de Castilla y León... ¡Viva el príncipe Ruy!.-dijo el Rey.

Su voz resonó en todo el salón y el Borja se quedó perplejo ante tal noble acto de su primo para con él. Miles de recuerdos se mostraban ahora en la mente del Borja, entre ellos recordaba a toda su familia, su niñez, la adolescencia en Francia e Italia,... gratos momentos. Ruy no creía lo que oía, parpadeó repetidamente mientras miraba hacia abajo como buscando la respuesta en las baldosas de mármol. Notaba el peso de la corona dorada en su cabeza, ésta se había posado con maestría en su largo pelo castaño con rigidez soberbia.

El Trastámara se levantó, con posición firme y tez serena. Miró al Rey, a sus compañeros, y a los castellanos con honra y alegría, que rebosaban ahora en el corazón.


-Castellanos, mis hermanos, mi pueblo. Sois mi motivo de progreso y todo lo que he hecho, hago y habré de hacer será en pos de vuestro bien, y el bien de Castilla y de los castellanos. Quiero que veáis en mi nueva posición como Príncipe de Castilla y León, un acercamiento más especial hacia todos vosotros, no quiero que lo veáis como una lejanía, un distanciamiento, si no todo lo contrario. A partir de este día, yo, Ruy Tristán de Trastámara Borja, juro por mi fe, por mi honor y por todo aquello a lo que aprecio y amo, ser fiel a Castilla, a sus ciudadanos, a sus costumbres.

Con esta nueva etapa del reinado de mi primo, Su Majestad Carolum I, deberemos afrontar nuevos retos todos juntos. Está en nuestra mano hacer de Castilla un lugar mejor para todos, y yo trabajaré y haré todo lo que esté en mi mano para que esta realidad se siga manteniendo en el paso del tiempo.

¡Viva Castilla y León! ¡Vivan los castellanos y las castellanas!.


El Príncipe había dado su primer discurso ante el pueblo castellano, éstos, eufóricos como él, gritaban alegres y llenos de orgullo por hacerse llamar castellanos y vivir en una tierra tan rica en valores y buenas gentes. El Borja dirigió su mirada hacia Carolum, con los ojos húmedos logró encontrar la mirada del Rey, se acercó a su primo, y le dio un abrazo. Carolum se había convertido en la persona en la que más confiaba desde su regreso a Castilla, le había dado sabios consejos, le había abierto las puertas hacia los demás miembros de su familia, le estaba eternamente agradecido y eso no se podría expresar con meras palabras.

_________________
Carolum


- Bueno bueno, como ha aprendido el niño.- pensó para sus adentros. Tras escuchar las últimas palabras al príncipe, el rey no pudo controlar una carcajada, pensando que ya solo faltaba vitorear a San Fermín y lanzar el chupinazo para que los bravos y mansos salieran en carrera a por las bandejas de croquetas y canapés que se habían preparado. A él también le rugía el estómago tras aguantar aquella larga ceremonia... pero aún quedaba un pequeño detalle...

- Y ahora, para finalizar, antes del ágape que los cocineros de palacio han improvisado, quiero hacer un ultimo anuncio-. tomó aire - Nos, el rey-. que bien quedaba eso - hemos decidido - quizás debía empezar a hablar de él mismo en tercera persona, como el gran Julio César - mantener como Pares de Castilla a Don Astaroth da Lúa, a Doña Adiii García y a Don Víbora de Guzmán; además, se incorporarán dos nuevas personas: Doña Urania de Winter, Marquesa de Santillana, pues tras todos estos años de servicio en la Corona, deseamos ser aconsejados por sus sabias palabras, y también será nuevo Par, el Príncipe de Asturias, en quien confiamos plenamente-. bajó los tres escalones del altillo del trono - ¡Y ahora sí!, quería haber hecho un banquete, pero todos conocemos la precaria economía de nuestro reino, así que, solidarizándonos con nuestro pueblo, al que amamos como a un hijo, hemos decidido economizar y hacer un simple ágape...-

_________________

--Petra_




Desde la cocina de palacio se escuchaban los vítores al monarca. Las cocineras nerviosas ya tenían listo toda clase de manjares preparados en generosas viandas.

