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Casa Pellicer i Jordan

Nana_flor



De nuevo la marquesa había tomado su ligero equipaje, el de los viajes largos, aunque esta vez había dejado en casa algo importante. Su esposo, seguía enfermo y le costaba mucho salir del lecho, estaba débil y apenas comía.

La vio despedirse con lágrimas en los ojos y un pedazo de tela con algo escrito en él.

Parecía que la pequeña Alienaa se encontraba en algún lugar remoto, quizá en peligro y debía ir a buscarla.

La vio marchar al galope acompañada de dos de sus hombres de confianza.
-Que el Altísimo os acompañe marquesa. Le dijo antes de partir.

La dama la había abrazado y mirando a su esposo postrado, le indicó -Cuídelo Flor, es mi bien más preciado.

El Ama de llaves asintió y quedó allí esperando su regreso.



Podéis seguir la historia en este hilo: http://foro.losreinos.com/viewtopic.php?t=2228399


Ibelia.jordan



Ya debía volver a partir, pero sabía que en esta ocasión sería para regresar muy pronto. Con nuevas esperanzas en su corazón y la dicha en su rostro.

Pocos días se había permitido la Marquesa pasearse por sus tierras a caballo como aquellos días en los que disfrutó de Sagunto hasta el último momento; había vuelto a su tierra con sus hijos a su lado, eso la hacía tan feliz que cualquier problema le parecía menos importante.

Sus plegarias habían sido escuchadas, su refugio en la religión la reconfortaba, su amor por el Altísimo la llenaba de nuevas ilusiones. A pesar del frío, se sentía plena de calor y cariño.

Visitó a su esposo al que parecía le sentaban bien los nuevos tratamientos que los galenos le estaban aplicando. A la vez que sus rezos y plegarias. Todo era felicidad para la Marquesa.

-Debo partir por negocios, espero que a mi vuelta te encuentres mejor y puedas estar ya levantado.
Le dijo a Ysuran antes de irse. Puso un casto beso en su frente y salió de nuevo a la mar.

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Nana_flor





El invierno había pasado y Flor comenzó a ventilar los salones y estancias del palacio de los marqueses. Abrió ventanas, levantó las telas que cubrían los muebles, un grupo de criados limpiaron cada uno de los objetos que albergaban para que el sol primaveral se llevase los restos que la fría estación había dejado en el castillo.

La marquesa regresaba, ¡solo el Altísimo y ella sabían por cuanto tiempo esta vez!
Habían llegado ya baúles y valijas de su último viaje y una avanzadilla de soldados de su guardia personal.

Las cocinas volvían a proveerse de los productos más frescos y la frenética actividad indicaba que sus moradores pronto se encontrarían entre sus muros.
Hasta el patio de armas se veía más concurrido que de costumbre.

El ama de llaves tenía todo listo para el regreso de su señora.
Ysuran


El lba despuntaba y con esa luz entraba algo más en la habitación donde descansaba Ysuran, ese que antaño fuese todo y hoy solo era sombra marchita que no respondía a nada. Entraba una vieja ambición vestida de con nuevas galas, entraba unas ganas de salir a navegar por el mar, de hacer crecer lo que se tenía, entraba en resumen, vida. Una vida que acarició a Ysuran y lo abrazó tan fuerte que este no pudo más que abrir los ojos, mirar el dosel de su cama y decirse a si mismo...Se acabó, mi alma es mía y aquí está, el Altisimo no la quiere, bastante tiene ya con haberme rbado a mi hijo para sus filas...

Trato de incorporarse pero no pudo, demasiado tiempo en su lucha interna le había debilitado, recuperarse le llevaría tiempo, por lo que su única opción fue gritar. Acción a la que respondió un solo ser en la casa dado que todos estaban ocupados esperando a la marquesa, aquél no fue otro que Abelardo que entró buscando lo que había producido el grito.

