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[RP] A casa da torre

Cyliam



                                (Click en la imagen para verla a tamaño completo)



Habian tenido demasiados problemas de espacio, tantos niños en casa, tantos animales, tanto... eso que ya no habia sitio en casa para nadie mas, animal o persona, asi que la pelirroja se habia pasado las ultimas semanas pateando pucela en busca de una nueva casa mas grande que la del bosque y aunque a la pelirroja le daba morriña salir de su bosque no quedaba otra, o sino al final tendria que dormir ella misma en el jardin.

Pero por fin y cuando casi daba por perdida la busqueda encontro la casa perfecta, tenia un gran torreon, justo lo que ella necesitaba y buscaba para poder tener controlada a Brynne, desde fuera parecia pequeña, pero la altura tanto del torreon como del resto de la casa parecian ser suficientes.

Toco la puerta varias veces esperando que alguien la atendiese pero al no recibir ninguna respuesta se quedo sentada frente a la puerta, si nadie vivia alli le quedaban dos opciones preguntar de quien era la casa o, y no por ello la menos importante forzar la cerradura de la puerta y "okuparla"
Pero tras media hora de espera por fin aparecio una mujer, no mas alta que ella con el cabello marron.

- ¿Puedo ayudaros? Pregunto la mujer mientras tendia la mano a la pelirroja para ayudarla a levantarse. - Si, estoy buscando al dueño de esta casa, estoy interesada en comprarla. Y cuanto antes sea, mejor, no parece vivir nadie aqui, por lo que supongo que estaran deseosos de vender la casa. Dijo la pelirroja casi del tiron, el calor era insoportable y lo unico que deseaba era entrar en un lugar donde hubiera sombra. - Yo soy la dueña y si, llevo meses intentando vender esta casa, pero nadie esta interesado muchos se quejan que es demasiado grande, otros que el torreon no sirve para nada... La mujer agacho la cabeza quizas intentaba ocultar algo pero a la pelirroja no parecia interesarla mucho. - Enseñamela. Dijo secamente señalando la puerta.

La casa era lo que ella pensaba, mas que suficiente, tres pisos en el torreon, los dos ultimos con un pequeño cuarto que servia como baño, y todos, los tres eran amplios a pesar de las escaleras, Brynne estaria en el ultimo piso, bajo ella Mariana, y abajo del todo en el primer piso que pegaba a la cocina Wallada.

La cocina tambien era enorme, con una tahona preciosa y una despensa, lo de la despensa fue lo que mas impacto a la pelirroja ya que por fin podria apartar tanto armario de la cocina. - ¿Hay patio trasero? Pregunto la pelirroja cruzando los dedos. - Si, la puerta esta bajo las escaleras que llevan al segundo piso, te lo enseñare.
El patio no era tan grande como ella habia imaginado, pero tenia un pequeño huerto y a lo largo del muro que separaba el patio del resto de la calle habia jardin, seguramente Uri se lo pasaria pipa haciendo hoyos. y habia dos grandes arboles, lo cual seria un buen hogar para las ardillas, asi que la pelirroja cada vez estaba mas contenta.

El salon tambien enorme formaba parte del primer piso junto con la cocina ambos separados por el pasillo y las escaleras, y para seguir enamorando a la pelirroja, el salon estaba provisto de una chimenea, arriba en el segundo piso habia cinco cuartos, frente a las escaleras el mas grande, a la izquierda dos mas, algo mas pequeños y la derecha igual, la pelirroja se fijo en los del lado derecho mas que en los demas. - ¿Este es el cuarto mas calido de la casa? Volvio a preguntar mirando fijamente a la mujer. - Este y el de en frente, ambos estan encima de la chimenea y la tahona, ¿es un problema?

- No, todo lo contrario, podre mandar que hagan el hammam en ese cuarto, y el otro supongo que lo dejare para los invitados o quizas para los pequeños. ¿Y cuanto pides por esta casa?

La mujer quedo un rato callada, seguramente pensaria que la pelirroja pagaria mucho ya que pensaba hacer obras. - Pues diez mil escudos.
Cyl enarco la ceja y torcio el gesto. - Venga ya, esta casa es vieja, como mucho te dare dos mil quinientos, ademas soy la unica que ha ofrecido algo por esta casa, asi que o mis dos mil quinientos o tendras que esperar que alguien mas venga a pedirte algo. La morena empalidecio y afirmo con la cabeza, en verdad deseaba deshacerse de aquella casa cuanto antes.

