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[RP] El Palacio-Fortaleza de Mequinenza

Kossler


Kossler hojeaba, perezoso, las cartas que había recibido en los últimos días. Eran muchas. Ultimamente el caspolino apenas habia tenido tiempo para atenderse a sí mismo y la barba, sin recortar le cubría el rostro, dejándole un aspecto de pordiosero. Rascándose el cuello releía las cartas y buscaba de sacar conclusiones. Asimismo a su derecha estaba puesto un doble dosier sobre las cuentas del Comisario de Comercio de los últimos 3 meses. Había páginas vacías o arrancadas. A saber las razones. El hecho es que las cuentas no iban muy bien y eso habría que solucionarlo.

Lo dispuso todo.

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--Seberino_saez


Seberino daba vueltas por el Palacio. Todo parecia muy calmado últimamente. El entrenamiento de los soldados del Duque en el uso de la artílleria había finalizado no habían venido visitas y nada parecía perturbar la paz ni en Caspe ni en Mequinenza. Aunque Seberino conocía estas situaciones, su experiencia militar le decía que esta era la calma que precedía a la gran tempestad. Y así parecía que era pues los disturbios asolaban Cataluña. Primero habian sido las ciudades francas, luego las tomas del gobierno, un pantomima de ineptos que se habian apoderado del vacio de poder para sembrar su inexperiencia en las arcas, que dejaron vacias. El de Larte lo sabía bien porque su Excelencia le había enseñado la contabilidad de la Generalitat y Seberino, ahora experto financiero se había alertado ante esos esperpénticos numeros.

Distraído paseó por los jardines de Palacio, con Crucífera, su vieja espada y que le había acompañado toda su vida en el cinto. Allí estuvo observando el estado de Palacio. Parecía que los jardines habían estado descuidados, el jardinero no debía estar trabajando. Entonces le vio por allí, sin hacer nada. El de Larte, enfadado se le acercó gritando.

-¡Emmanuel! -Vociferó el de Larte. -¡Si no quieres ver tu cabeza colgada mañana de un poste mas te vale recortar los setos, podar los árboles y regar las flores!. Está todo hecho un estropicio. Y sobre todo, no te olvides de poner flores en la tumba de la difunta prometida de Su Excelencia. ¡Rápido haragán!

Seberino sonrió. Como a su Excelencia él también disfrutaba el dar órdenes pero es que además aquellos vagos de Palacio se merecían todo lo que les pasara. Seberino recordó que la próxima vez que Emmanuel no realizara bien sus tareas sería despedido. Seguro que eso motivaría a los demás y al propio Emmanuel, que fuera de Palacio deberia ganarse la vida con más sudor del que todo estaba acostumbrado. Sería en ese caso, una gran lección para todos.

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Kossler


Citation:

    Nos, Kossler de Castelldú y Robledo, por la gracia del Altísimo y el pueblo de Caspe Duque de Caspe y Señor de Mequinenza declaramos:

    -Que tras el asalto al ayuntamiento de Caspe, Nos, soberano de tales tierras hemos decidido asaltar el ayuntamiento para reestablecer el orden.

    -Que condenamos los actos perpetuados por Peluche, aun a pesar de no haber conseguido robar nada.

    -Que Lord Master, Coronel de la Guardia de los Dragones de Caspe estaba autorizado por Nos a asaltar el ayuntamiento, como se especifica en el Fuero del Ducado de Caspe.

    Dicho queda para todos aquellos que quisieren leer y ver esto.

    Atte,



    Firmado y Sellado en el Palacio-Fortaleza de Mequinenza el noveno día del sexto mes del año de Nuestro Señor mil cuatrocientos cincuenta y nueve.