- Abelardo...Trae agua y a...la pelirroja Dijo el Pellicer al anonadado mayordomo que no se había atrevido a dar ni un solo paso al ver al rubio despierto y hablando, no sabía si aquello era realmente una buena noticia para él, pero sin duda debía hacerlo saber. Corrió fuera de la habitación tirando en su camino la mesa donde estaban depositadas cuidadosamente toallas, paños y cubos de agua que habían estado usando para las friegas. Después fuera de la habitación dio un traspies que le mando de boca contra el suelo, provocandole una herida en el labio y un fuerte dolor en la rodilla izquierda; si seguía asi llegaría más muerto que al que trataba de ayudar. No obstante pudo bajar escalones y situarse frente a Nana Flor diciendole:

-¡Arriba! El señor...la marquesaDespués se desplomó en el sitio sin poder dar muchas explicaciones, tanta carrera dejaban al mayordomo tan inutil como un barco en la montaña.

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Ibelia.jordan



Volvía la dama cabalgando a Cierzo, atravesando su fértil tierra saguntina, sentía la primavera en toda su plenitud y exuberancia. Respiraba los olores de azahar al mezclarse con el mar, sintiéndose viva y llena de energía.

Después de un accidentado viaje en barco en el que no pudo llegar a su destino. Con todo el dolor de su corazón y pidiendo mil perdones a sus pasajeros; había como una fuerza superior como un muro invisible imposible de atravesar; se volvió a casa.
Quizá el altísimo le tenía preparado algo en aquel momento que si hubiese estado lejos se hubiera perdido.

Ibelia había celebrado la boda de Evin y Luca en el palacio del primado y había disfrutado mucho en el precioso enlace en el que se respiraba el Amor en estado puro.

Así que con un cierto aire de optimismo y amargura entremezclados, la marquesa y su guardia personal traspasaron las murallas del Castillo de Sagunt. Los centinelas y campesinos saludaban y se inclinaban a su paso, nunca se había acostumbrado a que le hicieran reverencias y agasajos; prefería saludos, conversaciones inteligentes y abrazos.

Descabalgó casi en marcha quería saber cuanto antes de su familia, abrazar a sus hijos si es que alguno se encontraba en Sagunt y casi no se atrevía a pensar en ello, ver como su esposo languidecía postrado en el lecho. Era lo que más le dolía del retorno.

El ama de llaves se encontraba en la puerta e Ibel la saludó con un abrazo nada protocolario, aquella mujer cuidaba su hogar como si fuese el propio y eso no se pagaba con un sueldo.

-¡Flor! ¡Que agradable volver a casa! ¿todo en orden? ¿Como esta mi familia mis hijos? . . . Pensó en su esposo pero temía la dolorosa respuesta de siempre y cambio de intención al ver al ayuda de cámara del no marqués.
-Por cierto ¿que le pasa a Abelardo? Lo veo algo desmejorado.

-Señora es su esposo. . .

A Ibel le dio un vuelco el corazón, pensó que había empeorado y que nadie le había avisado.
Sin dejar terminar la frase ni oir nada más, comenzó una frenética carrera hasta las habitaciones del enfermo; cruzó el patio interior, recorrió pasillos y subió escaleras apartando todo lo que a su paso aparecía.

Sin llamar a puerta alguna, más bien embistiéndola, con la ropa militar de viaje llena de polvo y sudor, los guantes, protecciones y cota de malla, su espada y hasta el yelmo todavía puesto, irrumpió en la habitación.
Se la encontró muy diferente a cuando partió, los amplios ventanales abiertos y llena de luz y aromas que se alejaban de la muerte.

El lecho estaba vacío miró a su alrededor buscando al Pellicer. Lo vio sentado en su escritorio. Fue una visión más hermosa para ella que todas la flores de la primavera. En ese momento tomó conciencia de su suciedad, su atuendo, su yelmo y su espada pero todo le dio igual, pudo más su alegría, corrió a abrazar al padre de sus hijos y amor de su vida.

-Esposo, cuanto te he extrañado. Le dijo casi sin palabras mientras lo estrechaba entre sus brazos.

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Ysuran


El ruido le hizo levantar la vista, allí estaba frente a él, llena de polvo y visiblemente cansada, pero sin duda la mujer más bella que jamás había visto y tenía la suerte de que fuese su esposa. Sonrió y se dejó abrazar fuertemente sin quejarse, como decían los viejos sarna con gusto no pica.