Asi que al fina, acepto los dos mil quinientos y la joven quedo mas ancha que larga, guardo las llaves en el bolsillo del calzon y mando a uno de los zagales que fuera a buscar a un herrero, tras encargar el cambio de cerradura volvio a casa para comunicar a la familia que por fin habian encontrado una nueva casa mas grande donde no se pelearian mas.


Imagen editada

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Brynne


Brynne se mostró entusiasmada con la idea de cambiar de casa. Entre niños, gatos, ardillas, Uri, Wallada, y.. y... y... la lista podría seguir interminablemente. Y ese ansia de pistachos que aquejaba a su madre a cada tanto....

Cuando la pelirroja describió la casa y le comunicó que su habitación estaría en lo alto de una torre cuadrada, desde donde para bajar al exterior tendría que pasar por la aduana del cuarto de Mariana primero, y del de Wallada después, su entusiasmo bajó algunos enteros, pero calló discreta.

Dejó a sus padres celebrarlo tomando a los pequeños de la mano:

- Seguidme niños, hace buen día para disfrutar del jardín. ¿Conoceis el cuento de Rapunzel? Erase una vez una princesa que vivía encerrada en una torre muy alta...

Y así se fué con ellos diciéndose que tendría que acercarse a la Colegiata a decirle al tal San Cosme que la próxima vez que le inspirara algo adjuntara una escala a la inspiración.

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Mikumiku


La casa era estupenda, y la alegría pronto se adueñó de todos. Iban a tener algunos días duros de mudanza seguro, pero valdrían la pena. Había sitio para todo y para todos: el edificio daba muchísimo de sí, y había habitaciones suficientes y espaciosas, hasta para invitados seguramente. Recorrió de la mano de su esposa las bonitas (y bastante vacías) salas, imaginando entre los dos cómo iba a quedar. Es perfecta. Susurró Miku casi para sí, y apuntó con la mirada a la pelirroja, queriendo decir un "pero no tanto como tú, ya lo sabes" que no era necesario pronunciar.

Los niños salieron al patio a jugar, no muy tristes por la mudanza por lo que se veía. El caballero, curioso, decidió que tenía que ver la vista desde arriba del todo, y subió impaciente los escalones de dos en dos. ¡Mira esto! Valladolid a nuestros pies. Cyl llegó un poco después, o bien porque la había pillado Miku desprevenida o porque no había subido la escalera tan alocadamente como él.

Desde allí, se podía ver toda la actividad de la ciudad: las murallas, la plaza, la gente en fila como hormigas por las calles... Algo más lejos, las casas y palacios (la de Santillana y la que había sido su propio hogar hasta hoy entre ellas) y al final, el bosque. Las copas se difuminaban a lo lejos, entre alguna elevación rocosa del paisaje. Tampoco era una torre altísima como las de los cuentos de hadas, pero era lo suficiente. Los vemos a todos. Bromeó, acercándose a la pelirroja de los ojos verdes. Y todos nos ven a nosotros. Reía, mientras la envolvía entre sus brazos inconscientemente. La quería tantísimo a ella, a sus rasgos, a su personalidad, a su forma de ser... Miku la besó en silencio allí arriba, apartados del mundo, por encima de lo corriente.

Cyliam


Se dejo mimar por el rubio, como siempre hacia, siempre encantada claro.
Brynne seguro que estaria despotricando, pero se lo merecia por tantos disgustos que le estaba dando a su madre.

- Aun tengo que ir a Galicia, traer los muebles del caos y dejar aquella casa vacia es tonteria, seguro que podremos darle un uso. Dijo abrazando al rubio, regalando una serie de besos cariñosos. - Ademas nunca hemos recaudado impuestos y es hora de que nuestras tierran nos den algo. Con eso comprare los muebles nuevos.

Apoyo la cabeza en el hombro del rubio y suspiro, era increible como podia llegar a quererlo tanto, estar con el era vivir en un mundo a parte, sus caricias y besos eran capaces de curar cualquier cosa, y la felicidad que le daba tenerle a el y a los niños era fantastico. Podia presumir de familia a pesar de las diabluras de la niña rosa.

