Nicolino
Un desorden de papeles y pergaminos era su escritorio. Sirvientes se apresuraban a desalojar el castillo del Gobernador, acarreando bienes de todo tipo, hierro, piedra, toneles y sinfín de productos más. Todo allí era desorden, caos. Había acabado de hacer los menúes que requería la Corte de la Generalitat, y sabía que sobre él pesaba gran parte de la responsabilidad por las decisiones que serían tomadas a la brevedad. Decidió mojar abundantemente su pluma en el tintero, y comenzó a escribir con pulso firme, de forma rápida pero clara, algo que no siempre lograba:
Citation:
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A la Atención de Edward Teach, General del Ejército Baba's Team, con bandera de la República Reformada de Ginebra,
Os escribo como Gobernador del Reino de València y Secretario Real, en nombre de nuestro pueblo y con el aval de nuestra Reina, Rose I de Pern, para daros la bienvenida a las tierras valencianas. Como veréis, abundan los árboles frutales, la comida especiada, y la brisa del mar os arrullará en las noches, siempre que el bullicio de las callejuelas del puerto, de tabernas llenas de vida y reyertas de borrachos, esté calmo. De otra forma, el ruido y el brío podría ser ensordecedor, y las sillas y puñales volar por los aires. Os aconsejo, como a todo visitante, no acercaros demasiado a esposas, hijas, hermanas o prometidas ajenas, siquiera buscarlas con la mirada, pues debéis saber que las tabernas están llenas de soldados, y no quisiéramos tener que enderezar piernas rotas, o coser heridas abiertas, en presunción de un crimen pasional.
Asimismo, os preguntamos cuál es el motivo de vuestro desembarco con ese pintoresco ejército con un nombre tan divertido, que lleva la bandera de la República Reformada de Ginebra como estandarte. ¿Tenéis cuentas pendientes con alguno de nuestros súbditos? ¿Alguna vez Valencia os ha hecho algún agravio? ¿Venís a buscar diversión? ¿Un espíritu malvado se apoderó de vuestra alma y no os deja pensar con claridad?¿Ciertos rebeldes y bandidos catalanes os prometieron botín por los servicios prestados en su guerra civil, y venís a buscarlo en un Reino humilde que esos mismos bandidos arruinaron sin motivo alguno meses atrás, cuando aún gobernaban una tierra que ahora les rechaza, no sin perder muchos hombres buenos en el proceso?
El Reino de Valencia es un Reino de paz, de leyes, de comercio y de progreso. Eso no nos convierte en ningún momento en latifundistas ricos que puedan pagar el dinero que perdísteis en otras campañas fallidas. Tampoco necesitamos la ayuda de mercenarios (que no podemos pagar) para lidiar con nuestros asuntos internos, al contrario de otros (sí, me refiero a tus amigos catalanes), que no son lo suficientemente fuertes ni valientes para hacerle frente solos. Y nosotros no deseamos que haya ningún derramamiento de sangre.
Por eso, deseamos hablar con vuestra merced, y pediros que nos expliquéis las razones de este acto carente de toda lógica y justicia. ¿No érais acaso una especie de paladín de la libertad, defensor de la verdad y libertador de oprimidos, incluso lo que lo son por la fe?.
Quede en vuestro honor responder o no a esta carta. Si no lo hacéis, habré de suponer que vuestras intenciones no son buenas (como sí son las nuestras), y que soís un bárbaro que sólo valora la violencia y el saqueo sin sentido, o un cobarde que rehúsa a dar explicaciones. Y no es mi intención ofenderos o prejuzgaros.
Ignavi coram morte quidem animam trahunt, audaces autem illam non saltem advertunt,
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