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[RP] Hoy, un día de fiesta para Valencia

Nicolino


El Borja no supo bien cómo responder al gesto de la Reina, a aquella expresión inequívoca y sincera. No era simple, ni tampoco sencillo mantener la lealtad en sus súbditos, pero ella, quizás inconscientemente, la inspiraba. Fuera como fuera, Nicolás sonrió, saludando con cortesía a la familia de su esposa, todos ellos conocidos, y en muchos casos compañeros de muchos años, tal era el caso del otrora Capitán Barrachel. Y a pesar de su secreto y cariñoso interés en que Jokin fuera atropellado por un carruaje cargado de pesadas mercancías y tirado por ocho caballos (sentimiento que intuía era mutuo), se apreciaban, eran cercanos y se trataban como iguales.

Mas no existía sobre la faz de la tierra una persona más cercana a él que su propia esposa, y sus palabras nunca habían dejado de causar efecto en Nicolás, más aún si se trataba de susurros acompañados de suspiros y sonrisas...-Prométeme que nos iremos pronto-le dijo en su insinuante susurro- en serio que no tengo ánimos de bailar hoy...-le confesó seguidamente. Y el Borja podía dejarse convencer con facilidad, solo por ella, pero en aquello no se dejaría vencer. Había llegado allí, ¿ Y todo para irse temprano?.

-¿Ni uno con tu esposo?-respondió-¡Si me habías prometido la primera pieza!-agregó, a modo de suave reproche, que tenía como objeto eliminar de ella toda duda que aún pudiera albergar, impulsándola hacia su opinión.

Y justo antes de que se abrieran las puertas, pudo adivinar, casi leyendo su mente, los pensamientos de su esposa, al ver que su mirada se desviaba a sus padres. ¿El destino los haría semejante a ellos, y les auguraba una vida próspera? ¿Su descendencia también se multiplicaría como el polvo de la tierra?. Ambos se preguntaban internamente sobre su futuro, juntos, y si se verían reflejados en ellos. El Borja, por su parte, no dejaría de creer que aquello era todo muy rosa, y que en cualquier otra corte, habrían más puñales lanzándose sigilosamente por debajo de la mesa, fuera de la vista de los demás. Sucedía en todas las Casas Reales. Pero el orden en el hogar, cuando lo había, se transformaba en orden para sus súbditos: todo era más fácil si los Infantes no estaban despellejándose por cuestiones sucesorias. Aquello era una bendición para el pueblo, y él lo tenía bien en claro.

Avanzaron, del brazo, y fue rápido el andar. Y seguidamente, de forma rápida para él, la Reina dio su discurso, solemne inauguración de la celebración, palabras festejadas con odas y vítores, que hicieron el salón resuene (como tantas otras veces resonaron salones) por una única frase: "¡Viva la Reina!¡Viva València!" , a la que ambos esposos se unieron, con su consiguiente brindis, con copas que oportunamente encontraron y reclamaron como suyas.

Y la primera diversión del día no tardó en llegar al ver al viejo lobo de mar de Picassent, disimulando el Borja una sonrisa sesgada, camuflada en expresión de respeto a los miembros más antiguos de la nobleza y sociedad. Su pensamiento inmediato, fue si un no-nato era capaz de heredar. Quizás debiera enfocar su atención en aquel punto de la legislación...o dejarlo como estaba, y ver la forma de sacar algún tipo de ventaja de ello.


-¿Decíais que queríais beber algo, esposa?¿No sería conveniente ya nos sentáramos y comiéramos algo, mientras los demás acosan un poco a vuestra madre?-le dijo con soltura al oído, oliendo el aroma a pescado y arroz bien sazonado saliendo de la cocina...

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Rose_de_anthares


La reina no podía hacer otras cosa que disimular la sonrisa, que iba a la risa, ante las palabras del capitán. Y más aún cuando miraba de reojo al rey quién de soslayo, parecía mirar y memorizar las palabras del lobo de mar.

