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[RP] Desde las murallas

Doc_gregorio_casas


Miro de arriba abajo al hombre, sin duda no serviria como adivino asi que era mejor que fuera soldado... No iba a descubrir quien era hasta no beberse el brebaje que le ofrecieran, y contase de forma mas o menos exacta la cantidad de soldaditos que habia en el campamento. -Entre 20 y 30, no esta nada mal... Pensaba para si mismo mientras seguia sonriendo bobaliconamente y asintiendo a todo lo que le decia el personaje.

Amarro el jarro que le ofrecian y comenzo a beber, estar sentado al solitero a pesar de las enaguas de su matrona haciendole sombra, no era para nada comodo.
Sacio su sed con un sonoro gemido de placer y volvio su enjuta cara hacia el soldado que le habia recibido...

- Siento decepcionarle pero no soy mas que el medico que remendo a sus compañeros la vez pasada, comprendera que ni pincho ni corto en este caso, pero como soy necesario para ambos me mandan aqui para ver que desean ustedes.
El tema que nos ocupa aqui no es saber si ustedes son los malos o son los otros, vera, en Caspe se ve con recelo cualquier cosa que recuerde a la corona... ¿Porque? Pues mire, como intentaron matarnos de hambre y luego pasarnos a cuchillo digamos que estamos algo mosqueadillos con estos tipos de ejercito que se plantan delante de Caspe.
Al parecer esos que entraron no son mas que 6 infelices del resto de sus asaltantes tan famosos, en Caspe no somos partidarios de las peleas desequilibradas.

Por eso creo que me envian, si lo que desean es hacerse con esos pajaros de cuenta creo que tambien voy a decepcionarle, tendran que entrar a por ellos ustedes mismos, y le puedo asegurar que no les pondran una alfombra roja para entrar...


Atisbaba que en cualquier momento le iban a despachar con cajas destempladas, asi que lleno el jarro y volvio a vaciarlo en su gaznate.

- Se me olvidaba... Se acerco al hombre como para contarle esta ultima en plan confidencia. - Yo no me quedaria mucho aqui, me parece que esta vez no tendran paciencia para esperar a que los asedien eternamente, asi que pidan o larguense... Esta bien este vinacho ¿Es de cosecha propia o se lo requisaron a algun Frances despistado?
Charliewv


Charlie tenia dos dias sin dormir, no podia hacerlo aunque se acostara en un camastro, sabia que el ejercito real comandado por Alatriste venia detras de ellos, y tenia que salvaguardar a Jaime, no sabia aun por que ese joven era tan importante, solo sabia que en su interior sentia que debia de cuidarle. - cual sera en realidad el destino de ese joven? - Se preguntaba charlie siempre en silencio.Presentia que algun dia seria una persona importante en Aragon y que estaba destinado a cambiar muchas cosas y sus presentimientos hasta ahora no se habian equivocado. Charlie se sentia confundido por que no sabia de donde venian esos pensamientos pero como siempre, el iba a seguir su sentir, iba a luchar por lo que el pensaba que era lo mejor, sea por Aragon, Modena o como se llamara el lugar, siempre lucharia por lo que le dictaba su corazon; Y su corazon desde hace tiempo le dictaba que debia ayudar a aniquilar a Aragon para que este renaciera de sus cenizas. Sus compañeros Lansquenetes pensaban igual, para poder volver a Aragon a la altura que algun dia tuvo con el Gran Rey muerto en Navarra tenia que morir y volver a nacer, era algo que muy pocas personas entendian en Aragon.

Hacia guardia en la muralla al lado de muchos ciudadanos del Ducado, de pronto al amanecer vio entre las colinas aparecer una bandera, no necesitaba reconocerla, sabia de quien se trataba, presuroso bajo de la muralla y se dirigio a la tienda de Jaime., se detuvo en la puerta a ver si escuchaba un ruido para saber si llegaba como si nada o tenia que hacer algun ruido antes ya que lo mas seguro es que el Capitan Canalla como se el empezaba a conocer estuviera con Gala.

Al no escuchar ruido alguno le llama a Jaime..

