--Betera
Bétera, 4 de Diciembre de 1458
Aquel era un gran día para todo el condado, era el día en que se llevaría a cabo los esponsales de Tadeita y Feiniel, todo el pueblo estaba de fiesta, las calles se habían engalanado con los pendones del Condado, todo era alegría y fiesta, ya que allí se celebrarían las bodas, recibiendo a todos los amigos e invitados a la ceremonia.
Las puertas del Castillo se abrieron de par en par para recibir a todo el mundo, los salones preparados, las cocinas echando humo, hasta las habitaciones dispuestas para todos los que aquellos días de fiesta se alojaban en la Casa Mallister de la Vega.
El frío se sentía en Diciembre y los braseros habían sido dispuestos por todos los rincones, salones y habitaciones, las nubes de tormenta iban remitiendo, el sol se ocultaba dejando un extraño cielo blanquecino, el cual avecinaba posiblemente aguanieve y frío. Criadas servían copas de mistela y ponches para hacer entrar en calor a los invitados que iban llegando desde Valencia.
Cantores y trovadores amenizaban la llegada, al ritmo que se anunciaban los invitados. Los críados se hacían cargo de acompañar y acomodar a todos los que se iban acercando.
Bienvenidos al Castillo de Bétera