- Agradecemos vuestras palabras y más vuestro deseo de trabajar. Considerándolo, ya hablaremos vos y yo... - le sonrió ya que le habló con un dejo de misterio en sus palabras a sabienda que, pasadas las fiestas debería conformar su consejo real. Miró y oyó las palabras de la señora de Picassent, tan llenas de tranquilidad y buenos deseos - un próspero reinado para todos nosotros y para los que vendrán - le dijo, observando su estado.

Frente a ella apareceían el gentil Sepillo acompañado de su sobrina y la señora de Guadalest. La primera en hablar fue ella, la gentildama quién pidió saltarse el protocolo - ¡Bendita solicitud! - se dijo para sus interiores poniéndose de pie y abrazándola con el máximo cariño que podía expresar a la hija de su hermana - cada día que pasa, os parecéis más a vuestra madre Canela, el altísimo os bendiga mi buena sobrina. - le dijo, acariciándole la mejilla.

Valken apareció en escena, el señor de Jativa o señor de los bosques, tan halagador como siempre, la saludaba e incluso se acercaba a su oído para susurrarle ideas sobre su castillo - ¡Claro que engrandeceremos a este reino! lo de vuestro castillo - rió - lo veremos a futuro, o quizás os cite a alguna reunion para hablar de ello. - y el de Játiva pareció entender sus palabras, o eso creía ella porque sonrió nada más al oírlas.

- Majestades! - habló el de la Vila Paterna, dedicándo elogios a sus palabras, entregándole al instante una carta escrita por los súbditos de la región que estaban bajo el cuidado del gentilhombre. Ella no dudo en leerla y sonrió feliz - decidles que iré a verles pronto, tan hermosa carta llena de lealtad no merece menos de nosotros -

- Majestad, estoy de acuerdo con las palabras de su sobrina, el discurso ha sido muy acertado... - dijo la dama Mafis, quién con la confianza que les caracterizó a ambas siempre, la abrazó con fuerza y alegría, saludando también al rey quién respondía a la dama como era debido. - Gracias mi buena señora, se que podré contar con vos y vuestra valía siempre. De eso no tengo la menor duda. - le sonrió y tocó su hombro con alegría.

La Reina estaba dónde quería, entre sus amigos y subditos, no lejos de ellos. Los movimientos que habían en el salón y la apertura del comedor le anunciaba que pronto empezaría el banquete, ella eso sí tardó un poco en entrar, quería seguir saludando a quienes se encontraba en el camino. De todas formas aquello no importaba mucho, la noche recién comenzaba y podría, con todo el tiempo del mundo, hablar con cada uno de los invitados aquel dia.

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Sepillo


Mientras Mafis y la reina se fundian en un amistoso abrazo, Sepillo observo que los sirvientes y camareros de palacio comenzaban a abrir las puertas del comedor. Primero vendrian los aperitivos, asi que si no le fallaba el calculo temporal o el hambre de alguno de los cocineros, Totes su pato, no tardaria mucho en poner el arroz en la paella, el momento mas crucial y el cual diferenciaba lo que podia ser una excelente paella de una pesima.

Asi, que con confianza, pero preocupado por si su pato pudiera pifiarla en una ceremonia tan especial, y una vez Mafis termino e saludar a la reina, se dirigio a ella.

- Bueno, ya estan abriendo los salones y he oido que los aperitivos van a ser los mejores que se han servido en estas tierras, y no me gustaria perdermelos ni que tu te los perdieras, aprovechemos para hacerle una visita a mi pato y su paella a ver si va todo bien. Que nunca a hecho una paella para un acontecimeinto asi y no sea cosa que los nervios lo hayan traicionado.

