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[RP] Hoy, un día de fiesta para Valencia

Lirdi


La Jones escuchó complacida las palabras de Sepillo, las cuales la dejaron mucho mas tranquila.

-Me reconforma y alivia oír vuestras palabras, os agradezco de nuevo por vuestro trabajo.- Le dijo la dama. –Claro, dirijámonos a los salones que seguirán llegando mas invitados y pronto llegara también Su Majestad.-

Lirdi caminó juntó a Sepillo hasta los salones y una vez allí, se disculpó con él para hacer otro saludo.

-Caballero Gulf es un placer verlo.- dijo al acercarse al pelirrojo. – Y vuestra adorable esposa. Mi mas sincera enhorabuena por el embarazo, mi dama, dejadme deciros que os sienta de maravilla.- Decía apreciando el abultado vientre de la mujer.
-Espero Gulf que os hayáis venido preparado para pelear un poco mas el día de hoy.- Le decía con una sonrisa al finalista.

Intercambiaron unas breves palabras más, pero pronto la dama se disculpó también con ellos.

-Señorías, debo buscar a mi esposo, que no me gustaría dejarlo solo demasiado tiempo. Nos volveremos a cruzar mas avanzada la celebración.- decía mientras los saludaba al retirarse.

Buscó con la mirada para ver donde se había metido Apolo, pero a primera vista no consiguió hallarlo. Por el contrario si alcanzó a ver a un delicado señor de los bosques, y no quiso dejar de saludarlo.


-Mi estimado von Rommel- decía a la vez que inclinaba la cabeza en forma de saludo. –Que pena verlo solo en semejante palacio, me extraña que un hombre como vos no este disfrutando de grata compañía.- dijo mientras observaba al de Játiva que a pesar de que los años pasaran siempre se conservaba en perfecto estado.

-Quizá cuando llegue el momento del baile, saldéis esa deuda que tenéis pendiente conmigo.- decía la dama a la vez que levantaba una ceja. –Aun que se llegue a pensar que estoy muy vieja, tengo excelente memoria.- Sonrió.

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Sepillo


En compañia de Lirdi llego a la sala y con los primeros en toparse fue con Gulf y su esposa.

- Enhorabuena a ambos, veo que ya esta en camino y a punto de llegar un nuevo barbarroja o nueva melenaroja para el reino, jaja. Aun me acuerdo cuando yo era el unico pelirrojo del reino y un buen dia vi tu tambien pelirroja cabellera, fue todo un acontecimiento. De entonces a ahora no se que ha pasado, que levantas la vista y no haces mas que ver rojas cabezas, jeje.

Sepillo vio a un trozo a Ysuran y a Ibelia con cara de preocupacion mientras lo miraba, asi que se acerco y le dijo:

- Hola Ysuran, Hola Ibelia, te veo con cara de preocupacion, no sera por mi pato cocinero?, no te preocupes ya sea que hay una ensalada de pato como plato de la comilona y he dejado bien claro que a nadie se le ocurra hecharle la mano a mi Totes, que si no dormira esta noche en las mazmorras y mañana me lo llevare al cadalso de Paterna.

Tras estos vio a caras setabenses por el salon, asi que para alli se fue:

- Muy buenas Valken, ultimamente estamos en todos los festejos, a ver si esta vez hay suerte y alguno o ambos encontramos a la niña de nuestro ojos, que ya va tocando.

Y luego a Ilionm.

- Contigo queria hablar de negocios, muy buena actuacion la de tu guardia, si no te es inprescindible me gustaria incorporarlo a la guerdia paternera, cuanto es su clausula de rescision?.

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Ibelia.jordan


Ibelia vió a Sepillo que se acercaba hasta ellos, ya pensaba que en las cocinas el pato Totes había acabado sus días, en manos del matarife real, cuando el gesto y las palabras del Gentilhombre de Paterna la sacó de su preocupación.

