[RP] El Universo entre cuatro paredes (Spinozismo oculto)

Tras varias semanas de preparación, Archibaldo al fin había conseguido todo lo necesario para el culto, que se proponía realizar en su casa, de forma clandestina. Para ello había preparado un antiguo arcón, que haría las veces de Hejal, y había habilitado varias zonas de estudio, con asientos adecuados donde poder meditar. Delante de estos una pequeña alfombra, desde donde se dirigirían las ceremonias.

Todo debía estar hecho desde la humildad y con un gran secretismo, ya que, según las leyes de Valencia y la opinión de la reina con respecto a las religiones ajenas al Aristotelismo, no debía hacerse ninguna ceremonia pública, ni generar ningún alboroto que pusiese alterar a los fieles Aristotélicos.

Así pues, confiaba poder comenzar con las enseñanzas la próxima semana, acorde con el decálogo que habían estructurado los hermanos Spinozistas semanas atrás en el concilio de Calatayud.



Teniendo tanto trabajo por delante, Archibaldo decidió comenzar a leer aquellos textos que le parecían oportunos para la ocasión, con el fin de estar listo para el próximo Sábado. Así pues, quedó recostado en uno de los asientos.

Haciendo un breve descanso en su estudio, Archibaldo decidió acercarse a la plaza del pueblo a ver a sus vecinos, ya que, encontrándose en fin de semana, estaba tomando un descanso de la alcaldía. Al llegar allí recibió una misiva preocupante, que le cambió la expresión del rostro, esta llevaba por título "Llamada a los hermanos Averroistas", en la cual se llamaba a tomar las armas contra el gobierno, dándole un pretexto religioso.

Mientras iba leyendo el mensaje, pensó para si mismo

"Esta no es la solución, en este caso el fin no justifica los medios. Ningún acto de violencia puede llevar a la liberación, estos solo traen dolor y sufrimiento. Además, la ley de Spinoza no abala bajo ningún concepto la violencia."

Desde luego todo este asunto no significaba nada bueno. Por todos es sabido que los Aristotélicos se defenderían contra esta intentona. Aunque Archibaldo sabía que sus hermanos no apoyarían ningún acto militar, temía las represarías que podrían recibir estos por los actos de los adeptos de otras religiones.

"Solo espero que nosotros quedemos al margen"- se repetía a sí mismo una y otra vez.

Era sábado, y Archibaldo ya tenía todo preparado para la celebración. Había estado tratando de organizar su pequeño salón de modo que pudiese entrar en este todo lo necesario para el culto Spinozista, cosa no muy complicada, pues este prescindía de grandes lujos y ornamentos. Así, cuando lo tuvo todo en orden, tomó un texto que hacía referencia a la ley de Spinoza del Hejal y lo depositó en un pequeño estante improvisado, cercano a la alfombra desde donde dirigiría la ceremonia.

Tras haber esperado un tiempo prudencial a que sus hermanos fuesen llegando, y cerrando tras de ellos las puertas de su casa, decidió comenzar.

"Shalom hermanos, sed bienvenidos a mi humilde morada, que hará las veces de pequeña Aljama en este reino, hasta que podamos disponer de algo más espacioso. Doy así por comenzada la sesión de hoy, donde, al tratarse de nuestra primera reunión, trataremos la ley de Spinoza. Pero antes de empezar, y con el fin de mejorar nuestro entendimiento, realicemos juntos la llamada a la meditación.

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él.

Al terminar esta oración, tomo el texto entre sus brazos, y lo abrió por la página que tenía marcada previamente, con el fin de que esta le sirviese de guía para la reflexión.

"La ley de Spinoza es contraria a las leyes humanas, impuestas de forma arbitraria, y por tanto contra natura, basadas en la moralidad. Por tanto, una ley moral no nos permite llegar al conocimiento más profundo, cosa que sí que podemos obtener con las leyes naturales, precisamente porque estas nos llegan intactas, tal como nos son desveladas.

