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Casa Pellicer i Jordan

Ibelia.jordan



Ibel miró con ternura a su hija. La inocencia de sus ojos la desarmó de mayor manera que si de un enemigo con espada se tratase.

¿Su hija no sabia que su madre tenia las manos manchadas de sangre? Enemigos en las batallas o por defender el honor y la justicia. Pero todas las muerte que bajo su espada contaba.. . . eran personas . . . también habrían tenido madre e hijos.
Nunca había pensado en que cazar y comerse la pieza estaba mal, pensaba que era algo natural. Los propios animales lo hacían.

Aun así le contestó a la niña.

-Como quieras pequeña no iremos de cacería. Hoy nada puedo negaos , pues tenia tantas ganas de estar en casa que sea lo que sea que me pidáis. Tened por seguro que lo conseguiréis.

Y para que el Altísimo me perdone de todas estas faltas necesitaré un buen cura.
Por cierto, ¿Donde esta vuestro hermano Jou? Me reconfortaría hablar con él. ¿Tendré que ir a buscarlo a la iglesia de Segorbe?



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Nana_flor


Habían pasado los días y poco duraron las intenciones de la señora de quedarse quietecita en casa para cuidar de su familia.

Sus múltiples asuntos la tenían siempre fuera del hogar familiar y esas ausencias no eran buenas a juicio de la Ama de llaves y persona de confianza de Ibelia.
Ahora no solo la baronesa se ausentaba, también las hijas y el barón paraban poco por el castillo.
-Así mal se cuidan las haciendas. Sin buena mano que las atienda Pensaba la mujer al ver ciertas maniobras idas y venidas de los criados sin supervisión más que del despistado mayordomo Abelardo.
Ella hacia lo que podía en sus múltiples facetas pero solo acataba órdenes de la señora a la que notaba cada vez más ausente y lejana.

Johan_de_berasategui


Tras un corto viaje desde la capital valenciana, el joven Johan no podría permitirse el no visitar a sus amigos, la Dama Ibelia Ibel Jordan y el Caballero Ysuran Pellicer...
Al ver que su visita era de incognito y sin previo aviso, decidió dejar una nota junto a una canasta de deliciosas frutas.

Cita:
"Buenas amigos Segorbinos! Si bien mi estadía será corta, quería

pasar a saludarles y a entregarles un presente de las tan deliciosas frutas del Vergel de

Valencia!! Os dejo un afectuoso saludo!


Johan de Berasategui i Pern"



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Gracias Lianneh & Mahory D'Vinci


Nana_flor


La buena mujer que se dedicaba al cuidado de la familia Pellicer i Jordan en ausencia de sus señores acudió hasta aquel joven tan de buena planta para ver que se le ofrecía.

Recibió al Joven y su pequeña escolta en el salón de visitas, su aspecto le resultó familiar tenía ese porte majestuoso de los Berasategui i Pern, lo reconoció como uno de los infantes hijos de su amada reina Rose I a la que por fortuna había tenido el gusto de recibir en aquella casa al ser amiga de los de Sagunt.

Con las graciosas reverencias aprendidas en sus años de servicio a los Nobles Barones, Tomó la cesta de frutas y la nota que la acompañaba, disculpándose por la ausencia de los Barones.

-Su majestad. . . , alteza real. . . infante Johan, perdonad pero los barones se encuentran ausentes en este momento. Mi señora tuvo que visitar el monasterio de la Santa Cruz por unos días y mi señor salió a Navegar en su barco. En cuanto regresen les haré entrega de su regalo.
Mi señora seguro que llega en uno o dos días.


Ofreció unos dulces y refrescos al joven infante para que se repusiera de su viaje y le agradeció la visita en nombre de sus señores.
Andreu.


Hacia mucho tiempo que Lorgan no visitaba a los barones, había una estrecha amistad que se convertía en casi una cercanía familiar. El ejemplo de Ysuran e Ibelia para Lorgan era incuestionable, y lo unía una gran amistad con sus hijos, Jousepe, el cura del pueblo, además de ser el cura era alguien muy allegado a él, lo mismo que las pequeñas Azalea y Aliena. Se acerco a la casa de los Pellicer para compartir un rato con ellos...Buen día hay alguien en casa? pregunto Lorgan esperando que le respondieran
Abelardo.



ABELARDO

Abelardo estaba paseando por la casa, comprobando que todo estaba bien cuando la puerta sonó, esta vez no dejaría que fuese la nana quien abriese, así que apretó el paso y llegó hasta la puerta donde se detuvo un instante para recuperar aliento y celebrar su pequeña victoria.

Tiró del gran portón que cedió dejando paso a Lorgan Van Der Krausse i Budapest, el joven era amigo de los Barones y desde que llegó era fácil verlo acompadolos ya fuese por trabajo o por un rato de ocio que compartiesen en la taberna. Lo miró a los ojos y escuchó sus palabras, despues el mayordomo respondió:

- Buenos días tenga joven, siento decirle que los barones no se encuentran, el noble no regresó aún de su viaje por mar y la noble salió anoche a toda prisa por asuntos de trabajo....¿Desea vos que les deje algún recado?