- Hola Ysuran, Hola Ibelia, te veo con cara de preocupacion, no sera por mi pato cocinero?, no te preocupes ya sé que hay una ensalada de pato como plato de la comilona y he dejado bien claro que a nadie se le ocurra echarle la mano a mi Totes, que si no dormirá esta noche en las mazmorras y mañana me lo llevare al cadalso de Paterna.


-Buenas tardes Sepillo, Contestó la dama - Me alegro de que todo esté en orden, ya empezaba a preocuparme por la salud de su simpático amigo. Espero que todo esté a su acomodo y nos prepare esa famosísima paella sin ningún contratiempo.

Sonrió al caballero que ya se iba a saludar a los demás invitados.


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Liborio_borja


Los estandartes de la casa de Alba ondeaban con el viento costero valenciano. El galope de la comitiva era rápido, ya que era el último trecho y el sol comenzaba a ocultarse; debían llegar a tiempo para el baile. Sin duda el viaje había sido largo. Durante el camino, el joven conde pudo en pocos momentos disfrutar de una cama decente, las posadas y el carruaje no le habían permitido descansar lo suficientePero la causa vale la penapensaba cada vez que un traqueteo del carruaje le ocasionaba un nuevo golpe. Aquellos caminos parecían no ser habitualmente usados, la ruta parecía había sido diseñada para los pastores o para no entrar fácilmente al territorio aragonés o catalán.

La invitación había sido enviada hacía ya varios días a la residencia del de Alba, quien ordenó empacar lo justo y necesario para aquel viaje. El Conde quería viajar lo mas ligero de equipaje que pudiera para que el carruaje pudiera viajar más veloz; quizás fue lo correcto, ya que era justo la noche del baile cuando la escolta de Alba entró a la capital Valenciana. Se notaba un ambiente de fiesta desde que se había llegado al Reino, pero la capital bullía aún con más gente, la comitiva disminuyó el galope a un trote debido a la cantidad de gente en las calles. La sonrisa del Conde se ampliaba al observar los actos tan ingeniosos que tenia el pueblo para celebrar aquella ocasión, que sin duda marcaba un nuevo inicio para aquellas tierras.

La escolta fue disminuyendo aun mas el trote conforme se acercaban al palacio, ya que varios carruajes hacían fila para dejar a los invitados frente al bello edifico palaciego. Al llegar el coche a la entrada del palacio, el cual sin duda era imponente y lujoso, la portezuela fue abierta para que el Conde pudiera bajar. Éste, vestía un traje verde-grisáceo que combinaba a la perfección con sus ojos glaucos, característicos de los Borja. El paso del joven era firme, seguro y confiado. Al llegar a la puerta observo atentamente el salón, no reconocía a nadie, lo cual era de suponer ya que no frecuentaba la corte valenciana.

Su Excelencia Liborio Borja, Conde de Alba de Tormes- dijo el de Alba al heraldo para que le anunciara. En sus pensamientos, rezó al Altísimo para que pronto encontrara a algún conocido, mientras esperaba que el heraldo cumpliera con su trabajo.

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Takuba



Por la pre seeeeen teeee, que dáaaaa iiis in vi taaaaa doooos a las ce le br a cioooooo neeeeees por la co ro na ciooooooón deeeee Su Ma jes tad Rooooo seeeeee ops...palito?


Taku no paraba de leer la invitación. Estaba invitado?, wow, no terminaba de creérselo ya era el día, se hacía tarde....todo para ultima hora. Ainssss, que me pongo yo?, miraré en mi fondo de armario aunque cualquier trapito que me ponga yo lo luciré muy bien

Empezó a sacar todos sus trajes del armario y pensó que aquella camisola rematada en un elegantisimo "palabra de honor" combinaría estupendamente con aquel sencillo pantalon de campana. Ahora meto la perneeeeera por dentro y mírame, estoy hecho un pincel, me dan ganas de parar a la vuelta a pescar unas truchas

Salió con paso decidido, casi como un velociraptor, ajeno a las risotadas que escuchaba ajenas a él. Tras marcar un par de buena posturas en el río para la vuelta, llegó al fin . Observó al instante dos cosas. La primera que todos hablaban entre ellos del espectáculo, lo que le hizo suponer que se había perdido algo, osea, llegaba tarde por primera vez. Lo segundo, o el era un adelantado ala época o no supo elejir la vestimenta.Viendo la forma tan peculiar de presentarse los invitados
se acercó con la cabeza alta al grupo
Muy buenas soy Ta, de kuba, decía entregando la invitación no queriendo ser menos él.

