Afficher le menu
Information and comments (0)
<<   <   1, 2, 3, ..., 11, 12, 13, ..., 20, 21, 22   >   >>

Casa Pellicer i Jordan

Ibelia.jordan


Ibel frunció el ceño ante la respuesta del mayordomo. No esperaba que Ysuran estuviese ocupado pero teniendo en cuenta que Lorgan era un Compañero de Armas ya la había visto de aquella guisa; consideró que había confianza con el alcalde y que sería una alegría saludarle.

-Abelardo ya se que mi aspecto no es muy presentable pero prefiero abrazar primero a mi familia. y saludar a los amigos.
Lo del baño me parece muy bien; que lo vayan preparando para después.
Avisa a mis hijas si es que las encuentras.

Y servid algo bueno de beber


Acabó de desprenderse de las armas y defensas militares que llevaba todavía sobre su ropa ligera de faena, dejando las piezas abandonadas de camino al salón donde se encontraba su esposo con el alcalde.

_________________
Abelardo.



ABELARDO

Abelardo asintió, aquella mujer no había hecho nada más que llegar y ya le había caido regañina, era lógico que ella quisiese ver a su familia, pero lo mismo le apetecía hacerlo limpia y arreglada, no recién venida del campamento donde se pegaba el olor a humo, orines, sudor y sangre; por no mentar cosas peores.

Observó a la señora pelirroja marcharse, viendo como se iba deshaciendo de su equipo por el camino, otro trabajo más para Abelardo, recoger aquello, así que se puso manos a la obra, cuando la mujer se perdió de su campo de visión comenzó a andar recogiendo todo, después se giró y lo llevó hasta la cocina donde algunos sirvientes tomaban un descanso, se acercó a ellos y dijo:

- Señoritas, vosotras dos acudid a la habitación de los barones y preparad su baño privado, la baronesa ha llegado y pronto acudirá a asearse, desde luego lo necesita. Se giró sobre si mismo y a un muchacho joven, sobrino de la cocinera, le dijo:

- Tú, joven, toma el equipo de la baronesa, llevalo a la armería, limpialo, no pares hasta que no te veas reflejado en él. Después mandó a uno de los camareros:

- Lleva una copa al salón donde está el barón y el alcalde, la noble quiere tomar lo mismo que ellos tengan...De camino asegurate que no necesitan nada más.


Dicho esto salió al exterior en busca de las niñas de los barones que hacía rato nadie veía por la casa, aunque antes tuvo que ver, como seguían sin tomarlo enserio y que ninguno obedeció hasta que la cocinera los azuzó a trabajar, a pesar de ser el mayordomo, eso de ser tan torpe le había costado la autoridad que debía tener alguién en su cargo, pero ya arreglaría eso, ahora tocaba buscar a las niñas.
Andreu.


Lorgan desmonto su caballo y se acerco a la puerta de los Pellicer...hacia mucho tiempo deseaba compartir con esta bella familia...amablemente le recibio el mayordomo, al cual le pidio el favor que lo anunciara....una vez dentro de la casa, cerca de lo que parecia la cocina se encontro con la joven Aliena, quien llevaba unas botellas...esta le saludo a la cual le devolvio el gesto...Luego fue recibido por Ysuran...

- Buenas tardes alcalde, que sopresa tenerte de visita, por favor toma asiento, enseguida traeran algo para que puedas tomar y comer.

- Buenas Ysuran, para mi es un honor poder estar en vuestra casa, hacia mucho tiempo deseaba venir, gracias por recibirme.
- Deseaba conocer vuetra casa, y compartir un rato con ustedes, ultimamente, las multiples ocupaciones no me han dado tiempo para estar con mis familiares y amigos.


Lorgan se acomodo en el asiento que le ofrecio el caballero.
Ysuran


Ysuran sentado escuchó las palabras del alcalde, se alegraba de ver que los amigos venían a visitarlos de vez en cuando, aunque él últimante estaba un poco agrio, con el tiempo se pasaría y más cuando la pelirroja estuviese con él.

