Afficher le menu
Information and comments (0)
<<   <   1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9   >   >>

[RP] Celebraciones de los esponsales de los Condes de Bétera

Elhanyan



Una vez acomodados los primos y teniendo a mano a Ian y a Kuljar, Elhyta sí pudo al fin volver a saludar, esta vez mas tranquilamente a los novios.
Se levantó de su sitio y acercándose a Tade y Fei les dijo: "Que la Luz de los hados ilumine vuestros camino y que el cielo nunca caiga sobre vuestras cabezas." Es una bendición de nuestra tierra para que vuestra unión sea la más feliz. Que no es más que lo que merecen, amigos, pues son de las mejores personas.

Luego de esto vlvió a tomar su copa que ya estaba llena de nuevo y levantándola brindó por los recién casados: A vuestra salud, amigos. Felicidades eternas!

Jose_enrique


El Nuncio de verdad ya estaba sentado, con una pierna estirada; la que le dolía, y con el bastón en la mano. Todo camarero que gentilmente pasa por la mesa terminaba regañado por el Nuncio, estaba de mal humor había que comprenderlo, la gota le traía de un humor de mil y un demonios. La Condesa de Bétera estaba haciendo los saludos de cortesía, y al menos que el dolor de su pierna no fuera fuerte este se pararía a saludarla, la de Bétera con un tono muy amable saludó al Nuncio:

es un honor, excelencia, para nosotros, que hayáis podido llegar para acompañarnos este día tan señalado, las puertas de Bétera siempre han estado abiertas para los aristotélicos en especial, os agradecemos el largo viaje.

El Nuncio con una humilde reverencia dijo a la de Bétera:

Su Gracia, el honor y placer es mío de poderle conocer. Pido disculpas por la posición en la que me encontró, más como veréis ya no soy ni tan joven ni tan jovial como lo fui en antaño. Su Gracia, pido porfavor acepte mi humilde regalo, es un ejemplar del Libro de las Virtudes, espero le dé un buen lugar.

El clérigo entregó en manos de la de Bétera el cajetín decorado finamente con lazos donde se encontraba el ejemplar. Mientras tanto pasaba un camarero al que le quito un poco de vino, si hbía sed y el O'cconnor necesitaba refrescarse.
Zarek.


Aún sin saber como salir de aquel embrollo, Zarek se giró al escuchar como le dirigían la palabra.

- Sepillo... Mucho tiempo desde que nos vimos por última vez. Y no, ni idea de donde se han metido la pareja... Pero como bien dices, parece que han llegado. - Respondió a la vez que giraba medio cuerpo para ver la aparición de los condes.

Sin tiempo de reaccionar, fue asaltado -literalmente- por una mujer mayor. El mercenario se apartó con brusquedad.

- ¿Debo creer que es un privilegio estar cerca de los condes y la madrina de la boda? - Gruñó el muchacho, siendo fiel a su naturaleza.

Tomó el asiento indicado y esperó que los acontecimientos siguieran desarrollándose. Y distraído, observando a los invitados cercanos a él, le llamó la atención una joven muchacha de dorados cabellos, que estaba acompañada por un hombre de rostro sereno. Ambos se encontraban ubicados cerca de los otrora reyes de Valencia.

_________________

I want to feel the pain and the bitter taste of the blood on my lips... Again.
Brynhildr


Estaba concentrada intentando ver el fondo de su copa y haciendo señas a los camareros cada vez que lo encontraba.
De refilón vió pasar un bocadillo de jamón y miró de reojo a su hermana, esperando que se descuidase para hacerlo suyo.

El reguero de personas y personajes que hacía ingreso en la sala era incesante. Había cejado en el empeño de recordar tantos nombres y mucho menos de asociarlos a las caras de sus dueños. Cuando alguien le presentaba a otro alguien se limitaba a sonreirle y asentir con la cabeza, dijera lo que dijera.

Cuando los asistentes sirvieron las viandas se percató de la cantidad de cubiertos a los que tocaba cada comensal. Se sentía un tanto extraña, aún no se había acostumbrado del todo a ese tipo de reuniones. Tal vez necesitase un poco más de licor para hacer gala del proverbial apetito de las Rubiá y por Aristóteles que pensaba hacerlo.