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Hechicera79


Hechicera se volvia a mirar en el gran espejo que se encontraba en su habitacion. La criada que la ayudaba terminaba de colocarle adecuadamente las joyas y daba los ultimos retoques a su peinado, esta vez llevaría una comoda trenza en vez de algun recogido muy trabajado como a veces usaba para ocasiones especiales, esta celebracion era especial, su tia Rose celebraba su coronacion, pero ultimamente le apetecia ser austera en el vestir y en el peinar, pero sin perder ni un apice de elegancia.
Volvio a mirarse en el espejo y le gusto el vestido que había elegido ese día.

Se dispuso a bajar al salón y se sento a esperar a su amiga Mafis, que estaba pasando unos dias en su casa, para alegría de Hechicera, tenia pocas oportunidades en los ultimos meses de ver a su amiga, y la visita de esta la había llenado de dicha.

- Laura, por favor, avisad a la dama Mafis que la espero aquí en el salón, en cuanto baje nos iremos en el carruaje a la fiesta de la Reina.- le pidió a la criada que la había acompañado hasta el salón.

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Heraldo_real


El Heraldo olió que una invitada más había llegado, si, olió, ya que parecía que la dama se había bañado en perfume. Se giró hacia el olor y pudo ver a una bella dama con un lindo vestido veraniego con muchos volantes.

- Menos mal, una que huele bien, porque los presentes en esta fiesta parece que siguen la tradición de bañarse solo dos veces al año. Eso sí, como venga una ráfaga de aire se va a ir volando con tanto volante. - Pensó el Heraldo emitiendo una leve carcajada.

Después de que la dama le comunicara su nombre el Heraldo golpeó dos veces el suelo con el bastón y la anunció:

-La perfumada y bella Dama Danpi von AltRupin.- Dijo mientras veía como el color de las mejillas de la dama se tornaba un tanto carmesí.
Heraldo_real


Con paso y firme y casi marcial apareció otro invitado en la puerta de Palacio, el Heraldo quedó realmente fascinado por el porte y señorío de aquel joven caballero de ojos verde claro que no había visto nunca antes. Dio dos golpes en el suelo y enseguida le anunció:

- Su Excelencia Liborio Borja, Conde de Alba de Tormes- exclamó alto y fuerte esperando una buena propina del noble caballero.
Heraldo_real


Parecía que el trabajo se amontonaba en la puerta del Palacio.

- O no viene nadie, o vienen todos a la vez... Parece que se esperen en la puerta como señoritas vergonzosas para no entrar solos.. - Se burlaba el Heraldo.

Otro invitado llegaba ahora a la fiesta y le entregaba una invitación al Heraldo.

- Pero bueno, ¿Que no sabe que todo el pueblo está invitado? Que ese papel es una mera formalidad... Puede quedárselo de recuerdo... ¿Además no deberías ir por la puerta de servicio? - Decía algo extrañado el Heraldo, aunque más extrañado parecía el joven. - Es igual. si quieres que te anuncie, pues allá vamos... Cualqueir cosa por llamar la atención.- Refunfuñaba el Heraldo que lo único en lo que pensaba es en comer algo.