- Me alegro que hayas venido Lorgan, aunque ahora mismo solo estamos en casa las niñas y yo, y ellas andan por ahí jugando, que miedo me dan cuando se juntan esas dos cabecitas. Dijo riendo...

Seguían con la charla cuando la puerta del salón se abrió de par en par, parecía increible, Ysuran no podía creer aquello, su amada pelirroja estaba allí, frente a él, así que se levantó del asiento, olvidando la cortesía y el protocolo, se acercó a la mujer y le dio un gran y largo beso en los labios, después se apartó un poco y dijo:

- Al fin está en casa mi dama de brillante armadura, ¿Será por mucho tiempo? Dedicó una sonrisa, la invitó a tomar asiento a su diestra y le indicó que estaba allí el alcalde.

_________________
Ibelia.jordan




Ibelia se acercaba a la puerta del salón mientras iba pensando en lo que el mayordomo había sugerido.

-Quizá tenga razón y deba asearme antes de ver a mi esposo. Seguro que mis maneras no entran en los libros de protocolo como buena praxis.

Dudaba entre abrir aquella puerta o subir las escaleras hasta sus aposentos, ponerse sus mejores galas de dama de la corte. Y bajar al salón radiante para su encuentro con las visitas y el barón.

Como siempre su impulsividad venció a cualquier orden que su mente y lo prudente y convencional ordenaban.

Su mano se adelantó a su pensamiento; ya se encontraba en el pomo de la puerta abriendo esta de par en par, la Baronesa entraba en la sala, donde vio a su esposo charlando con el alcalde Lorgan.

Quedó plantada delante sin saber que hacer, al notar la mirada incrédula de su esposo pero por fortuna solo fue un segundo que le pareció eterno; cuando Ysuran se levantó y llegando hasta ella la abrazó y sus labios se unieron como hacía tiempo no ocurría, la mujer tembló como una hoja al viento, -cuanto lo había echado de menos, pensó.

La presencia de su amigo Lorgan, frenó su efusividad, el rostro de la dama enrojeció por el momento, no quería que el alcalde se sintiese incómodo y se separaron quedándose cogidos de la mano, no podía apartar la mirada de su esposo. Lo notaba algo triste y decaído.
Sabía que había dejado el ejército y en sus cartas no había argumentado razones. Deseaba hablar largo y tendido pero solo pudo preguntar.

-¿Estáis bien, esposo mío? ¿Las niñas y Jou? Os eché de menos cada día y cada noche.

El hombre sonrió diciendo.

- Al fin está en casa mi dama de brillante armadura, ¿Será por mucho tiempo?

Ibel le respondió devolviendo una mirada risueña.

– Sí, espero que así sea; no os libráis de mí tan fácilmente.

Volvieron hacia Lorgan y la dama lo saludó.

-Me alegro de verle Lorgan veo que cuida de nuestro amada ciudad de Segorbe con diligencia y responsabilidad. Un gusto tenerlo en nuestra casa.

Tomó la copa que le traía un criado y tomó un sorbo de vino con deleite mientras se acomodaba al lado de su esposo para charlar con el alcalde.

-Ya disculparéis mi inapropiado atuendo, sé que no es propio para recibir visitas pero hace tanto que falto de los usos palaciegos que temo tendré que recibir clases de protocolo cuando lo hagan mis hijas,
que… por cierto, me gustaría ver.

No he querido dejar de saludar, además siendo soldado sabrá excusar mi indumentaria aunque dejé esparcida por el pasillo mi “ya no tan brillante” armadura.


Bromeaba, mientras seguía bebiendo de su copa, miró de nuevo a Ysuran largamente.


_________________
Alienaa


De nuevo Rosalía estaba en la cocina y su hermana salió corriendo a distraerla. Aliena cogió aprisa la botella y un vaso y sin perder más tiempo se dirigió por la puerta trasera al jardín.
Se sentó apoyada en la casa y esperó a que regresara su hermana, que apenas tardó unos segundos en aparecer.

-¿Crees que se habrá dado cuenta? - Dijo medio preocupada por el retorno tan repentino e inesperado de Rosalía.

