Noega
Volviendo de la zona VIP octavillera y sin dar por vista a la "marujita" oficial de la zona, pilló justo a su sobrimini de la mano del Semental, pululando por la sala.
Corrió dos pasos y la tomó por sorpresa de los brazos elevándola en el aire - AAAAAQUÍ ESTÁ MI NIÑA!! - Se la colgó como siempre mientras ella volvía a recitar - ¿A qué jugábais? ¿Me enseñas? ¿Por qué estabas roja como un tomate y por qué el tito tenía esa sonrisa de oreja a oreja? ¿Y la tita Tiza, dónde está? ¿No viene?... ¿Y no tienes caló con todo eso encima? ¿Estás rellena de choco? ¡Oye oye oye! ¡ Que sigo teniendo hambre! ¿Dónde están los panes de leche, bollos horneados, dulces de miel y demás degustaciones que me prometieron si venía sin rechistar y no destrozaba algo por el camino? dondeeeeeeeeeeeeeee - La de los cuervos sonrió de oreja a oreja tontunamente y le dió un besazo sonoro en el moflete - AYYYYYYYYYYY cuanta curiosidad en tan poco espacio. Oye ahora, cuando entremos en la capilla, te tendrás que estar algo quieta, ya se que cuesta - le decía peinándole los mechones que se le habían salido de su sitio - peeeeeeeeeeeeero el señor gordo de los dorados que estará allá arriba, junto a los novios, es peligroso, mejor que no te vea o te echará a un caldero con patatas y zanahorias - Asíntió enérgicamente mientras recobraba su meñique con la otra mano y le daba con la cadera al acompañante de la niña, asín, con todo el disimulo del mundo.
Aquello estaba de bote en bote pero los padres de la criatura no se hallaban. La lagarta tampoco parecía haber conseguido traer a su hermano ¿ni siquiera habria acarreado al Lancrex? Bah, paparruchas, seguro que llegaba tarde, como siempre. En esos pensamientos se hallaba cuando Seberino anunció:
- El Señor Accept Valdecilla, Duque de Ibiza y Formentera, Capitán del Catalá Sifilic, Miembro y cofundador de la Societas Magna Cathalana Maris, propietario campos, hundidor de varios barcos, dueño y señor de lo que se le antoja, poseedor de fortunas... y acompañante...
Levantó la cabeza sorprendida. Allí se hallaban ambos dos. La caspolina pellizcó el muslillo a Lamya - Ahí está la respuesta a tu pregunta enana, esta lag.... tía tuya tiene más poder de convicción de lo que yo esperaba - susurró a la niña mientras se recolocaba la sonrisa en su sitio casi amarrándola con los dedos y daba una palmada al Semental muy entretenido con los encantos que le rodeaban.
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