Estaba mirandolo cuando se dio cuenta de que debía haberlo hecho pasar y ofrecerle tomar algo, así que antes de dejarle hablar, icluso interrumpiendolo le espetó:

- Por favor, pase a la sala para que le sirvan algún refrigerio, le ayudará a pasar el calor y así me dice que podemos comunicarle a los barones de su parte.

Dicho esto se apartó de la puerta para que el joven pasara, después cerró y encabezó la marcha a la sala donde le ofreció asiento y pidió que le trajesen zumo de naranjas valencianas o una copa de vino según pidiese el invitado.
Leaford


Al fin estaba en casa, aquel viaje en barco se le había hecho eterno y agotador. Pero echando una mirada hacia delante hay estaba la que desde hace un tiempo era su casa y deseaba tomarse unos días de descanso antes de emprender otro viaje.

Fue dar unos cuantos pasos para entrar cuando una gran sombra de color blanco se le abalanzó encima para llenarle de lametazos la cara -Jajaja, para Winter para, yo también te echaba de menos chico. Le dijo a su fiel compañero mientras le acaricibia su blanquezino lomo. Estuvo unos minutos más en el suelo con Winter hasta que este se cansó. Se levantó, sacudió su ropaje y limpio su cara con la manga de su camisa para entrar de una vez.

Gracias a Ysu sabía que los barones no estarían en casa, esa idea le gustaba y mucho, más libertad para él. Una vez dentro se dispuso a llamar a las niñas que al menos ellas deberían estar -¡Niiiiiiiiñaaaaaas, Lea ha vuelto, donde estáis!. No obtuvo ninguna respuesta ni siquiera de Abelardo lo que era bastante raro. Se dirigió al salón a por una de las manzanas que siempre estaban en el plato de la mesa, cuando fue a entrar se encontró con Lorgan y Abelardo allí cosa que no esperaba. -Que sorpresa Lorgan no esperaba encontrarte aqui. Como te va todo?

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Abelardo.



ABELARDO

Abelardo estaba junto al joven Lorgan cuando una nueva visita llegó, pero más que una visita se trataba de uno de los señores de la casa, el chico Leaford, que era casi el hijo adoptivo de los barones. El mayordomo se alegró de verlo, el chico siempre había sido bueno con él y le gustaba tenerlo en casa.

Se acercó hasta él e hizo una leve reverencia y después dijo:

- Buenas días joven Leaford, un placer tenerle de vuelta. ¿Qué tal en el monasterio?¿Y el viaje con el barón? Espero que todo le haya ido muy bien...Por cierto, ¿Qué desea tomar?¿Se le apetece alguna otra cosa al señor?


Abelardo terminó la retahila de preguntas y quedó mirando a la espera de una respuesta mientras se apartaba para dejar sitio al joven que pudiese dirigirse a Lorgan. Pero justo cuando iba a hablar Leaford se acordó de algo y lo interrumpió:

- Joven, permitame decirle que el barón mandó una nota para usted, en ella pide que si es tan amable le haga dos cubos cubos sin enarcar, se los compará a la vuelta que espera no sea muy tarde, pero que si tiene que irse antes de que él haya vuelto puede pedir al alcalde o algún vecino que compre los cubos y él luego se los recomprará a esa persona al mismo precio que por supuesto debe poner vos.


Y ahora por fin si se quedó en silencio esperando las mils respuestas que exigía.
Andreu.


Las puertas se abrieron y aparecio un hombre muy amable, se dirigio a Lorgan para comentarle que los barones no se encontraban, acto seguido lo invito a seguir pero Lorgan posando su mano sobre el hombro del mayordomo le dijo:No se preocupe buen hombre luego regreso, digale a los varones que Lorgan estuvo por aca.....agradecio al caballero dio vuelta y monto en su caballo.....
Leaford


Estaba Leaford dándole su primer mordisco a la manzana que había cogido cuando apareció Abelardo, con el que desde hace poco iba teniendo más confíanza y llegaba a cobsiderlo un amigo.

Empezó a soltarle una pregunta detrás de otra sin nisiquiera dejarle contestar, al fin parecía que se había tomado un respiro y ahora le tocaba a él contestar.

-Vamos Abelardo, te he dicho más de una vez que no hace falta que hagas esas reverencias siempre, al menos conmigo.

Ha ido todo muy bien, aunque el viaje se hizo largo, pero pasaron cosas interesantes. Un día casi nos lanzamos Ysu y yo contra un barco lleno de piratas, hubiera sido una historia interesante, no crees?

Pues me apetecería mucho tomar algo de carne lo que más cómodo sea de hacer no tengo problema, por cierto antes de que se me olvide, como se ha portado Winter?

