Adelaine
Hacía tiempo que no se deleitaba dormir sobre una cama, que entre el suelo y el montón de paja que tenía en su hogar, se sentía dichosa. Sintió movimiento a su alrededor, pero decidió hace caso omiso, lo último que quería era abrir los ojos.
-No veo la hora de dormir en una cama. -le confesó a Lisena mientras arribaban al hostal. Su cuerpo se había vuelto una piedra, sobretodo sus hombros, cuello y espalda. El sueño y los sentidos al vilo no le ofrecían un descanso reparador, más las horas cabalgando. Cómo era de esperar, el francés era la única lengua que se manejaba, haciendo sentir Adela incomoda, vulnerable e irritable.
Para su sorpresa, Lisena se las pudo ingeniar con el idioma para hacerse entender, no hablaba fluido, pero le sirvió para el dueño del lugar acceder a darle una habitación. Ni bien se acomodaron en los aposentos, Adela empezó a quitarse su vestido, donde la blancura quedo de antaño, cubierto con motas verdes y marrones. Quedando en ropa interior se escabullo entre frías y húmedas sabanas mientras Olivia se subía a los pies de la cama.
-No me siento en ánimos para bajar a cenar. -dijo casi como un ronroneo. -A estas alturas se me parte la cabeza del dolor.
Lo último que quería era oír el bullicio incompresible de los demás que se hospedaban. Y con respecto a la comida, con sólo pensarlo se le cerraba el estomago. ¿Acaso se estaba enfermando? Sí, estaba enferma, del agotamiento, del cansancio y de la fatiga. Lo único que necesitaba era un buen descansar y un buen despertar. Bueno, lo último podríamos decir que dejo mucho que desear...
Esa mañana Olivia no la despertó lavando su cara con su lengua áspera como solía hacerlo. Al contrario, se estaba moviendo de un lado al otro en los pies de la cama casi pisándose sus cuatro patas. Abrió un ojo y vio que Lisena se había levantado.
-Cómo si hubiera visto un fantasma. -la rubia se pudo haber incorporado, pero su cuerpo no le respondía. Sus músculos se habían relajado de tal forma que maniobrar con ellos parecía un desafió.
-¿Qué esta pasando?
Adela giró la cabeza intentando de mirar por encima de su hombro. Olivia le obstruía la vista con su cola.
Le dio un empujón a Olivia con su pie. Ésta se sobresalto e hizo ademán con sus fauces abiertas para morderla. Le dio otra patada, esta vez más fuerte para corregirla.
Se sentó mostrando su torso semi-desnudo. Su semblante siempre cálido y amigable se torno gélido e inquisitorio. No hacía falta palabras para sacar conclusiones, ni conocer historias para saber que estaba sucediendo. Permaneció en aquella postura, con las manos sosteniendo su torso, las piernas enroscadas en las sabanas y sus labios rosados entreabiertos. La mirada azur clavada en la puerta, esperando. "Quiero salir", pudo haber dicho, "quiero salir", pudo haber gritado. Pero hasta la persona más valiente sabría cuando callar.
Si aquel fue el hombre quien hirió los pétalos de la flor de Lis, probablemente, allí se encontraba el final del viaje.
_________________
♥
-No veo la hora de dormir en una cama. -le confesó a Lisena mientras arribaban al hostal. Su cuerpo se había vuelto una piedra, sobretodo sus hombros, cuello y espalda. El sueño y los sentidos al vilo no le ofrecían un descanso reparador, más las horas cabalgando. Cómo era de esperar, el francés era la única lengua que se manejaba, haciendo sentir Adela incomoda, vulnerable e irritable.
Para su sorpresa, Lisena se las pudo ingeniar con el idioma para hacerse entender, no hablaba fluido, pero le sirvió para el dueño del lugar acceder a darle una habitación. Ni bien se acomodaron en los aposentos, Adela empezó a quitarse su vestido, donde la blancura quedo de antaño, cubierto con motas verdes y marrones. Quedando en ropa interior se escabullo entre frías y húmedas sabanas mientras Olivia se subía a los pies de la cama.
-No me siento en ánimos para bajar a cenar. -dijo casi como un ronroneo. -A estas alturas se me parte la cabeza del dolor.
Lo último que quería era oír el bullicio incompresible de los demás que se hospedaban. Y con respecto a la comida, con sólo pensarlo se le cerraba el estomago. ¿Acaso se estaba enfermando? Sí, estaba enferma, del agotamiento, del cansancio y de la fatiga. Lo único que necesitaba era un buen descansar y un buen despertar. Bueno, lo último podríamos decir que dejo mucho que desear...
Esa mañana Olivia no la despertó lavando su cara con su lengua áspera como solía hacerlo. Al contrario, se estaba moviendo de un lado al otro en los pies de la cama casi pisándose sus cuatro patas. Abrió un ojo y vio que Lisena se había levantado.
-Cómo si hubiera visto un fantasma. -la rubia se pudo haber incorporado, pero su cuerpo no le respondía. Sus músculos se habían relajado de tal forma que maniobrar con ellos parecía un desafió.
-
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;
-¿Qué esta pasando?
- no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso.
Adela giró la cabeza intentando de mirar por encima de su hombro. Olivia le obstruía la vista con su cola.
- Huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;
Le dio un empujón a Olivia con su pie. Ésta se sobresalto e hizo ademán con sus fauces abiertas para morderla. Le dio otra patada, esta vez más fuerte para corregirla.
- creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor,... quien lo probó lo sabe.
Se sentó mostrando su torso semi-desnudo. Su semblante siempre cálido y amigable se torno gélido e inquisitorio. No hacía falta palabras para sacar conclusiones, ni conocer historias para saber que estaba sucediendo. Permaneció en aquella postura, con las manos sosteniendo su torso, las piernas enroscadas en las sabanas y sus labios rosados entreabiertos. La mirada azur clavada en la puerta, esperando. "Quiero salir", pudo haber dicho, "quiero salir", pudo haber gritado. Pero hasta la persona más valiente sabría cuando callar.
Si aquel fue el hombre quien hirió los pétalos de la flor de Lis, probablemente, allí se encontraba el final del viaje.
_________________
♥