En consecuencia, según esta concepción, la ley natural, en oposición a la moral, no determina qué está bien ni qué está mal, sino que ofrece verdades eternas, a partir de las cuales podemos diferencia cualitativamente qué está bien de qué está mal, siempre desde nuestro entendimiento, y no tratando de imponer nuestra lógica a otros.

Con esto no estoy diciendo que la ley moral esté mal, ya que esta es un modo de explicar la ley natural a aquellos no capaces de entenderla por sí mismos. Sin embargo, desde el pensamiento Spinozista es mejor poner a disposición de todos la ley natural, y dejar que cada uno la interprete, asumiendo así su propia responsabilidad.

Con esta reflexión espero contribuir con vuestro desarrollo personal y vuestro camino hacia Hashem. Os invito así a que investiguéis las leyes naturales con las que convivimos a diario."

Cerró el libro y lo dejó de nuevo en el estante, tras lo cual decidió dar fin a la ceremonia.

"Para finalizar, me gustaría que me acompañaseis recitando nuestro credo

Creo en Hashem, creador de la Naturaleza
Creador de sí mismo, siempre presente en la Naturaleza
Eterno, ni benévolo ni malvado.

Creo en el Hombre Libre
Quien revela el camino hacia el Saber
A través de la existencia y el pensamiento.

Creo en la condición mortal de la humanidad,
siguiendo el camino hacia Tov,
que nos lleva directamente hacia Ra.

Creo en el poder supremo de la vida.
El cuerpo y el espíritu del Hombre,
eternamente inseparables.
Así como que el Hombre es fruto de lo que le rodea,
buscando mejorar mediante la comprensión del entorno.

Creo en la Verdad Perfecta,
en la Unión de los Spinozitas.
y en los juicios del Sanedrín.

Creo en la presencia de Hashem siendo uno con la Naturaleza,
Afirmo nuestra unión eterna con el siendo, como somos, su creación predilecta."

Al finalizar la oración se despidió de aquellos que habían asistido a la ceremonia y procedió a guardar los textos en el antiguo arcón, mientras invitaba a los presentes a pasar por su comunidad.

Con la llegada del nuevo sábado, Archibaldo miró por la ventana y disfruto con la vista que ante él eran ofrecidas, se veía un mundo lleno de vida, ideal para tratar el tema en que se centraría la lección, que era el significado de la Naturaleza para los Spinozistas.

Finalmente, cuando llegó la hora, abrió las puestas de su casa a sus hermanos, y a todo aquel que desease participar en la celebración, en busca de sabiduría. Así pues, tomó un libro doctrinal del improvisado Hejal y se puso a la vista de todos sobre la alfombra que adornaba el centro de la sala. Una vez vio que todo estaba listo, decidió comenzar

"Shalom hermanos, nos reunimos nuevamente en mi morada, donde es un placer acoger a todo aquel que desee escuchar. Para ello, os invito a que recitemos juntos la llamada a la meditación, haciendo de esta ceremonia una ocasión perfecta para indagar en nuestras convicciones

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él."

Una vez hubo terminada la oración, decidió dar comienzo a la parte de la reflexión, para lo cual comenzó a leer el manuscrito que había tomado del Hejal.

"Según nuestras escrituras, al estar limitado nuestro saber sobre la Naturaleza a extensión, el mundo que nos rodea y conocemos, y pensamiento, el mundo inmaterial sobre el que meditamos, todo cuanto podemos saber se basa en estos, lo que implica que Hashem al menos está formado por estos dos atributos.

A pesar de solo conocer la extensión y pensamiento, no podemos asumir que Hashem solo esté formado por estos atributos, ya que este es la perfección, y por tanto, no puede bajo ningún concepto estar conformado del mismo modo que nosotros, lo cual hace que este posea infinidad de atributos que no podemos llegar a comprender.

Estos dos atributos, existencia y pensamiento, constituyen conjúntamente la forma en que percibimos el mundo que nos rodea, que es la Naturaleza por la cual Hashem se nos hace visible.

