Habia amanecido y una marabunta de carretas comenaba a atascar las callejuelas de Pucela, los porteadores se golpeban entre ellos, los baules caian armando gran escandalo y se sucedian gritos en diversos idiomas, la pelirroja que entendia algunos de los idiomas de los porteadores escucho varios insultos entre los gritos.
Aun asi no se paro, indicaba con las manos que se movieran, las agitaba a un lado y al otro como si les metiera prisa, pero las indicaciones y berridos de la pelirroja solo conseguian que el caotico va y ven de los baules creciera y en pocos minutos hasta ella se vio golpeada y atropellada por baules y porteadores que la miraban de un modo asesino.
- Ahora que lo pienso, he traido todo esto y aun no se donde me voy a alojar. Bueno podria meter mis cosas por el momento en el palacio episcopal y luego ya ver que hacer. Decia sujetandose el menton con la mano en una pose de pensadora. Algunos de los porteadores que hablaban castellano casi se la tiraban al cuello al oirla decir eso, pero ring una campana sono y a lo lejos una voz arabe la llamo a gritos.
- So bruta, loca, ¿pero que has hecho? Era Wallada que trepaba y esquivaba los baules como podia a la vez que calmaba a los porteadores. La pelirroja la miro estrañada, jurando que no habia viajado con ella y pensando que la habia dejado en Aranda cuidando de la taberna.
- ¿Cuando has venido Wallada?
- ¿Pero como puedes ser tan torpe?, te lo dije cuando estabas en Aranda, que iba a venirme a Pucela que tenia unos asuntos pendientes, nunca me escuchas lo que digo y si lo haces, es a medias. Anda ven, tengo que enseñarte algo pero antes te tapare los ojos.
La pelirroja se revolvio, y la empujo con suavidad.
- Tu lo que quieres es tirarme por un barranco. Si se la habia ido la cabeza, no habia dormido y eso le pasaba factura.
- ¿Como has sabido mis planes? Pregunto la mora con cara de tu eres tonta.
- Porque soy muy inteligente. La pelirroja sonreia victoriosa con los brazos en jarra.
- Anda dejate de bobadas, mala herba nunca muere, seguro que si te tiro por un barranco te las ingeniarias para salir viva. Ahora en serio, tengo que darte algo pero no puedes verlo hasta que lleguemos.
Y asi se hizo la noche, y los gritos parecian mas calmados, durante el trayecto la pelirroja mas de una vez se tropezo, casi cayo al suelo de bruces, en otras tantas veces casi sobre Wallada pero al final, un ya estamos acompañado de un suspiro de la mora la joven pudo entender que habian llegado donde la sorpresa la esperaba.
Cuando la luz se hizo, la gran casa, identica a la de Huesca salvo que algo mas grande y mas bonita se mostro ante ella, la pelirroja solo pudo abrir la boca y pegar un chillido de alegria que espanto a todos los pajaros de alrededor.
- ¡Wallada, esto es un sueño, eres un genio! La arabe hizo sonar las llaves de la casa y dejo que aquella loca pelirroja corriera a ver su nuevo hogar, los gritos de emocion se escuchaban desde fuera y a lo lejos los porteadores iban llegando y descargando los baules uno detras de otro. La pelirroja se asomo a una de las ventanas sacando casi medio cuerpo.
- Que guarden los baules yo tengo que ir a buscar a Miku, tiene que ver esta maravilla con sus propios ojos. Y como una flecha salio disparada, se la escucho bajar las escaleras a saltos y a penas se la vio salir por la puerta corriendo con una sonrisa de oreja a oreja.
Ahora que tenia una casa solo faltaban dos pequeñas cosas por hacer, enseñarsela a Miku como primer punto y montar una fiesta a lo grande para celebrarlo.