El Heraldo dio sus dos golpes característicos en el suelo y dijo:

- El Caballero, Ta, de kuba, bufón de la corte en sus ratos libres, tabernero de Segorbe y soltero empedernido. - Sí, estaba claro, el Heraldo conocía bien a los ciudadanos del Reyno.
Hijar


El Grupo con el que viajaba el Peñalver bien podría parecer un pequeño contingente militar. A la cabeza, en su percherón negro como el tizón, Híjar iba cabalgando acompañado de sus hijos Merello y Rocko. A unos pasos por detrás, cuatro soldados del Gloriós; luego un carruaje que albergaba a su mujer y a su hija, y que conducía el pequeño Juan; un mozo zaborrero y poco agraciado que, si bien no tenía muchas luces, sí respondía a las monedas de buen grado y era buena mano izquierda del Peñalver. Además de poder descargar con él puntapiés en el trasero cuando algo no le iba bien.

Por detrás del carruaje, otros cuatro soldados; uno de ellos hurgándose la nariz, ya que, por ir a la retaguardia de todos, nadie lo veía.

-Hijos míos- dijo refiriéndose a Rocko y Merello -Más os vale echaros novia en el evento... va a estar la flor y nata de toda Valencia, y quiero casas en, al menos, dos playas. Así que ya sabéis, escoged mujeres de bonitos y caros vestidos, con collares y anillos ostentosos... ¿Guapas? ¡Bah! Eso es secundario.

Y en medio de este discurso de mal padre e interesado estratega que Dios quiera que ellos no tuvieran en cuenta, llegaron a las puertas del palacio.

Híjar hizo una seña para que un soldado atase su caballo al carruaje y tomara las riendas del mismo, al tiempo que echaba un grito a Juan para que fuera a su vera.

-¡Mancebo!

-Mande, Maestre.- dijo el chico desganado.

-Toma esta nota; aquí va cómo han de presentarnos. Díctasela al Heraldo... y no olvides de decir lo guapos, fuertes y amables son mis hijos. ¡Hale, corre como la corza herida! -dijo Híjar mientras movía un poco al percherón para que le asestase un pequeño empujón al muchacho para que espabilase y marchara corriendo. Luego se refirió a sus hijos:

-Chicos, mirad a ver si veis por ahí el carruaje del Picassent y, si podéis soltar un poco un eje de las ruedas, hacedlo...

Al tiempo de esto, Juan corría hacia el heraldo. Tirándole de los ropajes, miró la nota y empezó a leer con dificultad:

-Señor, viene Hijarr...... de Pena alber...... y Rockello y Mero, con Maestr.... Capi Patriii... y esto.... esto... Zin...... ¿Esto es una b o una v....?

Ante la atónita cara del Heraldo, el chico le dió la nota que le habían dado y pensó que ya la leería él, que para eso [no] le pagaban.

Citation:
Híjar de Peñalver i Narváez, Maestre de Camps del Gloriós del Rei Anzo, Capitán del Reino de Valencia y Consejero Real, su esposa Patriii Rodríguez i Ferrer y sus hijos Merello, Rocko y Zinnia, de Castellón.


La familia desmontó del caballo y se dirigió a la puerta, hacia donde el Heraldo estaba, ahora que ya estaba enterado de quiénes eran.

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Heraldo_real


Era divertido mirar como los diferentes invitados pululaban por la fiesta alegremente, algunos se quedaban en los rincones oscuros como con miedo de que les vieran o con caras de ¿qué demonios hago yo aquí?, otros buscaban algo desesperados un amigo al que arrimarse y así no sentirse tan solo y los más afortunados, que parecían manejar el asunto de la corte como si toda la vida andaran en ella saludaban a todo el mundo, bailando con unos y otros e incluso buscando afecto más allá de la vida marital.

Las organizadoras de la fiesta vigilaban que todo fuera correcto y se preocupaban por todos los invitados, no importaban títulos o riquezas en esa fiesta, lo único importante era honrar a la reina Rose I que se había mostrado como una reina cercana al pueblo que apreciaba a todos por igual independientemente de sus apellidos o abolengo familiar.

