Gorka
El día había amanecido despejado sobre Valencia, en una de las céntricas calles de la capital el de Carcaixent atravesaba el imponente portón, que era la entrada principal de la comisaría central del Reino. En frente de la misma se encontraba el sargento Vidal a lomos de su caballo recogiendo en su mano derecha las bridas de otro corcel, un percherón negro de notable envergadura.
En su mano el Teniente portaba un pergamino que le había sido entregado el día anterior, una invitación de la Reina Rose I a una ceremonia en el palacio real. Tras volver a releerla con detenimiento la guardo en su jubón negro y subió a lomos del percherón con el que Vidal aguardaba.
-Sargento, espetó el de Carcaixent mientras recogía las bridas de su montura con ambas manos.
-Señor, respondió Vidal con una expresión ociosa en el rostro.
-Al palacio real!!!
Ambos jinetes iniciaron una marcha rauda por las calles de la urbe en dirección al palacio. Una vez hubieron llegado a las inmediaciones del edificio, dirigieron sus monturas hasta el portón principal del mismo. El de Carcaixent desmontó del caballo y dirigió su mirada hacia Vidal.
-Sargento, espere por los alrededores hasta mi salida, el puesto de guardia de la zona se encuentra cerca de aquí, diríjase allí en busca de novedades y luego aguarde mi retorno.
-A la orden de usía, respondió el sargento que marchó con ambos corceles en dirección a una calle cercana.
El Teniente caminó hasta la puerta principal que custodiaban varios guardias de la guarnición de palacio, a la altura de uno de ellos dijo:
-Gorka de Carcaixent i Barxeta, enseñando la credencial que llevaba en el jubón e internándose dentro del palacio, hasta llegar al salón de la torre de los ángeles.
Nada más adentrarse en el salón pudo ver a la formación de guardias reales repartida por la sala, al lado izquierdo del trono pudo reconocer a uno de ellos, se trataba de Ibelia,jordan a la que hizo un discreto gesto inclinando ligeramente el sombrero con su mano. Tras observar la disposición del resto de invitados el de Carcaixent tomó asiento en una de las sillas dispuestas para tal efecto, permaneciendo a la espera de lo que aconteciera.
_________________