-Capitan, el Ejercito de los mala suerte* se encuentran llegando a las afueras del Ducado, mientras se alista voy a juntar a los demas para esperar ordenes suyas.

charlie se dirige despues a juntar a los demas integrantes del ejercito, unos estaban en als murallas otros descansando pero todos listos para lo que se venia en un futuro.


*Lo de mala suerte lo pongo por tanto bug que siempre le pasa al los ejercitos de la corona sin saber en realidad como son las ocsas en los ejercitos. Quiero decir que yo tampoco las sabia hasta ahora que me he conpenetrado con los Lansquenetes.

censure 1. Perdon por el post tan soso pero no me venian ideas al escribir.
censure 2. Para no perder la costumbre. Yimi manda recuerdos.
censure. 3 traido aca del hilo del palacio que me habia equivocado y lo puse alla.
Basico


El medico se habia retirado casi sin respuesta, Basico lo habia visto volver cogeando ante la indeterminacion de su emisario. En la noche el ejercito habia levantado su campamento y partido, quien sabe a donde o que tan lejos.
Lo cierto es que solo habia una ruta de entrada o salida... no necesitaban quedarse frente a ciudad si, por el momento, solo buscaban a los viajeros.
Al amanecer el campo volvia a estar libre y el dia se presentaba claro y tranquilo.
Maryie


Tras ver al médico hablar con uno de los soldados, este volvió, y al rato, el ejército se retiro.

Me giré y le dije a Bene:


-Bien, visto lo visto, su médico tiene la lengua mágica aparte de las manos. Me voy abajo a informar.

Bajé, y al reunir a los soldados, les dije:

-Bien chicos, esta misma noche, el ejército se ha largado de Caspe, pero no podemos bajar la guardia. Seguramente estarán en el nudo, o se habrán ido a Fraga a por refuerzos. Descansad y preparaos a defender en cuanto vuelvan.
Doc_gregorio_casas


El despertar etilico fue peor de lo que esperaba, compartia una jarra tras otra de vino con el compadre hasta perder el conocimiento.
Ni tan siquiera en el Alambique habia perdido el conocimiento de esa manera, las barricas de Antero eran vinagre al lado de la ambrosia que habia tomado.
Aun intentando despejarse pudo vislumbrar que estaba a cielo raso, habia dormido con la cabeza apoyada en una roca, con las enaguas de su matrona a modo de cojin.

Pero lo que mas le sorprendio era comprobar que no escuchaba nada en absoluto, tal vez alguna que otra carcajada a lo lejos.
Su ojo derecho se despejo del velo alcoholico, descubriendo a su alrededor que solo quedaban los palos tiesos de las hogueras humeantes, algun que otro despojo de comida y las telas de tiendas rotas por recogerlas indebidamente...

Le costo levantarse, ya no por su dañada pierna si no por la pedazo de resaca que tenia... - !!Ooooooohhhhh!! Necesito urgentemente una cataplasma, la cabeza me va a reventar del dolor...
El continuado mareo solo hacia que diera vueltas como un molino alrededor de su baston, que a su vez se enredaba con las enaguas con cada vuelta.
Se detuvo dando un grito y alzando la voz para que pudieran oirle desde las murallas...

- !!Esto no es justooooooo!!!... Os marchasteis sin decirme de donde sacasteis el vinoooooooo.....

Desfogado en su fuero interno tomo el camino de las murallas, valientes sitiadores que no soportan ni una velada de vino y agradable camaraderia.
Al llegar a las murallas pudo ver a uno de los guardias que se reia al cual increpo señalando con su baston.

- Te recordare jovencito... Te recordare para el dia que vengas a verme para curarte las almorranas, en lugar de tratarte con un fino palo de heno, lo hare con un tallo de rosa... Veremos entonces quien es el que ser carcajea.

Encantando con su amenaza y ver la cara de susto del bribon que habia osado reirse, tomo el camino de su desvencijada casa... Al menos ese dia no tendria que zurzir a nadie..
Maryie


Al rato de trabajar por el campamento, me dirigí a las murallas, y vi a Gala en las puertas, mirando los restos de lo que hasta ayer había sido el campamento aragonés.