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Mikumiku


Está bien. Seguro que pronto tenemos todo listo. Miku la arropó con los brazos, se hundió en el cabello rojo para dejar besos sobre su fina piel. De aquella sensación podría vivir cualquiera, sin comer o beber, sin sentir el río del tiempo transcurrir a su alrededor. Pero ahora tienes que descansar, ven. Te preocupas mucho de que quede todo bien. Estuvieron un rato más allí, enamorados y abrazados el uno al otro, pero al final llegó la hora de volver abajo.

El rubio comentaba alguna cosita del edificio, le preguntaba a Cyl para saber qué ideas tenía y bromeaba de vez en cuando para sacarle una sonrisa. Había pocos problemas en realidad, excepto lo que iban a tardar en subir los muebles a las habitaciones de la torre o si cabían por la puerta, pero en fin, aquello era problema de los trabajadores. Otro detalle es que de noche no se vería prácticamente en las escaleras, y habría que usar candiles y demás para iluminar y no tropezar con los escalones.

Cuando llegaron abajo, descubrieron que las niñas ya habían comido y se habían vuelto a entretener con sus juegos. Sí que se nos ha pasado el tiempo rápido - Pensó. - Podrían habernos llamado. O no. La verdad era que Miku estaba deseando como un loco ese rato a solas con la pelirroja y lo agradecía. Cyl... Le susurró, rozándole la oreja con los labios en una provocación disimulada. ¿Por qué no buscas una habitación en la que podamos estar? Igual hay alguna ya medio amueblada, o que tenga alguna cama vieja, no sé. Sonrió pícaro. Yo voy a ver si nos han dejado algo para picar y lo subo.
Cyliam


Sonrio a su esposo tontamente, aquel hombre era puro detalle con ella, a todo le decia que si, aunque fuera la idea mas alocada del mundo.

Se asomo por la ventana contemplando pucela en todo su esplendor, al final habia sido una idea maravillosa esa de haberse mudado a Castilla, aunque hubiera sido desdichada durante un tiempo ahora lo tenia todo con ella, un marido unico, una hija unica, y los mas pequeños que tambien eran unicos aunque mas reformados que la mayor.

Hacer una mudanza era demasiado terrible, ella que en las dos mudanzas que habia hecho no tuvo que comprar nada de nada, y ahora le tocaba desde cero, encargos de muebles a medida, recaudar, traer, montar....

La puerta se abrio y el rubio aparecio con algo de comida y la pelirroja sonrio alegremente. - He pensado que lo mejor seria ir cuanto antes a Galicia, con el dinero en mano no tendremos que preocuparnos de mucho mas, que de saber para cuando estaran los muebles listos. Se sento en el suelo con las piernas cruzadas y sonrio con inocencia y felicidad, aquella idea era buena, estaba segura de eso.

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Mikumiku


Así que a Galicia... Miku sonrió, y buscó rápidamente un sitio para dejar la bandeja con los platos. No había mesa en la habitación, y la pareja se tuvo que sentar en el suelo - no tan cómodo, pero el fresquito de la piedra era de agradecer. Un tiempo allí sin tener que preocuparse Cyliam de nada seguro que le venía de maravilla. Y aquellos ojos pidiéndole que estuviera de acuerdo... ¡Qué ojos! No se podía nadie negar bajo tal hechizo ¡Pues claro! Vamos y volvemos muchas veces por la Orde, por una que estemos de vacaciones no pasará nada. Era un viaje pesado que le tocaba realizar constantemente, como hermano caballero de Fisterra y como castellano de la villa de Vimianzo, pero con el tiempo, se había ido acostumbrando a los caminos.

Contento, picó algo de carne de los platos que había subido para compartir, y se acercó un poco más a su esposa. Prueba, tenemos suerte de vivir con una cocinera tan buena. Miku se lo llevó cariñosamente a ella hasta los labios, como había visto que hacía ella con los pequeños. La quería muchísimo, y no podía evitar juguetear con ella cuando tenía la ocasión, acercar la suave piel hasta la suya propia y alegrar el alma con tales emociones.

Y cuenta, ¿Qué habías pensado? ¿Cuanto antes es ya? Preguntaba curioso, con una mano sobre la rodilla de la pelirroja Gran Maestre, dedicada en sus cinco dedos a las caricias.
Cyliam


La pelirroja se fue arrimando lentamente al rubio mirandole con ternura, lanzando guiños y besos al aire, hasta que salto sobre el cual ardilla salta sobre su bellota preferida.