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Kossler


Citation:



Nos, Kossler de Castelldú y Robledo, por la gracia del Altísimo y el pueblo de Caspe, Duque de Caspe y Señor de Mequinenza así como leal servidor de su Majestad el Rey Hanseatic I y máxima autoridad en la villa de Caspe decretamos:


Á todos, y cualesquiera Caspolino, sea Artesano, Campesino, Villano, Pordiosero, Vagabundo o Letrados. Sabed, que por parte de mi misma persona decreto:

-Que todo caspolino que se precie debe pasar como mínimo un total de 10 horas semanales en la taberna de manera activa
- Que se debe invitar a una ronda cada vez que alguien entre por primera vez en la taberna en el día
- Que queda terminantemente prohibido permanecer en la taberna sobrio, el estado mínimo permitido será " esta usted ebrio"
- que el tabernero esta en su justo derecho y obligación de poner en práctica el "catapateo" con aquel que no cumpla con el requisito anterior
- Que se prohibe salir de la taberna sin la correspondiente cogorza
- Queda prohibida la entrada en Caspe en virtud de esta ley a, tacaños, agarrados, bolsillos rotos y demas gente de mal vivir.
- El no cumplidor/ra de esta ley, quedara marcado a hierro y fuego en plaza publica, se le impondra la bochornosa marca de "persona serena y abstemia" e ipso facto será desterrado del pueblo.




Renovado de la ex-Alcaldesa Haranne en el Palacio-Fortaleza de Mequinenza el vigésimo quinto día del sexto mes del año de Nuestro Señor mil cuatrocientos cincuenta y nueve.

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Asdrubal1


No es que necesitara un baston por la edad, ya que era joven, ni por heridas de guerra, la unica herida que Asdrubal sufrio en batalla, fue durante los asedios aragoneses, se la infligio una tal Leril, a la cual no tuvo el "placer" de conocer posteriormente, tan solo llevaba aquel baston, de madera con empuñedura de marfil, por que sentia que se iva a caer si no se apoyaba en algo, habia dejado a Druso velando el cuerpo de su amada hija, para dirigirse a Mequinenza, residencia de Kossler, el Duque y tambien Diacono...

Las puertas del palacio, desde hace un año tambien fortaleza, estaban custodiadas por guardias que le flanquearon el paso al reconocerle, despues de inspeccionar eso si, si tenia armas, el Duque ya habia sufrido un atentado, y no queria otro...

Entro en la "sala de espera" del Palacio, donde vio al mayordomo, Seberino creia recordar Asdrubal, al cual se dirigio diciendo:

-Disculpe, señor...Seberino, podria notificar al Duque mi llegada, si tiene algo importante puedo esperar, tengo que notificarle una noticia...

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Kossler


-Sí, enseguida voy. -Dijo Kossler al tiempo que levantaba la vista de los documentos sobre su escritorio.

Kossler tiró la silla hacia atrás y se levantó lentamente. Tapó el bote de tinta y secó la pluma. Luego guardó algunos documentos en un cajó y salió de la estancia. El ruido de unos pasos hicieron que Asdrubal se girara de pronto, con un bastón que el Duque no recordaba. Kossler lo examinó de arriba a abajo, enarcando una ceja, había algo en él diferente ese dia, puede que fuera el bastón simplemente... pero no, no era eso.

-Y bien. -Dijo Kossler mientras bajaba la mirada hasta los ojos de Asdrubal. -¿Para que nos habeis hecho llamar?

Este apartó rápidamente su linea de visión con la del caspolino. Extraño. Pronto el de Mequinenza saldria de dudas.

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Asdrubal1


Asdrubal espero pacientemente a que llegara el Duque, se percato de su presencia al escuchar movimiento tras suya, al darse la vuelta vio al Duque, inclino la cabeza en señal de respeto, y al preguntar el Duque el motivo de la visita de Asdrubal le contesto intentando que su voz no sonara demasiado entrecortada:

-Desgraciadamente el motivo de mi visita a su Palacio no es alegre Excelencia, pues vengo a darle una triste noticia, mi hija y sobrina suya, Adabella Barca, a muerto de una enfermedad que sufria toda esta semana, despues de una corta pero intensas fiebres, y vengo a decirselo pues aparte que era familia suya, es usted el diacono de Caspe, y me gustaria que oficiara la misa de su funeral, ella era aristotelica, y me gustaria que fuera enterrada segun sus creencias, su perdida nos ha dolido, a toda la familia....

Una lagrima asomo por el ojo de Asdrubal, que silencio pasandose discretamente el dedo pro el ojo...