Me acerqué, y le dije:


-Vaya, ya has visto que han desmontado prontito...

De repente, un chaval pasó gritando que habían matado a Noe, y al verlo correr hacia su madre, me adelanté y le pregunté:

-Hey, hey chaval, ¿que es eso que dices, que le ha pasado a Noe?

El chaval, asustado, me dijo tartamudeando:

-Sï, sí, los aragoneses la golpearon y se la llevaron hacia Fraga!

Me levanté, y volví donde estaba Gala.

Mirando hacia el horizonte, le dije:


-Juro que esto no va a quedar así, esos malditos coronistas han ido demasiado lejos. Vuelvo adentro, hay mucho que preparar, y que cualquier Ser Supremo que haya allí arriba, se de prisa en amparar a los aragoneses si es lo que quiere, por que pienso llegar yo antes, y vengar a Noe.

Y me dirigí de nuevo adentro, aunque me fijé en que tres personas más habían llegado hoy a Caspe... sanos y salvos. Uno era un extranjero, de Lérida, otra era una vecina de Caspe, y el tercero... un absoluto desconocido que se presentaba a alcalde de la ciudad.

Pues lo llevaba claro, iba a investigar de donde había salido ese tipo y quien era.

Citation:
Editado por el autor a pedido mio.
Atte Moderador Vaca
Benedicto_chacon


Algo perplejo ante la desaparición vista y no vista del ejercito real... ¿Habrian aprendido la lección? ¿El medico les habia dicho algo que les metio el miedo en el cuerpo? ¿Una epidemia de idas y venidas al excusado repentina?

Nada cuadraba y mientras seguia escrutando el campo vacio Marty comenzo a vocear algo sobre Noega...

- Calmate hombre... Esperemos noticias de Fraga, sin duda creerian que al acabar con ella seria un defensor en Caspe menos con el tiempo...

_________________
--Teniente_esteban


Había estado siguiendo al ejército de Alatriste desde hacía unos cuantos días. Mientras batallaban contra los lansquenetes, yo me mantenía a salvo y tranquilo en la copa de un árbol, y mientras viajaban, me dedicaba a escuchar sus planes, sus ideas, y sus absurdos comentarios. De lo importante informaba al Capitán, y de lo no importante... me reía en voz baja.

Aye rhabíamos llegado a Caspe, sin embargo, no quise entrar, ya que podría perder la posibilidad de seguirlos después, así que me quedé en el campamento enemigo. Al día siguiente, sorprendientemente, dieron la orden de partir.

Desde mi árbol de aquella noche, recogí el petate y esperé a que se alejaran un poco. Al rato, los seguí, hasta que oí algo de barullo alante. Como no podía intervenir, esperé y miré oculto tras unas rocas.

Vi llegar a una mujer a caballo, y vi como un lancero la derribó. El golpe había acertado de pura suerte, los aragoneses eran tan malos con las armas como Haranne con la sobriedad. La mujer cayó del caballo, y yo saqué la espada del Capitán, por si pudiera hacer algo. Un montón de soldados, entre ellos Mortrem y el Senescal, se acercaron y la dejaron apalizada enmedio del camino. Cuando etaba la mujer prácticamente muerta, todos excepto Mortrem y otro guardia se fueron, y Mortrem, se quedó rezándole a Aristóteles.

Cuando se alejó un poco, vi que el guardia iba a rematar a la mujer de un lanzado, así que lancé mi daga, que se le clavó al soldado en el cuello. Me acerqué corriendo y lo tumbé. Cogí la lanza, y cuando Mortrem se giró, le dije:


-Siga señoira, deme un minuto y voy para allá.

Mortrem no me reconoció. Evidentemente, ni siquiera había amanecido, y yo llevaba casco igual que los otros soldados.

Cuando se alejó, cogí el cuerpo d ela mujer, y por poco me echo a llorar allí mismo. Era Noega... esa vil mujer y sus bastardos compatriotas habían matado a Noe.... le cogí la muñeca, y descubrí a duras penas que le quedaba algo de pulso.