- Ibel, cuanto te he necesitado, estaba tan solo..Pero ya estoy mejor, y espero poder ayudarte en lo que haga falta. Dijo con una sonrisa rodeando él ahora a la mujer con sus brazos y dandole un beso que erizó la piel solo de notar el contacto de aquellos labios.

- Y cuentame, ¿Cuánto me he perdido? Me trajo Abelardo algunos documentos para ponerme al día, pero no me ha contado mucho, dime ¿Dónde están los niños? Preguntaba Ysuran deseoso de saber todo, pero claro sin soltar a la pelirroja, no iba a dejar que se le escapase, quería recuperar todo el tiempo perdido con ella.

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Ibelia.jordan



La Marquesa no derramó ninguna lágrima y eso que le embargaba la emoción, no estaba segura de que aquello fuera cierto, abrazaba a su esposo como si estuviera dentro de aquellos sueños recurrentes de tantas noches en soledad.
Cuando le habló fue consciente de que no era un sueño que aquello que tanto había deseado se había cumplido.

Cuando se iba a desprender del abrazo para quitarse el yelmo y la espada que peligrosamente cruzaba entre ellos, el hombre la abrazó con fuerza y la besó.
Al principio ella se sorprendió, hacía tanto que él no la besaba que casi no recordaba lo dulces que eran sus besos.

Se estremeció de pies a cabeza, el calor llegó a sus mejillas, sintió que le temblaban las piernas, su corazón golpeaba fuerte y con premura, como si se despertara de un larguísimo letargo.
Si no hubiera estado en sus brazos hubiera caído al suelo.

Compartió aquel dulce momento hasta que el hombre comenzó a lanzarle una pregunta tras otra. Pudo contestar a duras penas, todavía conmocionada.
-¡Que feliz me hace verte, sentirte vivo ! Deseaba tanto que llegase este momento. Yo también estaba sola sin ti. Hablaba y acariciaba el rostro del hombre con suavidad.

Ysuran mantenía a la dama como si temiese que fuera a desaparecer en cualquier momento e Ibelia ya no pensaba en otra cosa que no fuera permanecer en aquellos brazos para siempre.

-Tiempo tendremos de contar tantas cosas, tanto tiempo enfermo que ya no sabíamos si volverías a este mundo. Hemos tenido que aprender a vivir sin ti. Sus ojos se entristecieron recordando. -Pero eso ya está superado, gracias al Altísimo. Ahora estás aquí.

Nuestros hijos van y vienen, como siempre, con sus tareas y sus viajes; la pequeña Ali anduvo desaparecida pero después de tantas penalidades, ya esta con nosotros, ya te contaré esa historia con más detenimiento.

Pero deberías permitirme un momento para asearme un poco, al menos deja que me quite la espada, no vayamos a sufrir daño ahora que por fin estás consciente.


Se quitó la espada, dejándola a un lado y el yelmo, haciendo caer mechones de su pelo sobre su rostro que apartó con la mano en un tímido gesto. Levantó sus ojos que se encontraron con los de Ysuran que seguía escuchando su relato.

La dama no sabía como se iba a tomar su esposo que se hubiera hecho diaconisa, había sido una decisión propia que seguro sorprendería al Pellicer. Decidió decirlo de pasada como algo natural, dejarlo caer si n darle importancia y ver que cara ponía.

-Llegué al reino hace unos días de un viaje en barco y Paré de camino en el Palacio del Primado. . . . estuve celebrando una boda. . . preciosa. La de Evin y Luca son encantadores, bueno ya los conoces.
Sonreía viendo como Ysuran procesaba la información y esperando su reacción con curiosa mirada.

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Nana_flor




El Verano ya había acabado y las chimeneas pronto comenzarían a calentar las estancias del castillo. Los tapices, alfombras y cortinajes salían de sus almacenes para vestir suelos y paredes de nuevo.

Ya faltaba poco, para la llegada de la Marquesa y todo su séquito.

-¿Toda la familia se volverá a reunir de nuevo? Preguntaban en cocina, los criados y campesinos que trabajaban las tierras del Marquesado.
- La Señora estará de vuelta en unos días. Eran las únicas palabras que salian de la boca de Flor.
Abelardo.