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Kossler


Kossler bajó la mirada ante las palabras de su cuñado. El Altísimo le arrebataba de nuevo a otro ser querido. ¿Acaso el caspolino habia hecho algo que molestara al Todopoderoso para que esto pasara? Ni siquiera valia la pena el pensarlo, por más vueltas que diera no lograria averiguarlo.

Kossler miró de nuevo a su cuñado. El Duque trató de mantener la compostura.

-Que el Altísimo la acoja en el Paraíso junto a Él. -Dijo el caspolino persignándose. -Deberé informar de tal fallecimiento al Archidiácono ahora que el Cardenal Daniel se encuentra indispuesto.

Kossler hizo un gesto al Barca para que le siguiera y se encaminaron hacia el despacho. Una vez allí Kossler se sentó y abrió el bote de tinta y cogió la pluma.

Citation:



A Andreu de Colmenar, Archidiácono de la Diócesis de Lérida,

Nos, Kossler de Castelldú y Robledo, Duque de Caspe, Señor de Mequinenza y Diácono de Caspe os emplazamos esta misiva para notificaros la muerte de nuestra hermana, Adabella Basca, bautizada por su Eminencia el Cardenal y Obispo de Lérida. Ante su indisposición os escrivimos a vós, que ocupais su lugar durante su ausencia para preguntaros si contamos con vuestro permiso para que hagamos oficio del funeral de Adabella, para así poder darle sepultura aristotélica.

Esperamos con impaciencia vuestra respuesta, pues aparte de fiel se trata de nuestra sobrina.

Que el Altísimo os bendiga.

Atte,



Firmado y sellado en el Palacio-Fortaleza de Mequinenza el tercer día del séptimo mes del año de Nuestro Señor mil cuatrocientos cincuenta y nueve.


Una vez rubricó la firma y lacró la carta Kossler cogió a Hugo y ató la carta a su pata. Abriendo un ventanal Kossler lanzó a la ave.

-Hacia Lérida, ¡aprisa! -Dijo el caspolino.

Luego miró a su cuñado y lo abrazó.

-Ahora toca esperar, vayamos a verla.

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Asdrubal1


A una señal del Duque, Asdrubal se dirigio junto a el al despacho de Kossler, donde su Excelencia redacto lo que parecia ser una carta, de la que solo pudo entreleer que iba dirigida a un tal Andreu, poco le importaba lo que acontecia a su alrededor, habia perdido a su hija, a su joven hija, a la que habia visto nacer y jugar en el salon de su casa, quien le habia hecho feliz al darle la noticia de su boda, estaba mas hecho polvo de lo que dejaba entreveer...

Lo unico que le devolvio a la realidad, fue el abrazo de Kossler, algo que le sorprendio gratamente, el Duque le notifico su intencion de ir a ver a su hija, a lo que Asdrubal respondio, con voz lastimera pero con un deje de ironia que le era caracteristico:

-Os sigo Excelencia, me temo que si seguis mi paso tardaremos una eternidad, siento que me caigo a cada paso que doy, por ello traje el baston Sire...

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--Jardinero


El Duque de Caspe se habia ido a la guerra de Aragon, a luchar contra el traidor Alcaudon, y le habia dejado encargado ademas del jardin asegurarse que el resto del servicio no abandonara sus quehaceres, a el mientras le dejaran cuidar el jardin le daba lo mismo el mundo exterior...Pero claro si no cumplia lo cometido podian despedirle...

Despues de pasar su ronda de que todo se estaba llevando a cabo bien, volvio a cuidar del jardin...
Veldaia


Veldaia estaba en el jardín de su casa, ocupada en los quehaceres diarios que tanto la relajaban después de las largas campañas lejos del hogar, cuando le sobresaltó el ruido de unos cascos de caballo. El jinete parecía tener prisa y el ruido iba haciéndose más fuerte por momentos, así que no se sorprendió mucho cuando le vio aparecer en su calle, ni tampoco cuando vio que se dirigía a su casa, aunque sí le inquietó un poco su presencia.