Los Condes de Bétera hicieron ingreso en el salón aproximadamente a la vez que el tercer plato. Tentada estuvo de levantarse y dirigirse a ellos en ese preciso momento, aún no había tenido ocasión de felicitarles. Una mirada a sus vecinos más cercanos la hizo desistir de la idea, no parecían muy dispuestos a desviar su atención de los suculentos manjares para cederle el paso. Habrá que esperar al baile, pensaba sin dejar de contemplar la copa, hipnotizada por los reflejos carmesí de la caprichosa luz de las velas que acariciaba el cristal.

_________________
Lulu_bathory


Las palabras del Duque en respuesta a la presentación del Señor de Valdecorneja, lograron ruborizarla. Sabía que la tenían en estima, pero oírlo era diferente y no pudo hacer otra cosa que sonreir mientras dedicaba un "gracias" inaudible al Duque, de esos en los que únicamente se mueven los labios.

- Saludos Don Ricardo Wetminster... - Presentó al joven, hijo de la Duquesa a su primo, que ya se disponía a hincar el diente al cordero. Luego, dirigiéndose de nuevo a su recién descubierto pariente... - Parece que el resto de presentaciones tendrán que esperar. Debemos ir a nuestras mesas. - Con un movimiento de cabeza, le indicó el desfile de sirvientes que se acercaban con los platos del banquete, - Luego de la comida os secuestro de nuevo. Buen provecho tengáis todos. - Se despidió con una sonrisa y mientras se acercaba a su sitio fue deseando buenas digestiones a cuanta mesa vió con comensales.

Tomó asiento en su lugar asignado deprisa, eran muchos los que ya comían y ella, revoloteando aún. Paseó la mirada por todas aquellas cabecitas que charlaban o comían animosamente y cayó en la cuenta de la cantidad de amigos y conocidos a los que todavía no había llegado a saludar. Decidió que aprovecharía a hacerlo acompañada de su primo, así mataría dos pájaros con una sola flecha: les saludaba y se los presentaba.


- ¡Buen apetito! - Dijo a los novios y quienes compartían su mesa y comenzó a picar con calma, de cada plato, degustando el sabor de cada receta.
Ricardowpv


- Saludos Don Ricardo Wetminster...

Levanto la mirada y vio a la Heraldo mayor

Presentó al joven, hijo de la Duquesa a su primo

Lo saludo con un gesto y una sonrisa, no quería ser descortés, pero tenia hambre

- Parece que el resto de presentaciones tendrán que esperar. Debemos ir a nuestras mesas. - Con un movimiento de cabeza, le indicó el desfile de sirvientes que se acercaban con los platos del banquete, - Luego de la comida os secuestro de nuevo. Buen provecho tengáis todos. - Se despidió con una sonrisa mientras se acercaba a su sitio

No esta mal pensó mientras se peleaba encarnizadamente con el cordero, incluso me gusta mas cuando se marcha

Una sonrisa picara apareció en su rostro y luego siguió en la dura labor que había empezado… ganarle el combate al cordero, y tratar de vaciar la bodega del Mallister.

_________________
Faifolk


Faifolk se sentó en la mesa, junto a la famila Jones, mientras saludaba con una inclinación de cabeza a sus conocidos, y trataba de no despistarse mas de lo imprescindible con lo que iba pasando en tanto acontecimiento. Al observar el brindis de la dama Elhanyan unió su copa a las alzadas, brindando por la felicidad de los novios, y luego volvió a sentarse.

- Es toda una celebración, sin duda - dijo mientras tomaba varias lonchas de jamón y las colocaba sobre su plato. Luego sirvió más vino a las damas de la mesa, y acto seguido al resto, antes de servirse a sí mismo- Es bueno poder estar aqui, y descansar después de tantos problemas. ¿Va todo bien? - preguntó finalmente a la dama Lirdi
Valeria.