Alguna con la petaca en la mano para relajar los ánimos como Petra, la jefa de cocina, mujer bajita y oronda que poseía dos cántaros por teta, la misma que había supervisado al detalle cada bandeja, antes de que el ujier de vianda saliera por la puerta a servir a los invitados.

En la enorme mesa de la cocina había toda clase de bocados que harían las delicias de cualquier paladar. Un faisán engalandado con sus mejores plumas, el cual curiosamente lucía los colores del blasón de la corte, también había cordero al estacazo, pato griego al orange, soufflé de cardo borriquero a las finas hierbas, pastel de membrillo con confitura de malacatón y las famosas cocretas que no podían faltar entre tantas delicias.

Faltaban manos para servir tanta comida, así que Petra arrimó el hombro y poniéndose la cofia y el delantal como mandan los cánones de protocolo real, saldría a servir los aperitivos junto con los demás criados.

- Aquí zobra una cocreta...- murmuró Petra, mientras se comía una humeante cocretilla de la bandeja para luego camuflar artísticamente la oquedad de la composición gastronómica con un poco de lechuga, antes de salir por la puerta de la cocina.

Vibora


Al fin, un agradable y bien reconocible olorcillo alcanzó sus fosas nasales. Giró la cabeza hacia la cocina y descubrió con satisfación que las afamadas croquetas de la corte castellana comenzaban a circular.

Seguro que había sido cosa de Petra, la jefa de cocinas.

- Polonio, recuérdame que Petra merece una medalla- dijo a su secretario

- ¿Petra? ¿la cocinera?- pueso gesto de gran extrañeza[/b]

- La misma. Acaba de evitar toda una rebelión contra el rey.

Polonio vio las bandejas de croquetas y comprendió enseguida.

_________________
Liborio


El menor de los Borjas se encontraba atento a la juramentación de cada uno de los nuevos funcionarios de su padre, había visto desfilar a varios de ellos de los cuales nunca había visto y otros a los que podría decirse que ya los veía de rutina en palacio como era el de Godomar así como a su tío Ruy, por supuesto que todos eran nobles de la Corona de Castilla y León, mientras los juramentos se sucedían una persona paso frente al joven e hizo que se distrajera de la ceremonia y sus ojos girasen hacia la dirección de esta, quien no era mas que el barón de Ilueca que parecía discutir con la señorita Naiara, quien desde hace mucho había entablado una relación un poco mas cercana al joven Liborio, por lo que este comenzó a acercarse a las dos personas pero no llego a su cometido cuando escucho que su padre decía en vos alta que mejor dicho era un grito

¡Viva el príncipe Ruy!

Ante lo cual el joven Liborio se detuvo abrutamente y se giro para observar la escena, su tío Ruy con aquel circulo dorado en su cabeza, el rostro del joven Borja paso de incertidumbre a cuestionamiento ya que aquello indicaba que su padre había escogido como Heredero absoluto a su tío Ruy, todo esto lleno al joven de una mezcla de emociones y pensamientos, después de todo soy un simple panadero que no ha hecho nada eran uno de los muchos pensamientos en los cuales se perdió y no volvió en si hasta que escucho

¡Viva Castilla y León! ¡Vivan los castellanos y las castellanas!

Y su primera reacción fue repetir lo que ya había escuchado cientos de veces en aquella corte

¡Que Viva!

Pero sus ojos buscaban los de su padre pero este parecía inmerso en la ceremonia y en celebrar a su tío Ruy, por lo que desistió y se fue retirando poco a poco hacia el final del salón, para recomponerse y estar dispuesto a salir lo mas pronto una vez que todo terminara la pequeña recepción luego del juramento, ya que no iba a permitir mostrar debilidad ante nadie, después de todo era un Borja

_________________
See the RP information <<   <   1, 2, 3   >>
Copyright © JDWorks, Corbeaunoir & Elissa Ka | Update notes | Support us | 2008 - 2024
Special thanks to our amazing translators : Dunpeal (EN, PT), Eriti (IT), Azureus (FI)