Naiara
Era la primera vez que la de Raywound, participaba en una carrera de esta índole, sorprendentemente mano a mano, luchaban por una victoria, nobles y plebeyos. Eso demostraba que el pueblo de Castilla, por su Rey y por el Reino, era capaz de unirse sin límite y en armonía.
Parecía que el tiempo acompañara al momento de Naiara, una lluvia incesante baño a muchos de los jinetes que participaban en esta etapa. Los cabellos oscuros de la joven quedaron humedecidos por la lluvia, el pelo le caía sobre los hombros y los rizos de sus cabellos se quedaron marcados especialmente, por el agua. Nai se cubrió bien con su capa, para que la lluvia no se le clavara en la piel, por la conjunción de esta y la helada caída de la tarde, ... la capa cobriza de la joven, quedó oscurecida por la humedad el aguacero que cayó sobre ella, que impregnada en esa lluvia, abrazaba el cuerpo de Naiara, como protectoramente.
Cabalgó armonicamente con su caballo, sosteniendo en todo momento, fuertemente las riendas para dominar a Losino, con la espalda bien erguida y sus hombros relajados , conseguía que su caballo disfrutara tanto como ella del galope. En ciertos momentos la joven, hablaba al equino con suavidad, pero con firmeza, ¡¡vamos Losino!!, para así alentarlo y provocar en el, un haz de confianza y su respuesta, que le haría obtener del animal, el máximo rendimiento y el aprovechamiento del firme y rápido galopar de su caballo, conseguido ciertamente, por el aliento de sus palabras.
Esta etapa de la carrera no fue lo satisfactoria que a la joven le habría gustado, pero había disfrutado de la convivencia con su caballo y con el resto de los contrincantes, que competitivamente, estaban participando. Perdió ligeramente dos puestos con esta participación, pero estaba segura, que su caballo le respondería, igual o mejor en la siguiente etapa, llevándola con seguridad a lograr abrazar victoriosamente la meta.
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