Había llegado a la celebración con mis padres y mi hermanito menor. Era impresionante la cantidad de personas que habían presentes, tantas que no me dejaban ver a los novios.

Mi padre se veía muy entusiasmado por el jamón y mi madre muy nostálgica, yo sin embargo sólo veía si encontraba a alguien conocido...

Al fondo pude ver a mi tío Ricardo, a la derecha a mi tío Zarek y un poco más allá a mi tío Sepillo, también vi entre la multitud a mis abuelos Rose y Yuste, como siempre muy distinguidos.

Había muchas caras conocidas como la Señora Lulu y la señora Crimea y otros más, así que no me sentí asustada en ningún momento y me dispuse a caminar hasta encontrar a la novia para felicitarla personalmente y darle un florecita que corté en al camino (seguro no sería nada comparado con los regalos que había recibido, pero esperaba que le gustara)
Claribelle


Despues de la emotiva ceremonia, llegaba Clari en compañia de su esposo y sus hijos, mirando y asombrandose de la cantidad de gente que se encontraba ya reunida en la fiesta. Llendose a sentar con los duques de Benicarlo, su amado se levanto de la mesa para ir por mas jamon, y ella se levantaba tambien para ir a saludar a sus conocidos, ella se quedo parada en un sitio con el bebe en brazos buscando como poder llegar hasta los novios para extenderle su felicitaciones que no habia podido tener la oportunidad de hacer al salir de la catedral.
En un giro de cabeza logro reconocer una pelirroja cabellera que no podia tratarse mas que de su primo Sepillo que se encontraba acompañado por el señor de los bosques y por... el vagabundo que habia visto en la catedral.


Hombre pues este familiar de quien sera - penso

Con el pequeño Bernat en brazos camino hacia a ellos a saludarlos y matar su curiosidad, viendo por otro lado a los invitados que comenzaban con la comilona.

Hola primo como has estado, señor de los bosques hasta que lo veo pisar tierras valencianas - dijo guiñando el ojo mientras lanzaba su risilla picarezca.

Volteando a ver hacia el otro lado observo a aquel hombre mal vestido.

Y con quien tengo el gusto?? alguien me dice ?

Espero que alguien la presentara buscando a la vez con la mirada a su esposo

_________________
Rutger


La "alocada galopada" que les llevó hasta el castillo de Bétera le había gustado mucho, Fabilla, siendo la fantastica amazona que era, se mantuvo a su lado en todo momento. Lo de Sasu debió ser la sangre de los De Lucentum, a pesar de tener a Azul dando tumbos sobre el caballo, se mantuvo detras de ellos sin problema..
A Rutger le gustó mucho ver como adelantaron a varios carruajes por el camino.."al final no seremos los últimos" pensó "no pareceremos nosotros.."

Una vez llegado al impresionante castillo, habiendo guardado los caballos y recompuesto un poco sus aspectos, se dirigieron a la gran sala donde ya estaban dando comienzo las festividades
"Azul.." le dijo muy seriamente a su ahijada, "te juro que como hagas alguna de tus travesuras, te dejo personalmente en los establos con los caballos para el resto de la fiesta.."
La niña no sabía hasta que punto su padrino estaba hablando en serio de verdad pero decidió que era muy buen momento para guardar silencio.
"Amor, no te precupes más ya.." le dijo su amada con una sonisa "creo que ha aprendido la lección.. Disfrutemos de la fiesta que nos lo merecemos." a ella le hacía mucha gracia verlo a él en su nuevo papel de padre, le dió un beso y del brazo entraron la sala.
"Padre, yo me ocupo de ella.. dijo Sasu mientras tomo la niña de la mano.

Nada más entrar, vió como la recien casada se les acercó.. "¿de Lucentum?" le preguntó... "vos sóis Rutger... estoy segura..." vió como llamó a uno de sus críados y le mandó a buscar algo en susurros... "Rutger de Lucentum... Bienvenido a Valencia"
Saltandose todos los protocolos, Rutger la abrazó: "Condesa... Madrina.. Cuanto me alegra poder saludarla personalmente.." le dió un beso en cada mejilla "No se imagina lo que mi hermano la admiraba, hablaba maravillas de usted.. Permita que le presente a la que considero mi familia: A mi queridisima Fabilla debe recordarla del "Glorioso de San Jorge", una autentica heroina de la defensa de Tortosa y el asalto a Barcelona. Azul Cielo es mi ahijada y este es Sasu, mi recien hallado hijo."
Que orgulloso se sintió de ser acompañado por estas tres personas..