Atacandole con una serie de besos que desembocaban en risotadas se quedo mirandole. - ¿Y si nos fugamos ahora mismo? Dijo con una sonrisa maliciosa acurrucandose sobre su pecho y regalandole pellizcos cariñosos.

- Realmente, da igual donde vayamos, o cuando vayamos si voy contigo.

Y dicho eso tras terminar de comer la poca comida que habia, y de regalarse cuantos mimos quisieron, ambos salieron de aquella casa dejando una simple nota que decia:



Volveremos en unos dias, no os preocupeis y portaros bien.
Fdo: Mama y papa.


El susto que iba a llevarse Wallada al enterarse seria digno de recordar, pero, ¿que es la vida sin aventuras alocadas?
No usaron carruaje, era mucho mas rapido viajar a caballo sin peso, practicamente con lo puesto y algunas provisiones, a fin de cuentas, en Galicia tenian todo lo que necesitaban.
Y asi fue como entrada la noche, los dos jinetes llegaron a Compostela, esta vez la parada era en la capital del señorio y no en Fisterra o Vimianzo.

Tres golpes en la puerta, ambos jinetes encapuchados. - Necesitamos asilo. Dijo la pelirroja a uno de los monaguillos que asomo por la mirilla de la casa del cura.
A esas horas, andar por aquella ciudad, era un tanto peligroso, los ladronzuelos salian a altas horas de la noche para robar a los mendigos que dormian en la calle, gallinas de pequeños corrales y demas enseres que los descuidados ciudadanos dejaban sin vigilancia.

Al entrar en la casa, la joven dejo caer la capucha sobre su espalda y se coloco el cabello rojizo con una sonrisa bajo la estupefacta mirada del monaguillo. - Señora, bienvenida. Balbuceo con nerviosismo. - Olvida las cordialidades a estas horas y dime donde podemos dormir, y cuando Fray Domingo se despierte avisale que llegamos y que nos encontraremos en la sacristia a medio dia. Y envia estas cartas tambien, no se te olvide, a medio dia en la sacristia de la catedral, pero no le digas a Fray Domingo quienes vienen.

En silencio la pareja se encerro en un pequeño cuarto de invitados, aunque bien decorado, la cama era mas pequeña de lo que esperaban, tendrian que dormir muy apretados, cosa que a Miku y Cyl encanto. Y asi morfeo abrazo al matrimonio haciendoles caer en un sueño en el cual los dos sonreian satisfechos y abrazados.

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Brynne


Citation:
Volveremos en unos dias, no os preocupeis y portaros bien.
Fdo: Mama y papa.


Cuando encontró aquella nota en el bargueño del salón no pudo decir que se extrañase en exceso, pues comunes eran las idas y venidas sin avisos en A casa da Torre.

¿Y qué se le pasaría por la cabeza a una joven cuyos padres la dejan sola en casa? ¿O casi sola?

- ¡Walladaaaaaa! Tomas a los niños y los llevas a mi habitación de la Torre. Shhh no digas nada, te quedas con ellos allí hasta mañana. Allí no te molestará el rui... digo... nada, no te molestará nada y dormireis tranquilos

Dejó a la atónita Wallada con la palabra en la boca, y sin embargo se aprestó a cumplir sus instrucciones, pues cuando Brynne utilizaba cierto tono no admitía réplica.

Escribió unos pasquines, muchos, salió a la plaza del pueblo y los dejó volar al aire. Se dirigió después al grupo de cómicos que amenizaban las tardes de los muchos locales de Pucela.

- Teneis tarea esta noche. A las diez en A casa Da Torre. Traed los instrumentos

Un lugareño que por allí pasaba atrapó un pasquin a vuelo y leyó:

Citation:
Cuando los gatos no están... hacen fiesta los ratones. A las diez en A Casa Da Torre. Traed bebida, comida y ganas de diversión

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Ladydarshiva
Citation:
Cuando los gatos no están... hacen fiesta los ratones. A las diez en A Casa Da Torre. Traed bebida, comida y ganas de diversión




Cuanto llevaba sin ir a una fiesta... entre trabajo, mas trabajo... viajes para ver a su prometido.... trabajo....... Una noche de diversion no estaria nada mal....

Llamo a una de sus criadas ( heredara de su prometido que seguia de rector por alli lejos ) y le dio unas instrucciones:
Por favor, alistame el vestido que me regalo Long para nuestro ultimo aniversario, el verde claro con el escote y haz llegar esta nota a la Rosenrot, q la espere un criado y la traiga con el , no importa cuanto tarde en arreglarse!!!!!.....

