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[RP] Hoy, un día de fiesta para Valencia

Garkaman_de_budapest


Bendito momento que habian elegido las damas para atragantarse!!! Justo cuando la Seniora de Segorbe daba comienzo a su discurso, Hechicera casi se ahoga, Liza deja caer media ensalada de su tenedor y su hermana tapandose con una servilleta se moria de la risa. Como pudo sacudio la espalda de Hechi (un poquito demasiado fuerte, pero, en fin), y codeo a su hermana para que deje de reirse. Pero ella le senialo hacia Mafis y cuando la vio, justo justo estaba separando sus labios de los de Sepillo. La habia besado!!! Sepillo habia besado a su prima!!!
De los nervios y la emocion, dio un salto en su silla y quedo de pie como un estupido justo en el momento en que Lirdi lo nombraba como uno de los campeones que habian combatido. Aprovecho la circunstancia y rojo como un tomate se hizo el distraido y saludo a los presentes levantando la mano. Por supuesto que quedo tan desubicado como chupete en la oreja, pero fue lo unico que atino a hacer. Luego de sentarse le dirigio una mirada fulminante a Mafis cuyo significado bien sabia ella: O se lo decis vos o se lo digo yo!!!

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Mafis


"Recuerdan el dia de la fiesta de celebracion por sacar a los piratas? Donde estaban ustedes que no fueron a bailar conmigo y con Camilo?"

La de Guadalest , no supo que responder cuando su hermana pregunto tal cosa y lo único que hizo fue que Sepillo le respondiera, aun que era más que evidente que su hermana sabía que había pasado esos días.

- Despues de tanto tiempo, a mi tambien me gustaria tener una familia como los reyes, y que tu fueras la madre que en ella nos guie.

Al decir eso Sepillo, se fundieron en un beso suave y en ese momento su amiga Hechicera, saltó de un trago de agua, que casi se ahoga, le ayudó Garkaman y luego se paro, se acercó y susurro. -Díselo

La de Guadalest en ese momento iba a susurrarle algo a Sepillo, cuando de pronto escucha.

-Damas, Caballeros, Buenas Noches. Antes que nada quisiera agradecer a todos los presentes por haber venido y por compartir este momento tan importante para nuestro reino.

Bendita sea nuestra bella Gran Señora de Segorbe, me salvo la campana uffff – pensó la de Guadalest.

En eso, miro en ese instante como Garkaman salto y saludo a los presentes, cuando la Gran Señora de Segorbe, lo mencionó y después de eso giro su mirada hacia hacia ella y le miro de una forma que la de Guadalest no le quedo otra que decirle a Sepillo.

Mi amor y le susurro una cosa: Tengo que decirte algo, pero será cuando haya terminando el combate. – Le dijo y le dio un beso muy suavemente.

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Esmeralda_1


Mirando a ambos lados para no ser descubiertas, Esmeralda y Azalea salieron desde detrás de las cortinas y se encaminaron hacia la entrada principal, el trabajo era fácil, solo debían llegar hasta el Heraldo apostado en la puerta.
Volvieron a mirar una y otra vez hacia atrás, con tal de no ser descubiertas, las 3 pequeñas se acercaron a su objetivo, Azalea susurraba en su oído ideas para entretener al heraldo pero Esmeralda, jamás falta de ideas, lo llevaba bastante claro.

Cuando llego hasta el Heraldo, tiro de sus calzas y cuando capto la atención del hombre, Esmeralda le ofreció una amplia sonrisa, dejando ver su boca desdentada, con sus ojos llenos de picardía, movió su dedo índice pidiendo que se inclinara, Esmeralda y Azalea esperaron a que el hombrecillo obedeciera para comenzar con la perorata.

Cuando el hombre estuvo a su altura, la pequeña niña lo agarro de las solapas, no quería que se le arrancase, y por ello, se afirmo con fuerza a ella, si el hombre quería enderezarse seria con ella a cuestas, una leve mirada a Azalea sirvió para que la pequeña comprendiera que todo estaba ya preparado para comenzar a actuar.

