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Habian tenido demasiados problemas de espacio, tantos niños en casa, tantos animales, tanto... eso que ya no habia sitio en casa para nadie mas, animal o persona, asi que la pelirroja se habia pasado las ultimas semanas pateando pucela en busca de una nueva casa mas grande que la del bosque y aunque a la pelirroja le daba morriña salir de su bosque no quedaba otra, o sino al final tendria que dormir ella misma en el jardin.
Pero por fin y cuando casi daba por perdida la busqueda encontro la casa perfecta, tenia un gran torreon, justo lo que ella necesitaba y buscaba para poder tener controlada a Brynne, desde fuera parecia pequeña, pero la altura tanto del torreon como del resto de la casa parecian ser suficientes.
Toco la puerta varias veces esperando que alguien la atendiese pero al no recibir ninguna respuesta se quedo sentada frente a la puerta, si nadie vivia alli le quedaban dos opciones preguntar de quien era la casa o, y no por ello la menos importante forzar la cerradura de la puerta y "okuparla"
Pero tras media hora de espera por fin aparecio una mujer, no mas alta que ella con el cabello marron.
- ¿Puedo ayudaros? Pregunto la mujer mientras tendia la mano a la pelirroja para ayudarla a levantarse.
- Si, estoy buscando al dueño de esta casa, estoy interesada en comprarla. Y cuanto antes sea, mejor, no parece vivir nadie aqui, por lo que supongo que estaran deseosos de vender la casa. Dijo la pelirroja casi del tiron, el calor era insoportable y lo unico que deseaba era entrar en un lugar donde hubiera sombra.
- Yo soy la dueña y si, llevo meses intentando vender esta casa, pero nadie esta interesado muchos se quejan que es demasiado grande, otros que el torreon no sirve para nada... La mujer agacho la cabeza quizas intentaba ocultar algo pero a la pelirroja no parecia interesarla mucho.
- Enseñamela. Dijo secamente señalando la puerta.
La casa era lo que ella pensaba, mas que suficiente, tres pisos en el torreon, los dos ultimos con un pequeño cuarto que servia como baño, y todos, los tres eran amplios a pesar de las escaleras, Brynne estaria en el ultimo piso, bajo ella Mariana, y abajo del todo en el primer piso que pegaba a la cocina Wallada.
La cocina tambien era enorme, con una tahona preciosa y una despensa, lo de la despensa fue lo que mas impacto a la pelirroja ya que por fin podria apartar tanto armario de la cocina.
- ¿Hay patio trasero? Pregunto la pelirroja cruzando los dedos.
- Si, la puerta esta bajo las escaleras que llevan al segundo piso, te lo enseñare.
El patio no era tan grande como ella habia imaginado, pero tenia un pequeño huerto y a lo largo del muro que separaba el patio del resto de la calle habia jardin, seguramente Uri se lo pasaria pipa haciendo hoyos. y habia dos grandes arboles, lo cual seria un buen hogar para las ardillas, asi que la pelirroja cada vez estaba mas contenta.
El salon tambien enorme formaba parte del primer piso junto con la cocina ambos separados por el pasillo y las escaleras, y para seguir enamorando a la pelirroja, el salon estaba provisto de una chimenea, arriba en el segundo piso habia cinco cuartos, frente a las escaleras el mas grande, a la izquierda dos mas, algo mas pequeños y la derecha igual, la pelirroja se fijo en los del lado derecho mas que en los demas.
- ¿Este es el cuarto mas calido de la casa? Volvio a preguntar mirando fijamente a la mujer.
- Este y el de en frente, ambos estan encima de la chimenea y la tahona, ¿es un problema?
- No, todo lo contrario, podre mandar que hagan el hammam en ese cuarto, y el otro supongo que lo dejare para los invitados o quizas para los pequeños. ¿Y cuanto pides por esta casa?
La mujer quedo un rato callada, seguramente pensaria que la pelirroja pagaria mucho ya que pensaba hacer obras.
- Pues diez mil escudos.
Cyl enarco la ceja y torcio el gesto.
- Venga ya, esta casa es vieja, como mucho te dare dos mil quinientos, ademas soy la unica que ha ofrecido algo por esta casa, asi que o mis dos mil quinientos o tendras que esperar que alguien mas venga a pedirte algo. La morena empalidecio y afirmo con la cabeza, en verdad deseaba deshacerse de aquella casa cuanto antes.
Asi que al fina, acepto los dos mil quinientos y la joven quedo mas ancha que larga, guardo las llaves en el bolsillo del calzon y mando a uno de los zagales que fuera a buscar a un herrero, tras encargar el cambio de cerradura volvio a casa para comunicar a la familia que por fin habian encontrado una nueva casa mas grande donde no se pelearian mas.