El Heraldo andaba de espaldas a la puerta, cotilleando cuando un zagal muy poco agraciado se le acercó por la espalda y le empezó a tirar de la camisa para llamar su atención. El heraldo se giró y vio como un pequeño batallón se acercaba hacia la puerta

- ¿Nos atacan? ¿Tengo que dar la voz de alarma? - Preguntó asustado al mozo. No recordaba muy bien que debía hacer en caso de invasión o ataque, ya que Valencia solía ser una ciudad muy tranquila y pacífica.

-Señor, viene Hijarr...... de Pena alber...... y Rockello y Mero, con Maestr.... Capi Patriii... y esto.... esto... Zin...... ¿Esto es una b o una v....?

- ¿Eing? ¡Pero qué demonios dices malnacido! ¿es que quieres sacarme el puesto de heraldo? - Le dijo atónito el heraldo mientras le amenazaba con su bastón.

El zagal algo asustado le pasó el papel al heraldo que prestamente después de leerlo dio dos golpes en el suelo y los anunció.

- Híjar de Peñalver i Narváez, Maestre de Camps del Gloriós del Rei Anzo, Capitán del Reino de Valencia y Consejero Real, su esposa Patriii Rodríguez i Ferrer y sus hijos Merello, Rocko y Zinnia, de Castellón.

Zeian_de_berasategui


Zeian llegó hasta donde estaban sus sobrinos y se dirigió a Juliane:
- Sobrina, ¿me excusas un momento?. He de ir a recibir a alguien.
Y se encaminó hacia la escalinata del Palacio, ya iluminada por la luz de la luna.
Los candiles jalonaban el camino y los carruajes depositaban invitados que ascendían. A los que el de Berasategui conocía, saludaba con un apretón de manos, un besamanos o, incluso, un abrazo para los más íntimos.
A los que no, con un gesto. La luna comenzaba su salida por el horizonte y, de repente, llegó el carruaje que esperaba, el que había enviado en busca de la dama que le acompañaría al baile.
Cuando ella descendió, vió que estaba bellísima y que el vestido era, a la vez, atrevido y elegante. Ella le sonrió cuando él le tendió el brazo y juntos avanzaron por la escalinata.
Hablaron poco por el camino hasta el salón donde esperaban los jóvenes infantes. Atravesaron puertas y salones, donde criados de librea sosteniendo candelabros se inclinaban a su paso haciendo respetuosas reverencias.
Y cuando llegaron a donde esperaban los infantes, Zeian dijo:
Altezas, os presento a la dama Graciela de Lara Salcedo, de Zaragoza, mi invitada al baile.

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Chukyn


Tras concluir con los combates previos del Campeonato Real, ChukyN Campeón de Jativa se dirijo hacia la fiesta.
Al llegar vio como el heraldo hacia su trabajo, rápidamente se escabullo por detrás de él tratando de no ser visto.

En cuanto se encontraba adentro fue directo a buscar una copa de vino. -Que mejor que el vino para aliviar el dolor- Pensó.

Vio unas cuantas caras conocidas, El señor de Jativa Valken, su coronel Sepillo al igual que el Maestre de Camps Hijar.

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Ejercito de Valencia.
Ex Portavoz del consejo.
Ex Alferez de la Hueste de Jativa.
Capitán del El Gloriós del Rei Anzo
Graciela
No había pasado ni un día completo desde que había puesto pie en Castellón por primera vez, en ese viaje tan ansiado y soñado por ella pero que se hizo tanto de rogar por circunstancias de toda índole. Pero ahora y sólo ahora, Graciela sabía en su interior que el viaje se había producido en el mejor de los momentos posibles. Ni más ni menos, en el mejor.

Y es que el destino es caprichoso y a veces nos depara acontecimientos del todo inesperados… pero no por sorprendentes, por muy controladora que una sea, siempre tienen que ser malos.