Me acerqué a la retaguardia aragonesa, y cuando pararon a beber agua y a comer algo, les robé uno de los caballos, y volví donde estaba Noe. Si volvía a Caspe estaría a salvo, pero perdería mi oportunidad.

Decidí recogerla, y fui al galope hasta Fraga. Una vez allí, la dejhé en un hostal, y le pedí al médico que la cuidara, que yo correría con los gastos.

Después, salí de la ciudad, y volví a acampar en la copa de un árbol, afilando mi daga y esperando el momento en que pudiera vengarme de esos bastardos aragoneses sin dignidad.
Ashes


Los monjes del Sagrado Reposo suelen despreciar todo aquello que acaece más allá de los muros de su tranquilo monasterio. Aún así, los cotilleos tienen modo de llegar y es así como Ashes se enteró, entre puntada y puntada, de que volvía a haber un ejército a las puertas de la ciudad.

Así pues, acabó de remendar los hábitos que quedaban en un rincón, se despidió de los monjes y empaquetó la ropa y la espada. De esta vez recordó coger la llave de la puerta de su casa y, ya de paso que sacaba a Kilo de su escondite en el armario, mangó un par de juegos de sábanas y algo de comer.

Atillo en mano, corrió hacia su casa. Dejó allí sus pertenencias e, intentando no pisar al micho que se le colaba entre las piernas, echó a correr de nuevo hacia las murallas.

Dos tropiezos y un resbalón más tarde, alcanzó a su hermano y se le echó a los brazos.

-¿Hay un ejército de nuevo? ¿Por qué? ¿Qué quieren ahora? Por ahí dicen que son dos... Bueno, dicen muchas cosas, también dicen que si cruzas los ojos y te da un aire luego no puedes volver a descruzarlos... pero estoy casi segura de que no es verdad... ¿Hay que pelear entonces? ¿Me invitas a cenar?
Maryie


Estaba haciendo guardia en las murallas, vigilando que ninguno de los aragoneses volviera, cuando Ash subió corriendo con la espada a la espalda (era casi más larga que ella), y me empezó a disparar preguntas, como solo ella podía hacer:

-¿Hay un ejército de nuevo? ¿Por qué? ¿Qué quieren ahora? Por ahí dicen que son dos... Bueno, dicen muchas cosas, también dicen que si cruzas los ojos y te da un aire luego no puedes volver a descruzarlos... pero estoy casi segura de que no es verdad... ¿Hay que pelear entonces? ¿Me invitas a cenar?

-A ver, a ver, tranquila, vamos por partes.

Me senté en un saliente, y senté a Ash a mi lado, ya que no paraba quieta, estaba de pie balanceándose de un lado a otro.

-Bueno, hasta hace dos días, había dos ejércitos, el de los Lansquenetes de Jaime y Gala, que son los buenos, y la Hueste de Aragón de alatriste, useasé, los malos. Pero anoche los aragoneses se retiraron. Y lo que querrían era asediarnos, pero supongo que no se verían capaces. Habrá que pelear, sí, supongo que sí, pero no te preocupes, estarás al lado de tu hermano, y yo te protegeré.

Hice una pausa pensando como decirle la noticia, y al final le dije:

-Y por supuesto que te invito a cenar, el Duque hará una fiesta y no podemos faltar, me pondré el manto nuevo que me hicistes... Y Ash, he de decirte algo... a su retirada, los aragoneses... dejaron a Noe medio muerta en el camino. Dicen que se la llevaron prisionera, pero también dicen que alguien de los buenos se la llevó a Fraga a que la cuiden.... lo siento mucho.
Ashes



-Oh, oh, oh, pobre Noe...

Ashes se pensó si llorar o solo entristecerse cuando una idea de esas que acuchillan la mente llegó a sus neuronas.

-Espera... ¿Lansquenetes? ¿Jaime? ¿Jaime-Yimi-manda-recuerdos? ¿Ese Jaime? ¿No es con quienes estaba Hara?

Ashes se agarró con todas sus fuerzas a la camisa de su hermano. Palideció.

-¿Ha venido Hara? ¿Dónde está? ¿¡Dónde está mi hermana!?