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Garkaman_de_budapest


Estaba con su hermana Misbu recorriendo el salon y saludando a todos los conocidos, y buscando a Mafis y a Hechi para darle personalmente el abrazo que se enviaron "via carroza". Le habia hecho gracia ver a su prima y a su amiga saliendo por la ventana del carruaje a punto de caerse, muertas de risa, con tal de saludar efusivamente.
Oh! mira Garka, ahi estan!! dijo su hermana en cuanto las vio.
Si, vamos a saludarlas. y alli fueron, pero antes de llegar, su Majestad la Reina comenzo un bello discurso, de modo que se quedaron quietos atentos a lo que decia.
Larga vida a la Reina! ¡Gloria al pueblo valenciano! – gritaron con energia los presentes alli, y Garkaman y su hermana no pudieron evitar sentir ese escalofrio que la emocion les hacia correr por su espina dorsal.
Al finalizar, Garkaman tomo a su hermana de la mano y se dirigio sin pensarlo dos veces a saludar a la Reina. No todos los dias se tendria el privilegio de poder verla y hablar con ella.
Se acerco, y mientras su hermana se inclinaba respetuosamente como la Gentildama que era, el puso su rodilla derecha en el piso e inclino la cabeza en un gesto de respeto y veneracion.
Su Majestad, si me permitis, me presento formalmente, a pesar de que se que no escapa a su sabiduria el nombre de todos y cada uno de sus subditos. Soy el Capitan Garkaman de Budapest, del Regimiento del Sector Denia del Glorios del Rei Anzo, y ella es la Generosa Driade de Budapest, mi hermana. Es un honor para mi poder dirigiros la palabra para felicitarla por su exito, ya que creo que el que la hayan elegido como Monarca de Valencia fue lo mejor que nos ha sucedido en mucho tiempo. Nos han conmovido vuestras sentidas palabras, y me siento orgulloso de ser Valenciano, y quiero que sepa que humildemente puede contar conmigo para defender con honor nuestro Reino en las circunstancias que sea, brindando para ello mi vida de ser necesario y sin dudarlo un instante.
Queria tener el honor de besar la mano de la Reina Rose I, y por eso permanecio frente a ella unos instantes.

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Mafis


Después de saludar a los Reyes, la de Guadalest estaba lista para ir con Sepillo a dar el visto bueno a la Paella.

- Bueno, ya están abriendo los salones y he oído que los aperitivos van a ser los mejores que se han servido en estas tierras, y no me gustaría perdérmelos ni que tu te los perdieras, aprovechemos para hacerle una visita a mi pato y su paella a ver si va todo bien. Que nunca a hecho una paella para un acontecimiento así y no sea cosa que los nervios lo hayan traicionado.

Claro Sepillo, vamos pero me prometes que no me tendrás ahí mucho tiempo? Que mi vestido se va impregnar al olor de cocina – Con una mirada picara le sonríe.

Hechi, vamos a la cocina con Sepillo ó esperas a Garkaman a que termine de saludar a los Reyes y regreso con ustedes?

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Condesa_de_giges



El de Ostemberg tampoco había reparado en su disfraz, aniquilando con ello cualquier resquicio de timidez que pudiese quedar en la farsante. Decidió entonces la de Giges desprenderse de las notas, tras echarles un último vistazo, y pensar en una forma más divertida de pasar el día.

-¡Rumores!, pensó

¡Y voilà! La gracia divina puso en su camino a una de las infantas , que salía de la cocina con gesto desesperanzador, tras los pasos de su esposo.

-¡Qué hermosa está la Reina!- comentó la falsa condesa a la segunda de los Berasategui – ¡Muy apuesto, vuestro padre!

-Pero contadme, querida Ederne ¿Cómo avanza vuestro embarazo? Veo que no perdéis tiempo en la alcoba-
susurró, mientras la comisura de sus labios delataba una pícara sonrisa.- Debo deciros que me complace que haya alguien liberada de pudores en este salón, y que goce de los beneficios más atractivos del matrimonio.