Su hermana negó con la cabeza y se sentó a su lado.
Con cuidado descorchó la botella y sirvió un poco en el vaso de aquél manjar de los adultos. La pequeña cogió el vaso y apenas mojándose un poco los labios frunció el ceño y puso mala cara.

-¡Argh! Esto está muy malo, debe estar pasado... es muy amargo. - Dijo a su hermana mientras le acercaba el vaso para ver qué pensaba ella.

Azalea lo tomó en sus manos y bebió, mientras la niña observaba impaciente la reacción de su hermana.

_________________
Ibelia.jordan




Ibelia tomó un largo trago de su copa y después de comentar con el alcalde y su esposo las últimas novedades y eventos de la villa segorbina y otros asuntos acontecidos en el ejército, se despidió de ambos dispuesta a subir a sus aposentos y usar esa pila para el baño al estilo de las termas romanas que tanto se había empeñado en instalar a su llegada al castillo de Sagunt y que tan apenas había usado.

-Señores, fue un placer disfrutar de su compañía y en vista de que mis hijas no aparecen, creo que voy a asearme un poco y ya las veré en la cena.
Disculpadme, Lorgan, si lo deseáis, alcalde puede quedarse lo que desee a cenar.

-Ysuran, nos vemos luego, avisa a nuestros hijos de que ya estoy de vuelta me gustaría verlos a todos.
Dijo a su esposo dándole un beso en la mejilla.

Salió de la sala y fue subiendo las escaleras hasta el baño, dos doncellas lo estaban preparando todo bajo la supervisión de Abelardo.

Hacía días que no disfrutaba de comodidades como aquella del baño y aseo asistida por las criadas.
La vida militar era austera y dura en ocasiones pero a Ibel no le importaba, sabía estar en todos los ambientes, sentía que aquella vida al aire libre le enseñaba a disfrutar más de las comodidades de su hogar.

Entró a la sala donde se encontraba el baño

Las criadas comenzaron a despojarle de las sucias ropas y ella se dejó hacer.
Entró en las tibias aguas y sumergió su cuerpo por completo, de pies a cabeza. Las jóvenes a su servicio frotaron su cuerpo con esponjas de crin para desprender la suciedad acumulada hasta que la dama quedó limpia por completo, luego lavaron sus largos cabellos.

Los perfumes y aceites eran muy agradables, hacía mucho tiempo que no se encontraba así de relajada, sin querer pensar en nada más que su placer y bienestar momentáneo. Ya vendrían las preocupaciones y el trabajo duro después.

Las muchachas acabaron su trabajo y se retiraron de la sala hasta que fueran avisadas para ayudar a la señora a vestir.

Ibelia se sentía muy bien en el baño pero deseaba ver a sus hijos lo antes posible, hacía tiempo que no estaba con ellos y quería abrazarles, ver lo mucho que habrían crecido y todas las cosas que habrían aprendido durante su ausencia.

El hecho de alejarse de sus pequeños durante su educación, no entraba en sus planes pero las circunstancias así lo habían obligado. No obstante consideraba que no podían estar mejor atendidos en la baronía bajo la supervisión de su esposo, eso la tranquilizaba.

Así que sin más demora salió del baño y avisó a las criadas que la ayudaron a secarse peinaron y recogieron sus cabello; en aquella ocasión deseaba verse muy femenina, eligió un vestido granate de amplio escote que realzaba su figura y se miró en el espejo.
Se preguntaba si el paso del tiempo y la vida castrense habían dejado huella en su aspecto.

El espejo le devolvió una imagen bella y se encontró a gusto con ella misma.


_________________
Ysuran


Ysuran observó a su esposa levantarse del asiento, hacía tiempo que no la veía y no pudo evitar quedarse ensimismado mirandola hasta que salió del salón; después volvió la mirada hacia Lorgan pero con la mente aún en la pelirroja. Ambos hombres estuvieron hablando un rato hasta que el alcalde tuvo que marcharse para atender su cargo.

Tras despedirlo se dio media vuelta y subió las escaleras hasta la primera planta, se dirigió a la habitación principal, empujó la puerta para entrar y se encontró a su esposa con un precioso vestido mirandose frente al espejo a la que le dijo:

- Que bien te ha sentado el baño, estás guapisima.