"Esperemos que sean buenas noticias... Siempre hay que esperar lo mejor" se dijo Veldaia, consciente de que el duque y otros caspolinos estaban fueran, arriesgando una vez sus vidas por el bien de Caspe y de Cataluña. Ella les habría acompañado gustosa una vez más, pero en aquella ocasión no había podido ser. Rezando para que todos estuvieran sanos y salvos, se acercó al jinete que ni siquiera descendió para entregarle el pergamino. Sí que llevaba prisa: masculló un escueto "no espera respuesta" y se marchó tan raudo como había llegado.

Veldaia estudió el pergamino que le habían dejado unos segundos: llevaba el sello del duque, pero no esperaba respuesta. Y el mensajero no parecía triste ni preocupado... "Debe ser algún tipo de documento oficial" pensó ella mientras rompía el sello y empezaba a leerlo con calma para suspirar aliviada al terminar. "No son buenas noticias... Pero podrían ser peores. La traición es algo terrible, sobre todo cuando anida en el corazón de tu hogar, pero al menos no son noticias de bajas o pérdidas. ¡Gracias a Aristóteles todos están a salvo! Pero este hecho debe saberse, todo Caspe debe estar al tanto..."

Con estos pensamientos Veldaia se dirigió rápidamente al ayuntamiento para informar a la alcaldesa y que se encargara de hacerlo público. Después se dirigió al palacio de Mequinenza con el originarlo, para colocarlo junto al resto de documentos oficiales del duque. El comunicado del duque rezaba así:

Citation:



    -Nos, Kossler de Castelldv y Robledo, General de la Gvardia de los Dragones de Caspe, jvnto con el Alto Mando, revnidos en Consejo de Gverra declaramos:


      1-. En virtvd de las prvebas fehacientes que señalan al Alférez Kina como traidor al Dvcado, implicándole en consipiraciones contra Nos y el soberano pveblo de Caspe.
      2-. Aplicando con jvsticia las penas redactadas en los Estatvtos de la Gvardia de los Dragones de Caspe.
      3-. Considerando que el svsodicho ha dejado de ejercer svs fvnciones como Alférez y ha constitvido acto de traición al entero Dvcado de Caspe.


    -Acvsamos al Alférez Kina de los sigvientes delitos, cometidos contra la Gvardia y Caspe, que contitvyen todos delitos mvy graves tipificados así en los Estatvtos.


      · El Incvmplimiento del deber de fidelidad al Dvcado en el ejercicio de svs fvnciones y la realización de actos irrespetvosos o la emisión pvblica de expresiones o manifestaciones contrarias al ordenamiento dvcal.
      · La insvbordinación individval o colectiva respecto a las avtoridades o mandos de que dependan, así como la desobediencia a las legítimas instrvcciones dadas por aqvellos.
      · El abandono del servicio.


    -Por tanto, el Alto Mando de la Gvardia de los Dragones de Caspe sentencia:

      · La degradación del Alférez Kina a soldado de la Gvardia de los Dragones de Caspe.
      · La expvlsión de Kina como soldado de la Gvardia de los Dragones de Caspe, perdiendo sv carrera militar y todos los derechos adqviridos de ésta.
      · La imposibilidad que Kina ostente de nvevo algvn cargo de índole militar dentro del Dvcado de Caspe de por vida. Por tanto la Gvardia de los Dragones de Caspe considera la expvulsión como definitiva y sin posibilidad de reingreso.



    -Así lo sentenciamos y así sea cvmplido desde este mismo momento por todos aqvellos capacitados para ejercer tal sentencia y sea así respetado por allegados y ajenos.



    Sellado el vigésimo primer día del séptimo mes del Año de Nvestro Señor mil cvatrocientos cincventa y nveve.

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Kossler


Kossler bostezaba. El Señor de Fabara y el Duque había viajado prácticamente sin pausa de la ciudad Ilerdense hasta Caspe, para asi llegar lo antes posible. ¿Consecuencias? Caballos cansados y también su amo. Sí, ahora que la paz parecía haber llegado al Duque de Caspe le tocaban unas vacaciones, y que mejor sitio que hacerlas que en su nuevo castillo, el castillo del Marquesado de Alcañiz, tierra que desde que era su Marqués aún no había visitado. Aprovecharía y se relajaría allí, ajeno al mundo. El Consejo Ducal ya le substituiria en sus vacaciones y gobernaria Caspe en su ausencia.