-Fijaos en los demás -
dijo, cogiendo a la dama de la cintura y girándola hacia la derecha- ¡Allí! aquellas damas – murmuró, señalando a Danpi y Lilyan con un sutil movimiento de abanico- ¿Las veis? Antes las observé coqueteando con el caballero Ilionm – asintió, para reafirmarse en la mentira- Y el mismo Señor de Xátiva, caballero disoluto donde los haya, me reveló al comienzo de esta fiesta, que las lujuriosas celebraciones de su castillo cesarían si la joven Azalea le entregase su corazón. Al parecer lleva años ocultando este amor en secreto -volvió a girar a la dama, esta vez para que se fijase en Sepillo- El caballero bebe los vientos por la dama Zinnia -afirmó.

-Y si no os hace sonrojar, debo deciros que vos también levantáis pasiones, y no sólo en vuestro esposo –
sonrió y desvío la mirada hacia el capitán Hijar. Aquel era un hombre casado y serían pocas las probabilidades de que Ederne le preguntase por la veracidad del rumor.

- Como veis, estamos rodeadas de tragedias amorosas, querida mía- sentenció, a fin de que se creyera todo lo que le había contado.
Ibelia.jordan



Ibel e Ysu ingresaron en el Salon del banquete y antes de dirigirse a sus puestos en la mesa, gozaron unos minutos disfrutando de la música seleccionada de entre los mejores artistas de todos los reinos para la la fiesta.

Al igual que todos los invitados que poco a poco llenaban el salón, se acercaron a saludar a los reyes ; los leales súbditos se arremolinaban a su alrededor, revoloteando como mariposas, al verla tan ocupada conversando con ellos. Ibel se esperó a que terminaran para mostrarle sus respetos a la reina y su familia, pues, según su pensamiento, en estas fiestas y protocolos, la nobleza debía acaparar preferentemente la atención y ser los primeros en acercarse a los reyes.
Cuando ya les tocaba por orden, hacer su reverencia y saludo a la familia real. Ibelia con una inclinación bajando su mirada en señal de respeto, expresó sus mejores deseos a la reina.

-¡Majestad! Os deseo larga vida y salud para guiar a su pueblo en la nueva etapa que comienza. Sabed que podéis contar con mi trabajo y esfuerzo por el reino a su servicio; como hasta el momento.

Espero que toda la celebración sea de vuestro agrado y disfrutéis con ella con vuestros leales súbditos.


Ibelia después de efectuado el saludo protocolario sonrió a la reina más relajada y cedió el paso a los demás invitados que aguardaban su turno.

Al poco vió que Driade y Garkaman entraban en el salón despues de hablar con la reina y se acercaron hasta donde se encontraban los hermanos Budapest para saludarles.

-¡Misbu y Garka, que alegría veros aquí! Les decía; mientras daba un abrazo a la dama y ofrecía su mano al caballero. -Garka ¿ya curaste tus heridas? Fue un gran combate, muy emocionante, lo hicisteis muy bien. Desde la tribuna os admiramos y vuestra hermana os animó en todo momento. ¿Verdad Misbu? Sonreía cómplice a su amiga. Bueno espero que disfrutéis, los campeones finalistas se batirán hoy aquí también, no nos lo podemos perder. Promete ser tan emocionante como divertido.

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Azalea


La pequeña comenzó a dar vueltas por la fiesta y a escabullirse entre el gentío. hacía horas que se había separado de sus padres y para colmo había extraviado a Lea.

Izar, donde te metes... ¡Pero qué aburrida estoy!. Correteaba en busca de niñas rubias y hasta el momento no se había dado cuenta de que pudieran existir tantas en el reino.

Ehmmm hola ¿Izar? No... ¿Iz...? No tu tampoco... Iba girando a todas las muchachas, con delicadeza al principio y sin miramientos al final.

Abatida, se marchó arrastrando los pies en dirección a una silla alta y ornamentada que había en un lado del salón. A su derecha se encontró con una infanta, no era Izar, pero ¿Qué importaba? Tenía ganas de hablar con alguien.