_________________
Tadeita


Mientras un críado le hacía entrega de dos pequeñas cajas de madera, laboriosamente talladas, es un honor poder conoceros por fin en persona, y si, conocía a vuestra valerosa mujer, Fabilla, en Tortosa, cuando vuestro hermano Ankor, asumió el mando del Glorioso... Fabilla, Azul cielo, Asu.. es un honor conoceros y que hayáis podido acompañarnos este día tan importante para nosotros.

Él es Feiniel, mi esposo, dijo presentando a Feiniel a toda la familia Lucentum... junto con vuestro hermano Ankor, todos, compartimos una gran institución, el Centenar de la Ploma, origen del Glorioso de San Jorge, que ahora nos ha unido a muchos de los que estamos aqui.

Dios Santo Rutger, cómo os parecéis a vuestro hermano, que el Altísimo le tenga en su gloria... le susurró mientras les llevaba a una sala un poco más apartada, lejos del bullicio de la fiesta si nos acompañáis unos instantes... una vez allí le hizo entrega de una de las cajas, que contenía la Medalla de Cruz de la Fe de Valencia... deseo entregaros la insignia de la Cruzada, la Medalla que que reconoce a la valentía, el esfuerzo y el honor de vuestro hermano Ankor en la lucha por sus ideales aristotélicos, por su participación en la Santa Cruzada, una más que merecida condecoración para alguien que dio su vida por su fe, por un noble ideal... y dirigiéndose a Fabilla, mi señora son muchos los cruzados catalanes a los que no hemos podido entregársela, ya que aún se encuentran encerrados, torturados y sometidos a la represión herética, así como todos aquellos que ayudaron en la defensa de nuestro Reino y que no la han recogido por temor a represalias cuando regresen al Principado, pero os entrego a vos por vuestra valentía y honor en la Guerra Santa, la medalla de la Cruz de la Fe, vos representáis una parte de la lucha de vuestro pueblo, dijo entregándole y abriendo la otra caja. Llevadla con orgullo...

_________________
Deseos
--_igor




Y se escuchó unos gritos..

¡Está nevando!!! nieve en Bétera! milagro!

y una bola desde el exterior cruzó el gran portón para ir a estrellarse contra Urraca... ouch
Nicolino


El lomo de su caballo comenzaba a parecerle incómodo, tras tanta cabalgata desde el Palacio del Primado. El monótono paisaje comenzaba a hastiarle, así cómo el trotar tan lento de su animal. El viento levantaba el polvo de los caminos, que iba a parar en gran medida en sus ropajes, y el Borja estaba resignado a viajar sólo con su espada por compañía.

Mas en la distancia, y bañado por los áureos rayos del Sol del mediodía, se alzaba imponente el castillo de Bétera, y el poblado que yacía a sus pies. La ráfaga de aire parecía hacerse más y más fuerte a medida que el otrora Barón avanzaba, siendo de su suerte que se nublara, y el frío se apoderada con el paso de unos minutos de las calles de Bétera, azotando los estandarte que se habían mandado a colgar, y amenazando con arrancarle la capa a Nicolás. Por unos instantes sintió que todo se detuvo, y el que retornaba la calma. Sonrió. Y fue grande su sorpresa al ver que ahora blancos copos de nieve caían del cielo...

Por suerte ya se hallaba frente a las puertas. Era bueno saber que no tendría que soportar ninguna ventisca infernal cómo aquellas de hace dos años, pues se hallaría resguardado entre los muros del alcázar del condado.

-¡Soy Nicolás Borja, abrid!-clamó finalmente ante las puertas, esperando que algún guardia le abriera y dejaran su caballo en las cuadras, deseando no haber llegado excesivamente tarde.

