Aquel era un gran día para el Reino, uno tras otro, iban siendo nombradas buenas gentes, homenajeadas por su trabajo y dedicación a Valencia. Sonreía al ver pasar y nombrar a tantos amigos, aquella ceremonia y la de los caballeros y damas caballeras, marcaría un hito en la historia del reino.
Al escuchar la llamada de su majestad, miró a los allí congregados, miró a la de Pern, y por su gesto se dio cuenta que llevaba un rato mordiendo el murciélago del collar de consejero real...
es la emoción, le susurró a Rose mientras lo soltaba, aquel era un gran momento, asi que, con paso firme y tranquilo se acercó hasta el monarca, de pie frente al trono.
Clavó rodilla en tierra, con demasiada fuerza...
ouuch! susurró por no maldecir en arameo, no era momento ni lugar. Miró a su joven majestad y sonrió.
Inclinó la cabeza ante el rey, en señal de vasallaje, y respondió...
Si, deseo formar parte de los leales vasallos del Reino
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Deseos