Su hermana no estaba en casa, eso lo tenía claro. Todos los días que estaba fuera del monasterio se pasaba a comprobar si su gemela había pasado a recoger algo olvidado por casualidad... y ese día no había sido una excepción.

Miró a su hermano con ojos suplicantes y, entonces, fue cuando Kilo maulló.
Maryie


Ash asoció ideas más rápido de lo que esperaba, así que se lo dije sin más:

-Ash, Hara estaba con Jaime, sí, en Jaca. Pelearon contra el ejército aragonés, bueno, con dos ejércitos, tres veces en total.... y Hara... bueno, está en Jaca, en el hospital. Pero no te preocupes, sobrevivirá, aunque estaba grave. Ken cuida de ella, aunque él tampoco ha salido muy bien parado. Pero bueno, se pondrán bien, los dos.
Ashes


A Ashes la noticia le sentó como un golpe... un golpe mal dado, además, de esos que duelen brutalmente pero dejan un negrón cutre o ni eso, de modo que ni siquiera te permiten quejarte a gusto.

-¿Grave? ¿Cómo grave? ¿Por qué grave? ¿Y qué hace en un hospital? ¡Que Hara odia la sangre! Seguro que se nos desmaya o algo... ¡¡Aaaay... pobrecita mi herr!!

Ashes agarró a Aquilonio del pellejo del cuello y lo puso sobre las rodillas. Se abrazó al minino, que se dejó hacer (si es que los animales tienen un instinto... en otras condiciones fijo fijo le habría hecho ya otras 4 líneas rojas paralelas en algún lugar). Luego, levantó la cabeza e interrogó otro rato a su hermano, pero por lo visto no tenía muchos más detalles así que dejando a Aquilonio Segismundo en el suelo de nuevo, se levantó.

-Pues iré a preguntárselo a ellos.
Iraetignis


Desde el camino de ronda, el joven vigilaba el horizonte, de vez en cuando gritaba un « nadie a la vista ». Para matar el aburrimiento, Ira practicaba con el rabel, ensayando distintas canciones a la vez que observaba los alrededores desde la muralla. El mercenario tocaba algo acelerado, la cerveza y el humo le habían afectado, de vez en cuando quemaban algunas hierbas que procedían de oriente.

Vigilar desde la muralla era de lo más aburrido y aún más desde que el ejército del capitán Alatriste se había marchado a Fraga. Entendía, con cierto regocijo , que estuviesen cansados de perseguirles por todo Aragón. El muchacho tenía la extraña sensación de estar atrapado en una ratonera, no veía como podrían escapar de allí. La única cosa que podía hacer era esperar hasta que capitán Yimi se decidiera a lanzar un ataque contra capitán Alatriste si este último no se movía.

Echaba de menos a Tara y a sus besos,añoraba el tiempo que pasaron juntos viajando a Castilla.
De vez en cuando se entretenía dando un paseo por el muelle del puerto, admirando a los barcos. Al chico le hubiese gustado, tener un barco par dejar Caspe y cruzar el mar en compañía de Tara, surcar hacia las islas. Imaginar ese viaje era un aliciente para aguantar la insoportable espera.
De todas formas, por ahora, según las noticias que le llegaban, las heridas de la chica no estaban curadas del todo.

Ira se recostó contra una almena y se sentó para seguir tocando más a gusto, buscar algo de comodidad no era ninguna clase de lujo. El enemigo no vendría hoy.
Maryie


Tras ver irse a Ash, y pensando que tampoco tenía nada que hacer con Jaime, que la chica se las apañaría sola, seguí dando una vuelta por las murallas.

Del campamento, solo quedaban algunas telas de los pabellones, y alguna estaca por ahí clavada. Unos pocos perros salvajes se daban todavía un festín con los restos que los aragoneses habían dejado al partir.

Al rato de caminar, oí música en la muralla. Extrañado, seguí el sonido, y vi a un hombre sentado, apoyado en una almena, tocando un rabel.

Me acerqué, y esperé sin interumpirle a que acabara la melodía. Una vez acabó, le dije:


-Lo cierto es que me gusta más el laúd, pero no se te da en absoluto mal. ¿Tú no eres de la Guardia, no?
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