Athan
Notaba como todos sus musculos se relajaban, era la mejor parte de la noche, el baño, el agua siempre fué mágica para muchas culturas y religiones, el agua era fuente de vida y, en este caso de relajación.
Como ya ha visto, estamos prosperando y el comercio esta enriqueciendo a la ciudad y... a mis bolsillos dijo pensando en todos los sacos de oro que llegaban a palacio todos los días ¿Señora Saiid? ¡Por dios! Estoy soltero... dijo entre risas, era raro que el joven no hubiese escuchado rumores sobre el Conde, casi todo el mundo sabía sus preferencias pero nadie se atrevia a recriminarle nada si no quería ir directo a la pica.
Entonces metió la cabeza bajo el agua y nadó hasta su lado, poniendo su brazo en el bordillo, le miró y le pregunto: ¿Y su señora? ¿No le echa de menos en estos viajes tan largos? ¿Tiene señora, no?
Mientras le preguntaba sin querer rozó un poco con su pierna y el joven de Saiid no le dió mucha importancia pero sonrió un poquito.
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