_________________
--Criados_betera


¡Pero hombre de dios, no os quedéis ahi! dijo la vieja Bernarda haciendo pasar al Borja cuando la guardia de Bétera abrió los portones, está helando, pobre jovencito, pasad, llegáis a aún a los platos principales... al abrirse aquellos portones, de dentro salía un cálido ambiente, se escuchaba música y risas, un muy agradable murmullo que invitaba a pasar dentro de la fortaleza y le hizo seguir hasta los salones donde se celebraban los esponsales...

¡Que hay corrienteeee! se escuchó una voz.... que al ver al Borja tosió y anunció su llegada, aunque nadie escuchaba ya ni hacía caso, más entretenidos en los platos de comida... ¡Don Nicolás Borja!
Gareth


Gareth y su familia se sentaron donde los Berasategui.
-¡Hola ma! –dijo Gareth-. Qué guapa te veo hoy… ¡Yuste! Hacia muchisimo que no te veía, observo que estás en buena compañía –sonrió, se sentaron todos y al rato apareció por ahí Ricardo-. Míralo, ahí está. Alzadle una voz, que no nos ve.

Mientras llamaban al mellizo Wetminster, Gareth se puso contentisimo cuando vio que le servian un buen plato de paella. Su madre lo miraba de reojo, sonriendo. Sabía que a su hijo le encantaba la paella, buenos platos se comía en su infancia y buenos eran los que se comia de adulto.
-¡Qué buena pinta tiene! –dijo Claribelle, al verle el plato-. Te vas a poner las botas.
-¡Sí, las de siete leguas, además! Esta comida se la de dedico a los novios –dijo él-. ¡Bendita paella! ¡Que Dios bendiga a los novios!

A todo esto, Clari vio una pelambrera pelirroja y dijo:
-Ahora vengo, creo que vi a Sepillo.
-¡Ve! ¡Ya te alcanzo, que tengo que ir por jamón! –dijo Gareth, mientras comia su paella como si le fuera la vida en ello.

Cuando acabó medio plato, se levantó a buscar más jamón, que se habia gastado en la mesa y no era cuestión de dejar sin tan delicioso manjar a los Duques de Benicarló.
-Con vuestro permiso –dijo educadamente.

Se marchó a donde cortaban el jamón y pidió un buen plato para la mesa de los Berasategui, y le sirvieron uno bien grande. Cuando atacaba la primera loncha, de camino a la mesa, vio cómo su lindo Clavel lo buscaba con la mirada. Estaba con Sepillo, en efecto, y con un caballero desconocido que daba la impresión de que se habia colado en la fiesta. Entonces recordó que Claribelle no habia probado el jamón y pidió un plato pequeñito, que le sirvieron. El plato grande lo sirvió él mismo en la mesa de su madre y Yuste.
-Lo siento, ahora vuelvo. ¡Disfrutad del rico jamón! ¡Es de bellota! Mano, cuidado con ese cordero que tiene pinta de ser peleón a muerte –le dijo a Ricardo cuando le vio pelearse con el delicioso cordero.

Y se fue donde Clari y Sepillo.
-¡Sepillo, bienhallado! ¿Cómo estás? ¿Has probado el jamón? ¡Está divino! –reparó en el caballero desconocido y dijo-: ¿Señor, con quien tenemos el gusto?... Yo soy Gareth Wetminster, el esposo de la dama aquí presente, y padre del chiquitín que se halla en sus brazos... ¡Cuidado!

Una bola blanca los rozó volando y le dio a alguien, mientras se oia: ¡MILAGRO, HAY NIEVE!
-Buen día para nevar, sí señor -se dijo Gareth-. Pero el bolazo en todo el ojo le ha debido doler mucho...

_________________
See the RP information <<   <   1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9   >   >>
Copyright © JDWorks, Corbeaunoir & Elissa Ka | Update notes | Support us | 2008 - 2024
Special thanks to our amazing translators : Dunpeal (EN, PT), Eriti (IT), Azureus (FI)