¡Ederne! Llamó, intentando captar la atención de la dama. ¿Que tal? ¿Como va el bebé?... Iba a disparar su metralleta de preguntas contra ella, cuando reparó en la extraña señora que la agarraba del brazo.

Se inclinó decorosamente y la miró entrecerrando los ojos. Buenos días tengas usted, bella dama. No la había visto nunca... ¿Es de por aquí? ¿Dénia? ¿Játiva quizá? ¿Es muy amiga de la infanta...? porque viendo como la tiene cogida cualquiera lo diría... ¿Y no pasa usted calor? Parece que va demasiado bien tapada... demasiado... para las fechas que corren. Yo soy Azalea Pellicer. Y vos ¿Como decís que os llamais?

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Hechicera79


Hechicera vio que de buen grado su tia se levantaba de su asiento para abrazarla, y se emocionó cuando esta le recordo a su querida madre Canela. Ultimamente o se enfadaba a tal extremo de ponerle de corona a Gulf el escudo de este o se liaba a llorar, seguramente se trataria del cambio de estacion que se avecinaba...

Se retiro para dar paso a Sepillo y a Mafis que la acompañaban y estos saludaron a la Reina individualmente.

Luego se volvieron a reunir, Sepillo las invitaba a ir a ver que tal estaba la paella, pero ella se percato de que el caballero que las hacia compañia solo tenia ojos para su amiga, por lo que cuando esta le pregunto si los acompañaba a la cocina le respondio.

- Ve tu Mafis, esperare a que Garkaman y Diadre saluden a mi tia y me reunire con ellos- les dijo- Ah, por cierto Mafis- la llamo la atencion y se acerco al oido de su amiga- Si es necesario echale picante- le dijo en tono picaron y guiñandole un ojo a su amiga.
- Por cierto Sepillo, cuidado con los fogones, espero no ver el trasero de ambos tiznados a vuestro regreso- le solto sin pudor alguno, seguro eran los efectos del excelente vino que habia bebido un rato antes.

Con una sonrisa los animo a que se marcharan sin ella, y ella se dirigio a donde se encontraban Garkaman y su hermana que ya regresaban de presentar sus respetos a la Reina.

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Sepillo


- Claro Sepillo, vamos pero me prometes que no me tendrás ahí mucho tiempo? Que mi vestido se va impregnar al olor de cocina

Con la sonrisa en la boca, Sepillo le contesta a Mafis

- No te preocupes solo te enseño al cocinero patuno, miro que todo vaya bien y nos volvemos que las viandas van a salir pronto y hay que coger fuerzas, por lo que pueda pasar luego.

Mientras Hechi le decia:

- Por cierto Sepillo, cuidado con los fogones, espero no ver el trasero de ambos tiznados a vuestro regreso

- No se, ya veremos, pero de seguro que me traere un carboncillo para pintarle la cara a la reina de las aduanas, jeje.

- Bueno Mafis le dijo mientras le ofrecia el brazo. - Vamos?

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Esmeralda_1


Custodiada con dos fornidas mujeres, la pequeña Esmeralda esperaba a su tutor, a la dama Irial y la damita Tiza, que viniesen a por ella para llevarla al esperado Baile.

La propia Reina había invitado a la pequeña diciendo que sería bien recibida en su palacio y obviamente su mami no se enteraría de que había desobedecido las órdenes impuestas a su tutor respecto al horario de acostarse.
Admiraría a la reina y porque no, comería golosinas y quizás hasta jugaría en los jardines reales.

Mientras esperaba, con su pequeño gatito en brazos y las dos guardias que la vigilaban, Esmeralda tramaba en su mente como haría para fugarse de la vigilancia de todos y poder disfrutar lo mejor posible aquella aventura.