Se acercó hasta ella, le dio un gran abrazo seguido de un beso en los labios, cosa que hacía tiempo echaba de menos quizás fuese aquella la causa del hastío del que se sentía víctima y que le había llevado a abandonar cargos y responsabilidades para conservar solo la que realmente le parecía interesante, la heráldica.

Después del beso se retiró un poco de ella para darle espacio y se dirigió a la cama donde se sentó y le preguntó:

- Dime, ¿Cómo te ha ido en la campaña? Cuentame, hace mucho que no hablamos.

_________________
Ibelia.jordan


Ibelia contemplaba sonriendo a la dama que le devolvía la mirada en el espejo, se reconocía en ella a pesar del paso del tiempo y las experiencias que en su vida se habían sucedido.

A través del espejo, vio abrirse la puerta y a su esposo que le dijo cuando entró en la habitación.
- Que bien te ha sentado el baño, estás guapísima.

Surgió de su interior un gesto emocionado a la vez que se giraba hacia Ysuran que llegaba hasta ella con impaciencia para abrazarla con fuerza.

Ibelia se dejó llevar; hacía mucho tiempo que no sentía la calidez de sus brazos y pensó en lo mucho que había echado de menos aquellos sentimientos ahogados en la distancia.

Ibelia casi sin respiración por el abrazo y beso que le siguió contestó al barón cuando pudo recuperar su compostura.

-Querido esposo, sois muy amable y me veis con buenos ojos. Le dijo con falsa modestia haciéndole una reverencia.

-Han pasado muchas noches ya desde que nos conocemos y esta noche os veo triste. Espero que también me contéis que os inquieta.
La dama se acercó a su esposo y se sentó a su lado, tomando su mano entre las suyas le dijo mirándole fijamente.

- Bueno ya estoy en casa, me gustaría poder animarte, que todo sea como antes.

Los barones querían ponerse al día y tenían mucho que contarse, El barón fue el primero en preguntar.

- Dime, ¿Cómo te ha ido en la campaña? Cuéntame, hace mucho que no hablamos.

La baronesa comenzó a relatar.

-En este tiempo al cargo del ejército, lado de los soldados y de la reina Rose he aprendido muchas cosas, ha sido una buena experiencia, hemos defendido Valencia mostrándonos prestos a la batalla.
Nuestros enemigos no tuvieron valor para cumplir sus amenazas. Bueno eso ya lo sabes que mantuviste tu ejército activo hasta hace poco.
Y todo ello sin derramar sangre de nuestros soldados. Sin sufrir una nueva invasión tan temida. Está a punto de firmarse la paz y mientras me he ocupado del ejército y de limpiar los caminos de unos piratas italianos.

Y bueno. . . he sido nombrada maestre de Camps.
Dijo con cierta modestia.

-Esto me enorgullece y espero poder estar a la altura de esa nueva responsabilidad, hay mucho que hacer; pero a la vez me apena que tu hayas presentado tu dimisión del ejército; aunque seguro que tienes tus razones.

Sabes que no soy de inmiscuirme en tus asuntos pero me inquieta que te sientas molesto por algo que yo haya podido hacer o no hacer.


Miraba a Ysuran esperando su respuesta.

_________________
Ysuran


Ysuran escuchó a su esposa mientras esta se sentaba a su lado, la mujer le preguntaba sobre la tristeza que aparentaba Ysuran, pero la verdad no sabría que responder, no era tristeza sino hastío e impotencia, ver como siempre se hacía lo mismo y lo peor que se esperaran resultados distintos...ver como aquello en lo que uno cree quizás no era tan bueno como pensaba porque algunos lo usaron y manipularon para tener un bonito sillón y derechos sobre otros...