La criada intento retirarse, pero no tuvo suerte....

Espera, espera...
Recuerdas donde estan los datos de esta gente que soliamos contratar para las fiestas? los q bailaban mientras se quitaban las ropas????
-la criada la miro con cara de resignacion.... -
Si, mi señora, quiere q tambien los contacte?
Hazlo por favor y pasale estos datos
( le dijo dandole un segundo papel) que sean puntuales!!, Vamos mujer q no tenemos toda la tarde y debemos empezar con los preparativos!!!!!!
Iria_cavalcanti


Camino del chamizo y pensando en el sueño y de quien sería aquella aparición que tanto bien la había hecho, iba la italiana lalaralarita con su cestita, cuando un pasquín se posó en su escote.

- Ven aquí travieso - le dijo aun sabiendo que los pasquines ni escuchan, ni son traviesos, vamos, que es un papel.

Citation:
Cuando los gatos no están... hacen fiesta los ratones. A las diez en A Casa Da Torre. Traed bebida, comida y ganas de diversión


- ¡Una fiesta, por fin!, ¿será baile de máscaras como en La Spezia? Bien, buscaré un difraz. ¡Filippo, Filippo! Una fiesta, nos invitan a una fiesta, saca unas botellas de Limoncello, grappa y amaretto que nos vamos de fiesta.

- Signora, que no estamos en la Villa.

- Bueno, pues busca algún orujo de aquí de la tierra, algo habrá parecido. Y búscame un disfraz de ratona.

- ¿Y donde busco eso?.

- No lo se, pregunta en el Dedal de Oro.

- Es de bronce, madama.

- Ay Filippo, cuando no quieres hacer algo que pesadito te pones. Déjalo, ya hablaré yo misma con ella. Vete adelantando a la casa por si necesitan mayordomos .














Syn


Fiesta?

La verdad es que hacía mucho tiempo que no se tomaba un descanso como dios manda, y no, no hablaba de las siestas en la ultima fila los domingos en la Iglesia de Santa Catalina. Un descanso de los de verdad, de esos días improvisados que al trascurrir de las horas te levantas sin recordar cuando te agarraste a la cintura del vecino tiquismiquis pero serías capaz de replicar con la nitidez del agua de la fuente cada una de las canciones que coreaste con los demás.

Solo había un pero en aquella invitación. No eran esas las señas de la niña rosa? Recordaba haber visto a la familia trasladándose a aquella casa recientemente, cuando todo el alboroto del santo y de la vocación. “Ja, les tiene a todos engañados, la engreída esa”, exclamó para si la gitana jugueteando aún con el pasquín sin atreverse a tomar una decisión.

Se dejó caer en uno de los bancos de la plaza, para observar al populacho, y si parecía que la cita atraía gente, ya que cada uno que cogía un papel, se lo guardaba inmediatamente en el bolsillo esbozando media sonrisa, como asintiendo, como si alguien fuera a anotar su nombre en una lista imaginaria.

“Quizás entre tanta gente, no se percate de mi presencia. Y si puedo llevarme al cuarto oscuro a alguien, mejor que mejor. Unas monedillas en fin de semana, no me vendrán nada mal.”

El tiempo de pasar por su carromato y cogerse unas panderetas, y aquel pañuelo azul llenos de monedas tintineantes, y se puso en marcha. Aquella noche prometía.
Mikumiku


Despertó sobresaltado, respirando violentamente por la acción salvaje de un sueño que nunca recordaría. Tardó un tenso momento en ubicarse en aquella casa desconocida, que no recordó hasta unos segundos después. Estaba muy oscuro y era todavía de noche, así que Miku dedujo que alguna pesadilla lo habría despertado al poco tiempo de dormirse.

Se recostó de nuevo sobre la cama, inquieto y desvelado, con el pulso acelerado y la cabeza funcionando a toda potencia para agobiarlo con pensamientos. Tuvo mucho cuidado para girarse y no despertar a Cyliam, moviéndose exageradamente para evitar el crujido que recorría la madera con cada desplazamiento. Ella era una cosa de otro planeta, angelical, la paz absoluta reposando tranquila en su rostro con cada inspiración, lenta y rítmicamente. La piel clara que asomaba entre telas parecía ser lo único que reflejaba la luz, brillando como una estatua viva de perla pulida. Tal belleza hechizaba al caballero desde hacía ya años, y era por ella que había llegado donde estaba. No había conjuro más fuerte que aquél lazo que el destino le había ofrecido , y a él se había agarrado el rubio, dispuesto a hacer de cada día algo único e intenso. Sólo podía dar gracias por la suerte que tenía.