Los azares del destino querían que en ese preciso instante se encontrase allí, en la fiesta por la coronación de la Reina de Valencia. ¡Quién se lo iba a decir a ella! Tan sólo unas horas atrás aún estaba a bordo de “La Pilarica”, contemplando por primera vez en su vida el mar, cumpliendo así uno de sus grandes sueños. Tan sólo unos días atrás se pasaba los minutos y las horas en su casa de Zaragoza, sin apenas poder moverse, pensando en qué diablos hacer con su vida y hacia qué meta encaminar sus pasos. Y tan sólo unas semanas atrás, yacía postrada en una cama sin que nadie a su alrededor apostara un denario por que algún día volviera a levantarse….
Y sin embargo, allí estaba.


- ¡¡Por Aristóteles Guadalupe, tienes menos fuerza que un jilguero!! ¡¡Ciñe más, niña, ciñe!!
- Señora, se le van a salir las tripas si le ciño ese corsé más…y eso que no ha querido probar bocado… ¿no cree usted que yendo tan apretada le va a doler la heri….?
- ¡Que ciñas, te digo! ¡Y a callar!


Menos mal que se había llevado aquel vestido. No era gran cosa… desde luego de haber sabido con antelación que asistiría a un evento así, probablemente habría elegido otro, pero para haberle pillado desprevenida pensó que no iba a acudir a la fiesta mal del todo. Se trataba de un elegante vestido en color perla y seda azul, con bordados en dorado a lo largo del faldón.
Los zapatos, los más cómodos que tenía. Total, tampoco se veían por debajo del vestido y dado que el caballero que le hizo la invitación le comentó algo de un baile, no lo dudó un segundo.
Como joyas no había llevado al viaje, por miedo a poder ser atracada y perderlas, el único adorno que luciría sobre su piel sería la cruz aristotélica, que siempre la acompañaba bajo cualquier circunstancia.

La joven criada Guadalupe le había ajustado tanto el vestido que Graciela parecía mucho más esbelta de lo que ya era de por sí, pero sobretodo la ayudaba y obligaba a ir totalmente erguida, algo fundamental para una dama, para causar buena impresión y que no se notara que aún caminaba renqueante. El bastón, por supuesto, se quedaría en un rincón de la posada donde la muchacha se alojaba, esperando otra ocasión para ser utilizado.

Cuando las estrellas comenzaban a dibujarse en el firmamento, el carruaje que el caballero Zeian de Berasategui envió para llevarla, se detuvo frente al gran Palacio Real. Tantas luces, adornos, invitados que llegaban todos en diversos carruajes y muy elegantemente vestidos, impresionaron muchísimo a la joven que observaba todo mientras descendía y que no terminaba de creerse que ella sin comerlo ni beberlo también iba a disfrutar de todo aquello.

Enseguida apareció frente a ella su anfitrión personal, al que recibió con una enorme sonrisa y tomándolo del brazo comenzaron a caminar adentrándose en el Palacio.

Al paso del señor Berasategui los criados hacían reverencias, lo cual hacía que Graciela sintiera una sensación muy extraña a la par que curiosa.

Finalmente llegaron a un gran salón en el cual Graciela vivió uno de los momentos más emocionantes que podía imaginar que le ocurrirían.


- Altezas, os presento a la dama Graciela de Lara Salcedo, de Zaragoza, mi invitada al baile.

Les hizo una reverencia tal cual su madre le había enseñado desde bien pequeña.

- Es un enorme privilegio para mí poder conoceros, Altezas…

Después, miró a Zeian y en sus ojos se podía ver con claridad que se sentía enormemente agradecida hacia él y que difícilmente olvidaría aquel gesto...
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Mis andanzas...
Heraldo_real


Juan, el Heraldo, notó como algo pasaba por detrás de él sigilosamente, pero como estaba entretenido espiando a los presentes en la fiesta no fue capaz de verle en ese momento, sólo después de un buen rato reconoció a uno de los campeones del torneo, el tal Chukyn de Játiva, entre la gente.

- ¿Así que de ti se trataba eh? No me extraña que sea finalista.. es sigiloso cual gato.

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