ABELARDO

- ¡Corre!¡Corre! le gritaban en todas las habitaciones que entraba, todos le pedían cosas y arreglos para preparar el castillo ante la llegada de la marquesa, su familia y varios amigos. En el cuarto de los marqueses le habían pedido que trajeses un juego de sabanas, mantas, cortinas y el tapiz que debía adornar la pared lateral, a saber donde estaba todo aquello guardado y menos aún podría cargarlo él solo, debería inventar algun medio para llevarlo.

Preguntó a varios de los empleados hasta que le indicaron el lugar donde estaba todo, era un almacen tras los cuartos de los sirvientes, bien alejados de la humedad, todo estaba perfectamente ordenado y apilado, incluyendo lo que necesitaba él, que estaba encima de todo...como no...

Dio un par de saltos intentando coger las cortinas pero no pudo, así que tomó algo de carrerilla y saltó para conseguirlo, cosa que hizo pero con desagradables consecuencias, todo se desmoronó sobre él según tomaba tierra cayendo la pila de telas para diferentes usos sobre él.

Tardó un rato en salir de la montaña que lo había cubierto, se levantó y miró el desastre, pensando en que ya lo recogería más adelante. Salió para buscar una silla donde cargó todo lo que tenía que llevar y la arrastró hasta la habitación dejando tras de si marcas que debería limpiar. Cosa que hizo al grito de Nana Flor que le obligaba a hacerlo.

Cuando terminó se acercó a su lugar correspondiente para esperar la llegada.
Nelidha


Enormemente agradecída por la generosidad de su amiga Ibelia y de su familia, Neli aceptó la invitación de Ibel y se la trasmitió a sus compañeros de viaje.

Sabía que la estancia en el Castillo de Sagunt sería enormemente placentera, ya que había llegado a sus oídos que los Marqueses poseían uno de los mas distinguidos y acomodados palacios de Valencia.

Desde el camino la de ojos azules podía ver lo bien cuidado que estaba el lugar, e intuía la agradable estancia que iban a tener. No solo por la grandeza y la hermosura que se observaba desde afuera, sino por las comodidades y el acogimiento que sin duda recibirían de todos los miembros de la familia del Marquesado de Sagunt.

Tomó en sus manos la aldaba del portón principal y lo hizo sonar fuertemente tres veces seguidas. Esperó a Abelardo, que es quien le dijo la Marquesa que le abriría las puertas.

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Nana_flor




Flor caminaba con apresurado paso, habían llamado a las puertas y dejando sus quehaceres se dirigió a abrir.

-Los portones cerrados, los guardias de ronda, las nuevas criadas con el señor y el desucao de Abelardo no aparece por ningún lado para abrir las puertas.
Iba rezongando desde las cocinas hasta las puertas en el piso superior.

La Marquesa le había encomendado la preparación de una gran cena con motivo de su llegada y la visita de su amiga Nelidha con unos amigos, daba órdenes a todos para que no faltase ni un detalle. Hacía tiempo que no celebraban nada y seria una ocasión muy especial.

Abrió la puerta y con una leve inclinación, dejó que entrasen los visitantes hasta la sala de recepción.
-Sean bienvenidos, la señora marquesa me indicó que llegarían y que les atendiera en lo que necesiten.
Tienen sus estancias preparadas, luego les acompañan, pero antes, siéntense y descansen del viaje, les traerán bebidas y un refrigerio.
En un momento aviso a la señora y estará con ustedes.

Indicó a un grupo de criados que entrasen los equipajes del carruaje y fue a comunicar a la de Sagunt que la esperada visita ya estaba allí.
Nelidha




Una señora abrió la puerta, sus vestimentas le cubrían hasta los dedos de los pies, y la cara casi totalmente tapada. Parecía bastante mayor y hasta pensé que con aquella leve genuflexión, se le iban a partir las piernas. Pero después del saludo cortés, se levantó garborosa y nos acompañó hasta la sala de recepción.

-Sean bienvenidos, la señora marquesa me indicó que llegarían y que les atendiera en lo que necesiten.
Tienen sus estancias preparadas, luego les acompañan, pero antes, siéntense y descansen del viaje, les traerán bebidas y un refrigerio.
En un momento aviso a la señora y estará con ustedes.


La señora hizo un gesto a los otros criados y comenzaron a trasladar nuestras pertenencias, después nos pidió que nos acomodaramos en la sala.

