--Halima
A duras penas reconoció para si misma que había obrado de mal modo, no debía comportarse de esa manera dentro de la mezquita pero tampoco había elevado la voz, el joven había dado sus explicaciónes y disponía a marcharse del recinto.-Já, punto para Halima.- Pensaba dentro de ella, pero también sabía que si la hermana se enteraba que estaba espantando feligreses probablemente le vetarían la entrada a la mezquita.
-Espere, no se vaya.- Le tomó con tanta fuerza del harapo que llevaba puesto que por un momento temió rasgarlo - No se atreva a repetir otra vez eso de que yo no respeto alguno de los pilares, sólo el Único podrá juzgar mis acciones el día que quiera evaluar mis acciones para otorgarme una vida en el jardín de las delicias o en la montaña de la desolación, no será usted o algún deconocido de mi fé el que se encargue de señalar mis errores.- No podía permitir que aquel joven desdeñara su compromiso con el Único.- Y en todo caso la única que puede regañarme es mi abuela, que es quien me alimenta y me ha enseñado a vivir la Fé verdadera.- Instintivamente friccionó sus orejas recordando a su abuelita que a diario se las quería agrandar a base de jaleos.
Luego de pensar por unos instantes las palabras anteriores del joven recordó la frase."- ...Y no soy aristotélico, bueno, quiero decir, ... que no estoy bautizado. Y no busco ningún pleito, solo busco... no sé. Algo de .... "
-Un momento!-Ahí si elevó su voz quizás un poco más de lo tolerable en sitios sagrados, pero luego de observar que la gente que a la distancia recorría el sitio o conversaba entre si no habían dado vuelta sus cabezas para ubicar el vozarrón de la niña continuó hablando. - Ha dicho que usted no es bautizado y que está en busca de algo....ese algo podría ser reconfortar su espíritu con las palabras del profeta?.- Observaba el rostro del joven poco convencido.- Si usted desea yo puedo ayudarle, no será necesario hablar con Yunna hasta que usted no se encuentre seguro de que lo que desea es pertenecer a nuestra hermandad, yo puedo ir explicándole nuestros pequeños ritos de a poco.