Señor, veras, tengo algunas dudas que quiero me aclaréis – dijo en tono decidido la pequeña - señor ¿usted no ira a comer? ¿le gusta ser heraldo?¿me presta su bastón de dar golpes en el suelo? – una leve risita escucho a su lado proveniente de Azalea - ¿me puede anunciar? ¿Por qué grita cuando anuncia? ¿ha anunciado a más mujeres que hombres o al revés? ¿Su mama era heraldo? ¿tiene hijos? – el hombre hizo ademan de enderezarse, mas Esmeralda lo sujeto todavía más fuerte y lo inclino un poco más para casi susurrarle el resto de preguntas que tenia para el - ¿ sus hijos son heraldos? ¿Tienen ellos buena voz, como usted? ¿Usted baila? – Luego le medio sonrió y prosiguió desinteresada del entorno - yo no traje pareja, porque soy muy pequeña ¿conoces a mi amiga? se llama Azalea, ¿quieres bailar con ella? – el aire que había acumulado en sus pulmones se le acabo en ese momento y eso indicaba que era el turno de las preguntas de Azalea, mientras llenaba nuevamente sus pulmones , sonrió enseñándole al hombre su boca falta de dientes

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Sepillo


Sepillo escuchaba como un leve ruido de fondo el anuncio de los combates reales cuando en realidad Lirdi gritaba a viva voz, ya que estaba enfrascado en lo que parecia hiba a ser el anuncio de algun secreto que no sabia de su amada.

- Mi amor le dijo Mafis y acto seguido le susurro - Tengo que decirte algo, pero será cuando haya terminando el combate.

Despues de escucharla, quedo un momento pensativo, era algo que podia esperar, seria algo bueno que el no sabia, algo mejor que el amor que se profesaban , seria algo malo, no no, no podia ser nada malo, por las barbas de aristoteles, NO!!!.

Entonces los pasos de un hombre uniformado con armadura que paso delante de el lo devolvieron en si de sus pensamientos, era Chukyn, su Capitan. Los combates estaban a punto de comenzar. Y le dijo a Mafis al tiempo que acariciaba sus bellos y rizados cabellos.

- Vale, me dejas intrigado, pero como paciente caballero que soy, esperare. Y mira ya va Chukyn al lugar de la lucha.

Al mismo tiempo le grito a su Capitan.

- Vamos Chukyn!!!!, Sin piedad!!!!, Deja bien alto el pabellon de los Dragones de Xativa!!!

Y preocupado por que no veia a Hechicera, le pregunto a Mafis.

- Por cierto Mafis, donde esta Hechi?, que no falte que me gustaria verla en la final contra mi capitan Chukyn.

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Hechicera79


Hechicera, con su armadura ya puesta, tomo su espada y su escudo, al oir que era llamada junto con el resto de campeones, se dirigió tras el caballero Chuckin hacia donde se encontraba la dama Lirdi y esperarar alli a que los otros dos campeones se acercaran.

Paso junto a sus amigos que aunque tensos, mostraban en sus rostros sonrisas sinceras para insuflarle animos. Tomo aire y procuro relajarse mientras esperaba a que le comunicaran quien era su contrincante

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Chukyn


ChukyN se dirigía hace Lirdi luego de ser llamado, ya equipado y listo para la lucha, mientras se dirigía podía escuchar el apoyo brindado por Valken y Sepillo.

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Ejercito de Valencia.
Ex Portavoz del consejo.
Ex Alferez de la Hueste de Jativa.
Capitán del El Gloriós del Rei Anzo
Gulf_de_ostemberg


Iba a sentarse a la mesa tranquilamente junto a su esposa, cuando alguien se le acercó por detrás y le indicó que poco faltaba para el combate y pronto debería ir a prepararse.

¡La madre que les trajo!
– gruñó – Ni comer tranquilo le dejan a uno. ¿Pues a qué venimos aquí sino? ¡A comer y a beber! Y no me dejan…

A celebrar la Coronación, cariño… - le recordó su esposa.

Bueno… algo de razón tendrás para variar… - farfulló – En fin… qué remedio…

Se llevó un par de aperitivos a la boca y tras llenar su copa de vino, la tomó de un trago sin miramientos.

Al menos lucharé contento… - dijo riendo.

Poniéndose de nuevo en pie, y dejando la cachava custodiada por Franciska, recibió un pañuelo de seda blanca de esta, que se apresuró a guardar en un bolsillo sintiendo el fino tacto de la tela. La besó casto y puro como la situación le obligaba y marchó cojeando a sus aposentos para prepararse.