Me pondré con los cubos en cuanto coma y descanse, no hay problema.


Terminó de comerse la manzana saboreando cada bocado y pensando lo que necesitaría para hacer los cubos que le habían pedido.

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Abelardo.



ABELARDO

Abelardo escuchó atentamente a Leaford y cuando este terminó de hablar se inclinó levemente y dijo:


- Así será señor Leaford, pediré a la cocinera que os preparé el mejor plato con carne que sepa hacer...en cuanto a Winter se ha portado perfectamente, casi ni hemos notado que estaba aquí. Ahora le dejo para ir a encargar lo solicitado, si desea algo más llamemé, estaré en la cocina.

Dicho esto se retiró de la sala para ir a la cocina a pedir la comida que le había encargado el señor, quería hacerlo bien todo y no cometer fallos como él acostumbraba, le caía bien el joven Leaford y no quería molestarlo.

En la cocina encargó lo que debía y se sentó a esperar mientras se tomaba una pieza de fruta...
Ibelia.jordan



La baronesa llegaba a su casa, después de un viaje que había sido todo menos monótono. En esta ocasión esperaba un encuentro con toda la familia, su esposo y su hija Aliena estaban con ella.

Su sorpresa al llegar y ver que Leaford estaba en el castillo le produjo gran alegría, quería al muchacho como si fuese un hijo propio y antes de nada quería saludarle y darle un abrazo.

Fue hasta donde se encontraba el joven y su inseparable lobo para saludarlo con cariño.

-¡Lea!! que alegría verte. ¿Estás bien? te veo mas mayor, como pasa el tiempo. Tenemos tanto que hablar.

Voy a cambiarme y nos vemos en la cena.
Le decía mientras se alejaba hacia su habitación.

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Ysuran


Ysuran llegó junto a Ibel y la pequeña Aliena, venían del viaje en barco en el que había decidido que ya no necesitaría bañarse al menos en dos años, de tantos baños como se llevó...

Al llegar saludaron a Abelardo y Flor que los recibieron cordialmente y fueron al salón donde se encontraba Leaford, una grata sorpresa, sabía que tenía intención de ir a Castilla y se alegraba de verlo aún allí, tenían que hablar con él sobre su vida en el castillo de Sagunt. Se acercó hasta él y le dio un fuerte abrazo mientras le decía:

- ¿Qué tal estás?¿Te han tratado bien en nuestra ausencia?

Después del abrazo se retiró un poco para pedir un vaso de vino a Abelardo y cuando su esposa se marchó a cambiarse le dijo al muchacho:

- Leaford, preparate que hoy cenamos todos juntos y tenemos un tema muy importante que nos gustaría hablar contigo.

Ysuran tomó la copa que le ofrecía Abelardo y se sentó en el sillón mientras preparaban todo para la cena.

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Alienaa


Alienaa aún conservaba el gusto del vino en el paladar. Desde luego, iba a ser una bebida que iba a odiar, o al menos, que no volvería probar ni aunque fuese mayor.

Al llegar encontró la presencia de Lea junto a Abelardo. Le saludó y le dio un abrazo y luego fue hacia el blanco lobo, al que encontraba mas pequeño. Aunque quizás fuera ella quien había crecido.

Winter le miraba con una expresión extraña, con cierto respeto o inseguridad.

-Oh Winter, ¿que te pasa?- Le dijo mientras le acariciaba la cabeza. -Soy yo, Allie.
Esperó un rato a ver la reacción del canino, quien la olisqueó y solo obtuvo como respuesta un estornudo. Y continuó indiferente. Entonces, lo imitó y olió su brazo.

-¡Maldito vino! Ya no me reconoce por el olor ni Winter - Masculló entristecida. -¡Preparadme un baño de lejía! - Gritó.

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Crimea


El imponente edificio se erguía frente a ella, estaba segura la Rubiá que no había errado en las señas, pues la misma Ibel se las había dado cuando se reencontraran en Valencia, hacía algunas semanas... "así que esta es la morada de los barones de Sagunt... pues sí que les han ido bien las cosas"... una sonrisa sincera cruzó el rostro de Crimea, si había alguien que merecía que el destino les premiara, esos eran sus amigos.

Apenas había compartido unas cuantas horas con ambos, por separado, durante se estancia en el Reino, estancia que se alargaba más de lo que en principio habían pensado. Y aquel día estaban de paso por Segorbe, pero les debía una visita, no podía marcharse sin darles un abrazo, y prometerles que volvería en unos días de nuevo. Los echaba tanto de menos.

Tocó el aldabón, dando un par de golpes secos contra la puerta de madera, y esperó mirándose las manos, nerviosa, esperando que los barones estuvieran en casa. Tenía mucho que hablar con ellos, y muy poco tiempo para hacerlo.
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"Ay, también a vosotros, almas grandes, os susurra él al oído sus siniestras mentiras"
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