Asdrubal1
Se hallaba en el puerto, como de costumbre, poniendo orden en las nuevas mercancías recién llegadas, telas de la península itálica, vino del sur de Francia y especias importadas desde el norte de África entre otras conformaban la nueva adquisición del de la Barca, mercancías que serían vendidas triplicando su valor inicial; o eso suponía el claro, siempre conseguía vender sus productos en un mercado que monopolizaba con mano de hierro.
En su ensimismamiento sin embargo se percató de lo apresurado que iba su primo, bastante sulfurado, era propio de el claro estaba, pero no dejaba de ser raro, con tono autoritario dijo;
-Druso, Nevio y Casca, conmigo los demás; vuelta al trabajo
Siguió con bien ritmo a su primo que se dirigió a la residencia Ducal, irrumpiendo de forma abrupta, el caspolino era más diplomático, recordando a los guardias su posición de consejero ducal se abrió paso y se guió por los continuos ruidos y griterío, su pequeña comitiva le iba abriendo paso por el revuelo, llegaron al epicentro, el señor de Chipriana y la duquesa por un lado y su primo por otro, claramente enfrentados;
-Excelencia, Ilustrísima, que el altísimo os bendiga, primo; ¿Qué ocurre aquí? Por preocupantes motivos me hallo aquí pues el revuelo llega hasta el puerto, me he visto obligado a desatender mis negocios
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