Retiró todos esos pensamientos de su mente, ya le respondaría cuando supiera que decir y le preguntó por la campaña a lo que ella respondió:

-En este tiempo al cargo del ejército, lado de los soldados y de la reina Rose he aprendido muchas cosas, ha sido una buena experiencia, hemos defendido Valencia mostrándonos prestos a la batalla.
Nuestros enemigos no tuvieron valor para cumplir sus amenazas. Bueno eso ya lo sabes que mantuviste tu ejército activo hasta hace poco.
Y todo ello sin derramar sangre de nuestros soldados. Sin sufrir una nueva invasión tan temida. Está a punto de firmarse la paz y mientras me he ocupado del ejército y de limpiar los caminos de unos piratas italianos.

Y bueno. . . he sido nombrada maestre de Camps.

-Esto me enorgullece y espero poder estar a la altura de esa nueva responsabilidad, hay mucho que hacer...


Ysuran miró a su esposa, sin duda aquello para ella era un gran honor que él no le empañaría, así que sonrió a la pelirroja y le dijo:

- Me alegro mucho por tí, harás una labor excelente y a ese ejército es lo mejor que le puedes pasar, necesitaban ya alguien activo que lo organice bien e imponga un criterio útil con buenas ideas.

Después observó como su esposa se entristecía un poco y le decía:

- Pero a la vez me apena que tu hayas presentado tu dimisión del ejército; aunque seguro que tienes tus razones. Sabes que no soy de inmiscuirme en tus asuntos pero me inquieta que te sientas molesto por algo que yo haya podido hacer o no hacer.

El Pellicer tomo un respiró, cogió de las manos a su esposa y le dijo:

- No te preocupes por mi dimisión, sentía que aquél no era mi lugar y mira ha servido para que mi sombra se aparte y tú puedas prosperar. Le dedicó una sonrisa y continuó. - Y no te preocupes, no has hecho nada que me hiciera tomar esa decisión, digamos que soy cabezota y si no se impone mi criterio, que obviamente es el único bueno y factible, no me apetece estar ahí para ver como se hace mal.

Después se levantó de la cama y sin dar opción a la pelirroja a responder tiró de ella para que se levantara y dijo:

- Vamos a buscar a esas niñas, están en el jardín y Abelardo aún no las ha encontrado...no sé porque seguimos manteniendolo...

Y salió del cuarto seguido de su esposa, ambos bajaron las escaleras principales por las que antes había subido el barón y se dirijeron a la salida trasera que daba al jardín. El lugar era fresco, lleno de vida, estaba perfectamente cuidado y aunque no era tan hermoso como los del castillo de Sagunt ofrecía una tranquilidad que permitía alejar los problemas de la mente...

Anduvieron un poco buscando a las niñas y al mayordomo, el segundo apareció pronto disculpandose por no haber encontrado a las niñas y rápidamente se quito de enmedio para librarse de una bronca. A las niñas las encontraron jugando escondidas detrás de uno de los arboles y rodeadas de setos, se acercaron a ellas y las observaron hacer algo que Ysuran no podía creer posible...

- Señoritas...¿Qué está pasando aquí?

_________________
Alienaa


Azalea estaba alzando el codo para dar un trago cuando una voz firme y en tono no muy amigable irrumpió detrás de los árboles.

- Señoritas...¿Qué está pasando aquí?- Aliena dio un respingo del susto. Su padre las había pillado con las manos en la masa.

Volteó la cabeza para encontrarse con la cara enfurecida de su padre seguida de una severa regañina, cuando detrás de él venía una mujer de largos cabellos rojos. Su madre por fin había vuelto.

Olvidando lo que estaban tramando, se puso rápidamente en pie y salió corriendo a por ella, recibiéndola con un abrazo.

-¡Mami, mami, por fin estás de vuelta!


_________________
Ibelia.jordan



Ibelia contrariada intentaba contestar a Ysuran pero esté no le dejó replicar y la sacó de la habitación de la mano para ir a buscar a sus hijas.
Mientras bajaban las escaleras no dejaba de pensar en lo poco comunicativo que se había mostrado con ella.
Sus palabras parecían cordiales y tranquilizadoras pero sus ojos mostraban tristeza y hastío, preocupado en sus lejanos pensamientos y esforzándose por sonreír.
Hubiera deseado que compartiera sus pesares, le dolía sentirse tan lejos de su esposo aun cuando ya estaba en casa.