¿Puedo ir a mirar afuera? – pregunto con inocencia a las damas, aunque por respuesta obtuvo un rotundo NO

Luego de suspirar y acercarse a Ganzito que la miraba con ojos curiosos a tiempo que se lamia una pata delantera, Esmeralda se inclino hacia él y le susurro a la oreja - ¿sabes ganzito? Me aburro mucho aquí sin hacer nada, ¿por qué no despistamos a estas señoras que nos cuidan y hacemos algo mientras esperamos al señor Baron? – el gato movió sus bigotes y dejo de lamerse, quizás si entendiera a su pequeña ama, - un ratón!! Un ratón!! - grito la niña subiendo las piernas a la silla.
Ganzito salió disparado hacia los cortinajes y las dos guardias de la niña, estallaron en gritos y carreras por conseguir donde escapar del poderoso ratón que por los suelos andaba, imaginariamente.

Esmeralda feliz de haber conseguido su cometido, salió disparada de la silla y se dirigió a la puerta principal, su objetivo estaba solo a unos pasos, pues por aquella puerta haría ingreso el tutor. Pero nada de aquello preocupaba a la niña, era libre y podría tomar un poco de aire antes de dirigirse a palacio.

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El_baron


-Tarde, tarde, tarde, tarde, tarde, tarde, tarde, tarde, tarde, tarde, tarde

Repetía Barón mentalmente una y otra vez mientras llevaba a su amada Irial a la carrera hasta la puerta principal donde le estaría esperando la Damita Esmeralda.

-Maldición, seguro que no quedará nada limpio de sus ropajes...y ese maldito gato infernal... seguro que lo trae...

Y es rondaba su cabeza cuando se acordo de algo...

-¡Tiza! Oh Christos nos hemos olvidado de Tiza...


Miró un segundo a su amada, y por la risilla que soltó, Barón sospechó que era el único que se había olvidado.

-Deberíamos volver a busc...

Barón ni se molestó en terminar la frase al casi caer fulminado por la mirada de su prometida.

-Esta bien, esta bien...


Pronto llegaron y Baró subió corriendo la pequeña escalera y entró casi chocando con la Damita.

-¡Damita! ¡Vamos a toda prisa al carruaje! Nos entretuvimos en el camino... ¡Ah! y la Dama Tiza dijo que no venía que se quedaba a echarse la siesta bajo un manzano ¡Corred!


Cogió a la pequeña en brazos ignorando cualquier protocolo, y a la carrera se dirigió al carruaje, la dejo dentro de el y apremio a Irial a entrar. Dió una colleja al hombre que llevaba el carruaje y el mismo entro.

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Esmeralda_1


Ganzitoo!!! – grito la pequeña estirando su mano antes de perderse dentro del carruaje, cuando quiso salir a buscarlo, estaba dentro la dama Irial y el tutor, dejando a la pequeña arrinconada.

Pero ganzitoooooo
– grito por última vez, pero aquello ya no era lo importante –
¿Porque duerme la damita?, ¿porque no duerme por las noches? ¿Porque duerme bajo un manzano?, ¿porque no tiene casa?, ¿porque no la invitas a vivir contigo?, ¿porque no?, - mil preguntas que el tutor respondía en forma mecánica con la mirada fija en la damita Irial.

¿Crees que vendrá cuando despierte? ¿Y crees que pueda llevar a ganzito?, ¿y porque te entretuviste señor?, ¿y que estabas haciendo? – cuando el tutor de la pequeña dejo de responder, quizás cansado, quizás porque no tenía nada que decir, el carruaje ya se detenia frente a la puerta principal del palacio.

El heraldo, que parecía ya medio dormido y relajado, quizás porque no esperaba más invitados, se puso firme y la pequeña tirando de sus pantalones le pidió se inclinase para ser anunciada.

Cuando el hombre se inclino, luego de mirar un leve encogimiento de hombros del tutor, Esmeralda anuncio:

Soy Esmeralda Borghese de la Vega, condesita de Bétera, reemplazo a mi mami como condesita porque ella no está, dijo la reina que podía venir a verla y que debía traer a mi tutor, el señor Baron y a su Prometida la damita Irial, ahh decidle también que la damita Tiza, duerme aun bajo un manzano, pero que vendrá cuando despierte – la niña soltó la solapa de la que se afirmaba del hombre y le sonrió, esperando que hubiese entendido todo el mensaje.