Estaban muy juntos y la admiración se volvía deseo a un ritmo vertiginoso. Su calor le llamaba a gritos y empujaba hacia ella todos sus instintos, los que conocía de tantas ocasiones y tan poco caso le hacían. Se inclinó hacia la mujer para besarla, para notar su tacto y su calidez acogedora una vez más. Miku estaba absorto, dedicado por completo a aquella tarea, volviéndola arte. Retiró un mechón pelirrojo de su rostro con toda la delicadeza que fue capaz, y se deshizo en una red de caricias y besos secretos; Siguió las curvas de su silueta con los dedos, como un herrero que acariciara su mejor filo, y perdió la mano entre las sábanas. Memorizado estaba el vientre sensual, de arriba abajo, que varias vidas y alegrías había traído ya al mundo sin ser por ello menos apetecible. Entró en el cielo con la dulzura y la pasión de lo prohibido, y la notó estremecerse entre sus dedos con un leve gemido.

Te quiero. Susurró Miku. Los ojos de aguamarina estaban fijos en él, brillantes y cautivadores. La había despertado.
Ruysandez


Citation:
Cuando los gatos no están... hacen fiesta los ratones. A las diez en A Casa Da Torre. Traed bebida, comida y ganas de diversión


- Ganas de diversión…y ¿Cuándo no? - pensó

Ruy leyó el pasquín y apuró la jarra de cerveza en Bifrost. Salió raudo de la taberna, en dirección al chamizo para enseñarle a la turca aquella “invitación” tan oportuna. Cuando llegó al chamizo la Princesa le esperaba bajo el doble dintel recostada en una de las jambas, con una sonrisa pícara.

- Mira lo que ha llegado a mis manos…

Antes de que le diera tiempo a sacar la nota de su bolsillo, Thiara le había puesto la misma nota delante de sus narices.

- Vaya, no han escatimado en propaganda… Esto puede resultar interesante o un auténtico desmadre. En cualquier caso...

- Vamos ¿no, soldado?

- ¡Vamos!

Entraron en el chamizo para vestirse con sus mejores galas y vieron a la joven Elena., dormida, como era habitual.

-Pero esta chiquilla...no es normal lo que duerme.

- Es que anoche llegó tarde…tu no te enteraste…duermes como un lirón, caro.

- Ahmmmm – asintió con una sonrisa y acto seguido la sacudió para despertarla. - Elena. Elena….despiera que nos vamos otra vez de parranda… dijo entre risas.

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Grazie mille!























Brynne


Wallada y los niños convenientemente instalados en la habitación de la Torre (que mucho se temía que como la pillaran iba a ver esos muros como único paisaje durante mucho, mucho tiempo), bajó al deshabitado salón. Los relieves de la pared tendrían que servir de asientos y a la vez de mesa. Mesa si había algo que poner, porque por ahora...

Había traído del Caos tres botellas de aguardiente de la tierra de adopción de su madre, junto a muchos cuencos - ya diría que empezó la mudanza trayéndoselos por aquello de ayudar - y las dispuso en un saliente de la pared más para indicar dónde debían dejar los asistentes lo que trajeran que por otra razón.

A las diez en punto Uri comenzó a ladrar como loca. Corrió a la puerta a sujetarla, abrió y dió paso a los juglares.

- Bienvenidos, colocaos en aquella esquina elevada, junto al hogar. Y que no pare la música un instante - les dió la bolsa de monedas que sus padres habían dejado para cubrir su ausencia, ya pensaría en cómo se mantendrían después, Wallada podría hacer maravillas con las existencias de la despensa. La despensa... allá que se fué para sacar los alimentos cocinados que hubiera y disponerlos junto a las botellas. Jah proveería....

Comenzó a sonar la música.

Abrió las puertas de par en par, pues escuchó gente venir calle abajo.

-Uri, vigila -dijo a la perra que la miraba atenta moviendo el rabo como si la entendiera - Si alguien viene con las manos vacías, lo ahuyentas; si no, que pase, tú calladita

Y así comenzó aquella peculiar "jornada de Puertas Abiertas" en a Casa Da Torre.

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