Sentado en su despacho comenzó a escribir una carta, para advertir a los ciudadanos del Ducado de su ausencia.

Citation:



Ciudadanos del Ducado de Caspe,

Ardua es la tarea de guiar al pueblo de Caspe y de procurar su bienestar y seguridad y aunque lo hacemos de buen grado, pues es nuestro privilegio y nuestra responsibilidad confesamos que a veces dichas tareas nos agotan en demasía y nos empujan a abandonarlo todo. Pero jamás abandonaremos el Ducado de Caspe a su suerte y, debo confesar, que desde la vuelta de tierras aragonesas, donde parece librarse una guerra fría mis fuerzas han descendido mucho. Tanto que este mellado cuerpo necesita un descanso. Y también su mente, que es la que maquina todo lo que consigue que todo funcione junto a la increíble ayuda del Consejo Ducal.

En definitiva pues, anunciamos al entero pueblo de Caspe que por razones de peso decidimos retirarnos durante un tiempo de nuestras funciones, para pasar unas cortas vacaciones en el Marquesado de Alcañiz.

Durante nuestra ausencia el poder Ducal queda en manos del Consejo de Señores, que en nuestro nombre tomará las decisiones atañentes al Ducado con la ayuda del Consejo Ducal.

Atte,



Firmado y sellado en el Palacio-Fortaleza de Mequinenza el vigésimonoveno día del séptimo mes del año de Nuestro Señor mil cuatrocientos cincuenta y nueve.


Tras sellarla mandó pregonarla y colgarla por todo Caspe. Así pues, mandó ensillar los caballos y junto con Seberino emprendieron ambos el viaje a Alcañiz, donde su Castillo, más imponente que el de Mequinenza les esperaba. El relax llegaba.

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Kossler


Kossler permanecía de vacaciones en Alcañiz pero su mente seguía inmersa en los problemas de Caspe. A pesar de querer descansar no era capaz de ello. Constantemente pensaba que podía estar pasando en el Ducado, ajeno a su castillo del Marquesado. Más que descansar parecía que se estresaba... Que diablos, diria que le mandaran palomas mensajeras con todas las informaciones que se puediera de Caspe. Pero las malas... que las quemaran.

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Kossler


Citation:




    Nos, Kossler de Castelldú y Robledo, por la gracia del Altísimo y el pueblo de Caspe Duque de Caspe, Marqués de Alcañiz y Señor de Mequinenza expresamos:

      -Que lamentamos la gran pérdida que ha sufrido el Principado de Cataluña con la pérdida de su amado soberado, el Príncipe Hanseatic I de Tramuntana, que nos ha dejado prematuramente para reunirse con el Altísimo. Nuestro corazón no es capaz de expresar nuestra pena por tal suceso, que en nuestra ausencia, se nos informó tardíamente.

      -Que, con motivo de la pérdida de nuestro Soberano se declaran, en el Ducado de Caspe y todos sus Señoríos, así como en el Marquesado de Alcañiz y sin excepción siete dias de duelo oficial, los necesarios para poder llorar como es debido la muerte de nuestro Príncipe.

      -Que esto sea cumplido desde este momento y que las banderas de los castillos y ayuntamientos de tales territorios cuelguen a media asta en señal de profundo duelo.




    Firmado y Sellado en el Castillo de los Calatravos de Alcañiz el vigésimo día del octavo mes del año de Nuestro Señor mil cuatrocientos cincuenta y nueve.

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Kossler


Los criados del Duque de Caspe preparaban sus maletas, El Duque viajaba a Barcelona, la ciudad condal, a la boda del Conde Arnau de Rocabruna. Kossler dispuso que empaquetaran sus sellos, pues no dudaría que deberia utilizarlos durante su viaje y ordenó cargarlos en la Nao San Jorge, capitaneada por el Duque de Híjar, que era quien venia a recogerle a él y a los que acompañaban a su Excelencia. Por la mañana madrugarian para salir temprano y así poder llegar a Barcelona de noche, donde esperaba ser hospedado por alguien.

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