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Garkaman_de_budapest


Su hermana iba mirando de un lado a otro, con sus ojos bien abiertos observando todo a su paso. Y su hermano vigilando las miradas de los hombres que se deslumbraban a su paso.
Antes de ver a la familia Real, encontro a lo lejos a su prima Mafisy a su gran e inseparable amiga de aventuras en tiempos pasados, la dama Hechicera.
No conseguia detenerla, estaba euforica, y luego de saludar a la Familia Real, corrio al encuentro de su prima Mafis y su amiga hechicera.
Espera Misbu por Aristoteles, no podes ser tan atolondrada. Toda una noche falta todavia, tendras tiempo de todo!!
Calla hombreton que tu paciencia me enerva!! Dejame saludarlas, muero por darles un abrazo!
En el camino se cruzaron con la bella pelirroja Ibelia que los saludo con entusiasmo, no sin antes felicitar a Garka por su participcion en los combates.
Dejeme agradecerle hermosa dama el haber hecho realidad mi suenio de encontrar a mi hermana. De no haber sido por Ud. quien sabe cuando la volveria a ver, o quizas nunca. Le debo nuestra felicidad, y eso no tiene precio. Estoy a su plena disposicion, y por supuesto, de su marido Ysuran. dijo mientras Misbu como siempre, se le echo encima y la lleno de besos y abrazos, luego converso con ella unos instantes, y salio casi enseguida para no perder la ubicacion de su objetivo
Ibelia, luego te vere y charlaremos, debo saludar a mi prima y mi amiga, la hija de Sinfonia, la sobrina de nuestra Reina.
Y sin fijarse si Garka la seguia o no, se perdio entre la gente.

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Eduardo_de_laguna


Una alargada sombra cubrió el rostro de Lito. La mano enguantada en escarlata se posó sobre el hombro izquierdo de Lilyan, quien departía vivazmente con el hijo del Vizconde de Olocau.

- ¿Disfrutando de la fiesta? –preguntó a la pareja de conversadores.

Sin ser anunciado, el Cardenal se las había ingeniado para adentrarse en el gran salón. Siempre esquivo y reacio a participar en los grandes eventos, el prelado había cedido, con visible incomodidad, a aceptar la invitación real. Observó por los alrededores en busca de algún otro De Bournes, pero aliviado comprobó que el patriarca no se encontraba por allí. Alzó la diestra, ofreciéndola a Lilyan, al tiempo que se excusaba ante Lito.

- Un placer veros mi señor, lamento profundamente la ausencia de vuestro insigne padre. Mi aprecio siempre estará con él. Dadle saludos de mi parte y ruego que sepáis disculpar que os prive de tan grata compañía.

La joven aceptó la invitación y de la mano del prelado se aproximaron a los tronos, ocupados ya por la reina y su maltrecho esposo. Todo aquel que le presentaba sus respetos a los monarcas era objeto de las curiosidades de los presentes. Así pues, esta vez le resultó imposible pasar desapercibido.

- Últimamente frecuentáis en exceso determinadas compañías –su voz sonaba pero sus labios apenas se movían, congelados en una media sonrisa que servía de saludo a los invitados-. Espero que no os esté rondando por la cabeza emparentaros con determinada Casa. Recordad que no sólo os casaréis con un hombre, sino con toda su familia. Considerad lo que supondría un vástago con ciertos apellidos. Prudencia mi querida muchacha, que la pasión os puede cegar hasta dejaros tuerta.

Se abrían paso entre la multitud. La Reina estaba cada vez más cerca y ya se había percatado de la presencia del purpurado y su acompañante. El Rey luchaba por no dormirse. A los codazos de su esposa pareció espabilarse ligeramente y, con desorientación, observó toda la sala en busca de un punto de referencia. Continuó un buen rato sin encontrarlo.

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