No quería que nada empañara el momento del reencuentro con sus hijas y siguió al Barón sin rechistar guardándose su pena , mostrándose alegre para su familia.

Salieron al jardín, estaba esplendoroso, vestido de primavera, cuidado con esmero y eso que ella no había estado pendiente.

-Querido, Mira a tu alrededor. Le dijo animada mientras recorrían el sendero que atravesaba el jardín.
-Todo está precioso, en este caso Abelardo ha hecho un buen trabajo; solo por eso ya merece quedarse a nuestro servicio. ¿No te parece?

Se adentraron por el jardín y tras unos setos vieron a las niñas, sus pequeñas. Mientras se acercaba, no daba crédito a lo que estaba viendo.
La voz de Ysuran cayó sobre las chicas como el mazazo de un juez.

- Señoritas...¿Qué está pasando aquí?

La botella que llevaban en la mano, de repente salió por los aires sin rumbo fijo derramando su rojo líquido en su trayectoria.

Ibelia vio correr hacia ella a Aliena con su carita llena de alegría y sus palabras de cariño abortaron su incipiente enfado.

-¡Mami, mami, por fin estás de vuelta!

A la baronesa se le olvidaron todos los pesares anteriores y cualquier enfado que pudiera asomar a su rostro se transformó en una sonrisa.

Abrazó a sus hijas con todo el cariño contenido por los meses de ausencia.

_________________
Alienaa


La larga estancia sin sus hijas hizo que Ibelia no pudiese cabrearse con ellas por una botella de vino, pero el Barón no quería zanjar el problema sin regañarles por la mala acción de las niñas.

Tras la reprimenda Aliena se sintió muy mal, no quería echar a perder aquél vino, solo quería probar ese manjar de adultos que a ella le sabía a rayos.

Como hacía una buena tarde veraniega, decidieron sentarse todos a charlar, pero la inminente regañina les dejaron a todos mudos.
Para suavizar las tensiones, decidió enseñar a su madre el nuevo juego al que dedicaba tiempo.
Fue al establo en su busca y volvió corriendo con el arco colgando del hombro.

-Mira mamá, lo encontré un día mientras limpiaba el establo. Está un poco viejo, pero... ¡es muy divertido jugar! - Le decía entusiasmada.

_________________
Ibelia.jordan


Ibelia se sintió por fin en el hogar, se dirigieron al kiosko del jardín donde habían servido refrescos y se sentaron sobre los cómodos asientos sonriendo y abrazando sin parar a sus hijas.

Pasó un buen rato hablando con las niñas y su esposo que aun un poco serio participaba de vez en cuando en la conversación; en un momento Aliena pareció acordarse de algo y salió corriendo en dirección a los establos.

Se sintió feliz y complacida al ver el arco que llevaba en sus manos la pequeña que se acercaba para enseñarle su nuevo juego.

-Por lo visto has heredado mi afición por el tiro. Cuando quieras podemos practicar en el patio de Armas y luego ir de cacería.

Siguieron hablando hasta la hora de la cena.

_________________
Alienaa


La niña se ilusionó al ver que la reacción de su madre fuese tan positiva y que aquel "juego" se convirtiera en una actividad en la que juntas se divertirían. Si uno ya se divierte solo, dos mejor aún.

Pero la sonrisa de sus labios se difuminó al escuchar la palabra cacería.

Imaginarse apuntando a un animal, mientras éste le mira suplicándole la vida, no era capaz de hacer algo así.
Su estómago se le encogió al imaginar el sufrimiento del animal que yace en el suelo, con una flecha clavada, donde no para de brotar sangre mientras su vida se apaga.

Negó en rotundo.

-No, mamá. Cazar no. Los animales tienen que correr, jugar con los demás animalitos, divertirse también... ellos son buenos. - Terminó con un hilo de voz.

_________________
See the RP information <<   <   1, 2, 3, ..., 11, 12, 13, ..., 20, 21, 22   >   >>
Copyright © JDWorks, Corbeaunoir & Elissa Ka | Update notes | Support us | 2008 - 2024
Special thanks to our amazing translators : Dunpeal (EN, PT), Eriti (IT), Azureus (FI)