La cota de malla le entró ajustada como desde hacía unos cuantos años, a la fuerza desde el pecho hasta la cintura, embutido cual morcilla de Burgos. Un sirviente del Palacio le ayudó a jalarse con fuerza las espinilleras y colocarse las corazas. Por último, el yelmo sobre la testa, que encajaba como anillo al dedo con la mata de pelo rojizo que sobresalía por los costados.
Sacó cuidadosamente del baúl que había traído sus armas, y tras colocarse la espada a la cintura y el escudo a la espalda, cogió la lanza con el estandarte de Picassent en lo alto, dispuesto a lucirlo y contemplar el honor de ganar aquel combate.

¿Dónde está mi caballo? – preguntó al hombre.

¿Mi Señor? ¿Caballo? – preguntó atónito pensando que su trabajo había finalizado.

¡Sí, hombre! Qué no es tan raro, creo yo… Un bicho con cuatro patas pero que no es una vaca... - insistió.

Sí, claro. Sé lo que es un caballo... Pero Señor, dentro del Palacio… - intentó explicar sin éxito.

¡Por Santa Nicolasa! Ya voy yo a buscarlo – dijo malhumorado saliendo con decisión de la sala privada hacia las caballerizas.

Allí estaba su mejor caballo, engalanado para la ocasión como había pedido. Lo montó ayudándose de la lanza y con un ligero toque de las riendas el caballo se puso en marcha. Al paso atravesó la puerta del Palacio ante la mirada atónita de los presentes, continuando por el pasillo, cada vez a más velocidad.

Los techos eran altos y las puertas grandes, los pasillos anchos y suntuosos, por no hablar de los salones, propios de un Palacio Real. Trotaba decidido, con el estandarte bien alto ondeando con el aire por los pasillos casi vacíos, tan sólo sorteando las abultadas lámparas.

Y de pronto, como alma que lleva la Criatura Sin Nombre, se presentó ante el pelirrojo el gran comedor, repleto de gente a lo largo de las grandes mesas. Galopaba descontrolado entre dos largas mesas llenas de comidas y bebidas, provocando la histeria en algunos de los presentes. Pero… ¿qué veían sus ojos? La mesa presidencial se acercaba peligrosamente.

¡¡Soooo!! – le gritó a su corcel a la par que tiraba sobremanera de las riendas.

Se deslizó sobre el suelo medio metro más arrastrando el equino las patas y frenando así en seco. Miró a un lado y a otro. Justo allí esperaban los otros campeones del combate, junto a Lirdi, la organizadora, y un poco más adelante, los miembros de la Casa Real, observando expectantes. Todos le miraban, con una expresión extraña.

Ya he llegado – dijo con tranquilidad intentando disimular - ¿Dónde está tu caballo, Chukyn? ¿Montarás a lomos de tu Señor?



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Rose_de_anthares


No se sorprendió, a pesar de los gritos, las caras de impresión, depresión y verguenza, cuando se dió cuenta de que el alboroto se debía al señor de Picassent y su idea de ingresar al Palacio real montando su caballo. Bien era cierto que aquello no era la catedral de Valencia, si lo hubiese sido, le mandaba a colgar de inmediato por la osadía, pero no, no lo era y la Reina hizo uso de toda la compasión que tenía su corazón.

Ante el rostro deformado de Yuste, ésta tomo su mano y sonrió, se puso de pie y habló - Damas, caballeros, mantened la calma...es un hombre de edad, tenedle consideración y piedad, seguro tiene pérdida del sentido común - siguió sonriendo y miró a doña Franciska, que con la impresión o paría a sus hijos o se veía viuda con una enorme barriga - Tranquila mi señora Francis - siguió sonriendo mientras movía su mano llamando a la guardía que corría con sus pesadas armaduras a rodear al señor - llevaos al caballo, que no al señor, sino ¿quién sino va a divertirnos en el combate? - tomó asiento y todos la imitaron. El de Borja mascullaba palabras que no sería prudente repetir - calma yerno, calma... - se acercó para susurrarle - que la orden de cortarle la cabeza y convertirlo en chuleta ya está dada - y siguió riendo como si no nada extraordinario hubiese pasado.

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