Synue y Jaeih como siempre caminaban hechizados. Maieva observaba anonadada todas las estancias de derecha a izquierda y Gisela no paraba de mirar hacía atrás, se le iban los ojos hacia una de las salas. ...seguro que debió ver allí comida.- pensé... pues a ella le encantaba, llenarse bien la andorga.

Agradecí a la señora su amabilidad. Me arrimé a una de las mesas, pues me llamó la atención una de las jarras. Era sumamente hermosa, la cintura más delgada y de la cima a la base, acopiada de vaho. El aspecto de aquella bebida era deliciosa, así que decidí por ello enfriar mi gaznate. Tomé de la mesa uno de los vasos, con mi mano izquierda; la derecha la acerqué a aquella jarra y pregunté dirigiendo mi mirada desafiante a la señora: -¿quizás este caldo sea limonada?


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Abelardo.



ABELARDO

Justo el momento en el que se había aburrido de esperar y aprovechaba para comer algo en la cocina de lo que se preparaba para la fiesta, llegaron los invitados..¡Por santa Hinchada! La que me va a caer...

Abelardo dejó su pastel medio comer de nuevo en la gran fuente de plata donde lo había encontrado y salió como un rayo a buscar a los visitantes, sus órdenes eran claras tenía que llevarlos al gran salón para celebrar la reciente vuelta de la marquesa y su familia.

Buscó durante un rato hasta que encontró a los invitados en una de las estancias que tenían poco uso en el castillo, carraspeó para ser oido y dijo, tragando el moco que del esfuerzo había asomado de su garganta a su boca.

- Damas y caballeros, por favor acompañenme su recepción ya está lista en la sala de aquí detrás, podrán festejar junto a la noble familia su regreso.

Giró sobre sí mismo, para emprender el camino, giro que le hizo trastabillar distraido por la ligera vestimenta de alguna de las visitantes, había él oido hablar de las ropas de otros lugares pero no sabía de cuan frescas eran. Se tuvo incluso que apoyar en la puerta para no caer y mantener la compostura.

Guió al grupo al salón preparado, al entrar empezó a sonar música tranquila que invitaba a relajarse y a probar los apetitosos manjares perfectamente preparados en varias mesas bajo las guirnaldas rojas y azules en honor a la casa que allí regía. Sobre toda comida primaba el vino de Sagunt.

Tomad asiento y disfrutad de todo, si necesitais algo solo pedidlo.
Dijo Abelardo en su papel de mayordomo, impresionado él mismo por la visión del salón, al menos lo estab hasta que vio la fuente donde había dejado su pastel medio comer...
Jaeih



Jae aveva ricevuto l'invito della carissima Ibelia , quindi appena sbarcati insieme a Syn raggiunsero la villa della famiglia .
Arrivati, una dama di servizio l'accompagno dalla sua amica Nelidha .

- Mia cara ! Eccoti qui ! Purtroppo non riesco a capire la lingua ... aiutaci tu !
La cara Ibelia è stata molto gentile ad invitarci nella sua residenza, non vedo l'ora di riabbracciarla .
Ma dimmi posso avere una di quelle bevande ?
chiese la ragazza indicando la limonata...






traducción



Jae había recibido una invitación de la su querida amiga Ibelia, llegó junto a Syn a la villa de la familia.

- ¡Querida!¡Ahí estás! Lamentablemente no puedo entender el idioma.., ¡¡ayudanos!!
La Dama Ibelia había estado muy genil, al invitarnos a su Castillo, esperaba el momento de volver a abrazarla.
Entonces, ¿puedo tomar una de esas bebidas?
preguntó ella...
Gisela
El viaje fue largo desde Calatayud. Cuando Neli me dijo de la invitación, pensé en que allí si que podría tomar un buen baño. "Castillo de Sagunt" ¡que bonito se oía el nombre!

Entré con mis amigas pero al ver todo eesos manjares, ya me olvidé de ir a los cuartos a relajarme. ¿Cómo no se me iban a ir los ojos detrás de tantas bandejas? ¡Que comidas tan ricas veía!


- ¡Neli! ¡Neli!, el mayordomo dijo que disfruramos de todo, ¿comemos?.
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