Nicolino
Quien creyera que la pasión tenía un significado unívoco, y que se limitaba a la que sentían dos amantes, erraba, por lo menos a priori. En el caso del Borja, su significado no se restringía solo a aquel con el que tanto se había deleitado, sino que se extendía, abarcando grandes aspectos de su vida, esperanzas, anhelos y planes compartidos por su compañera. Aquella fuerza, podría decirse, le impulsaba, y le motivaba: era razón de la emoción, de los debates acalorados, de la poesía, de la ambición, de la inventiva y de la planificación espontánea ante circunstancias inesperadas. Por otra parte, era el recurso que acompañaba y canalizaba los ideales, que en muchos casos, no eran más que defendidos por la pasión, por propia convicción.
Y así era como por esa misma causa e impulso, el Gobernador se veía a sí mismo ordenando y contabilizando valiosas posesiones, que se acumulaban en las esquinas de las habitaciones del Palau según género o función. Por un lado, en el salón, había separado distintos mapas y pergaminos que usualmente se hallaban desordenados en su despacho o distribuidos con nula uniformidad por la biblioteca, que había acumulado con el tiempo, casi sin darse cuenta. Muchos eran de origen árabe, con tratados cartográficos extremadamente precisos e incluso otros hablando de alquimia, y describían de forma ilustrada ciudades orientales y Reinos averroístas distantes, o mezclas de distintas sustancias y sus orígenes. También sobresalía, entre tanto alimento para llamas, un singular globo terráqueo, seguramente una gran bola de lino endurecida contenida en un armazón de madera, tapizada por un mapa lleno de detalles y coordenadas, también de origen árabe, seguramente los primeros en crear tales cosas.
Paralelamente, en otro rincón se acumulaban manuscritos llenos de compilaciones de romances y cantares, libros que le había regalado a su esposa, junto a otros de fuerte encuadernamiento, entre ellos un Libro de las Virtudes demasiado adornado, y con la característica tipografía gótica monacal. Y sobre la mesa, era visible un pesado arcón de ébano tallado, lleno de monedas de oro, que eran toda la riqueza de la familia, y se contabilizaba en alrededor de mil quinientos escudos valencianos, con las armas del Rey Anzo I las más antiguas, y las más recientes con el blasón y nombre de su propia suegra.
También era visible otro cajón, de madera de roble, tachonado con gruesos clavos que mantuvieran eternamente en posición los tablones, relleno de paja, que se había llenado con espadas, y parecía el más pesado. Había una schiavona veneciana, una espada húngara, una ropera de acero toledano, y otra de una mano, equilibrada y de doble filo, del legendario acero de Damasco.
-Y pensar que tendré que cargar todo esto a las carretas...maldita sea.-murmuró de forma bastante audible, al ver el trabajo de peón que seguramente duraría varias horas si tenía que hacerlo él solo.-¿Ederne?¿Estás ahí?¿Qué haces?. Vamos, ven y ayúdame con algunos libros. Mateu debería estar con esto también. ¡Vaya desgracia que aún siga inhabilitado de todo esfuerzo físico por las heridas recibidas!.-el recientemente investido Conde giró la cabeza, buscando a su esposa con la mirada, limitado en movilidad por el cúmulo de cosas que acarreaba. Se preguntó si se habría entretenido observando alguno de aquellos artilugios que nadie sabe que posee hasta que decide mudarse o empieza a revolver entre cofres con lustros de antiguedad.
-¿Y los niños?-continuó diciendo, alzando más el tomo de voz para que le oyera, mientras atravesaba el umbral de la puerta para dejar lo que llevaba en la última carreta de las que acompañarían su carruaje transportando las posesiones de la familia.-¿Tolerarán bien el viaje?-agregó, volviendo dentro del Palau.
-Sin embargo...esposa y compañera mía, aún hay algo que tenemos que decidir. ¿Conservaremos el Palau como alojamiento durante nuestras estadías en Xàtiva?¿Y los trigales y el molino en las afueras?¿Qué haremos con nuestra hacienda aquí?¿Quién la administrará?-siguió planteando, ocupado su pensamiento por aquellas consideraciones prácticas y realistas.
_________________