Por ello, para acercarnos a Hashem hemos de profundizar tanto como nos sea posible en el mundo que nos rodea, tratando de comprender cómo se relaciona con nosotros. Por ello, os invito a que meditéis y tratéis de comprender la Naturaleza, ya que esta es nuestro camino para encontrarnos con Hashem."

Acabada la reflexión, se dirigió a los allí presentes, para terminar la ceremonia.

"Hermanos, confío que esta reflexión nos ilumine y nos permita continuar avanzando. Espero que estos conocimientos sirvan como base a todo aquello que trataremos más adelante. Terminemos recitando juntos nuestro credo

Creo en Hashem, creador de la Naturaleza
Creador de sí mismo, siempre presente en la Naturaleza
Eterno, ni benévolo ni malvado.

Creo en el Hombre Libre
Quien revela el camino hacia el Saber
A través de la existencia y el pensamiento.

Creo en la condición mortal de la humanidad,
siguiendo el camino hacia Tov,
que nos lleva directamente hacia Ra.

Creo en el poder supremo de la vida.
El cuerpo y el espíritu del Hombre,
eternamente inseparables.
Así como que el Hombre es fruto de lo que le rodea,
buscando mejorar mediante la comprensión del entorno.

Creo en la Verdad Perfecta,
en la Unión de los Spinozitas.
y en los juicios del Sanedrín.

Creo en la presencia de Hashem siendo uno con la Naturaleza,
Afirmo nuestra unión eterna con el siendo, como somos, su creación predilecta."

Una vez hubo termnado, guardó las escrituras en el arcón y se despidió de los allí presentes, invitándoles informarse sobre la comunidad.

De buena mañana comenzó Archibaldo a preparar la celebración del Sábado de esta semana, que consideraba una enseñanza fundamental. Para ello comenzó a limpiar la casa y a organizarlo todo en su posición, así como a buscar ejemplos que pudiesen ayudar a mejorar la comprensión de lo que iba a decir.

Por fin, cuando llegó la hora lo tenía todo preparado, así que salió a fuera a esperar a los invitados a la celebración, a los que saludó conforme iban llegando. Así, una vez estaban todos dentro, cerró la puerta y se dirigió a ellos para disculparse por su ausencia

"Hermanos, siento haber omitido mis deberes las últimas semanas. Como sabéis actualmente soy consejero del reino y asesor en la alcaldía, lo que me resta parte del tiempo del que solía disponer, os ruego me disculpéis estas faltas eventuales."

Una vez hizo eso, se dirigió al viejo arcón donde guardaba las escrituras y tomó El Libro De Las Meditaciones, que le sería útil como guía para lo que iba a explicar ese día. Tras lo cual, se posicionó sobre la alfombra y comenzó

"Shalom Hermanos, me alegra veros tras estas dos semanas de largo trabajo aquí reunidos para tratar de aprender cosas nuevas sobre el mundo que nos rodea. Para ello, os pido os unáis a mi en esta nuestra llamada a la meditación

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él.

Hoy trataremos un tema fundamental para nuestras creencias, que es la relación de la realidad con el mundo de los sueños."

Al terminar la oración, dejó unos segundos de silencio, tras los cuales dio paso a la reflexión de ese día, para lo cual abrió como guía el libro que había tomado previamente

"Para un Spinozista, las revelaciones más importantes pueden surgir durante el Sueño, ya que en este, separamos nuestro cuerpo de nuestro pensamiento, permitiéndonos así ir más allá, sin que los sentidos nublen nuestra razón, dejándonos ver así el mundo solo desde nuestra propia experiencia.

Al representar los sueños una visión de la realidad únicamente influida por la experiencia, no nos pueden revelar conclusiones del todo fiables, ya que están ligados a lo vivido, que puede darnos falsas impresiones sobre el mundo, e influenciados por nuestra propia imaginación, lo que nos lleva a datos errados.

Por ello, los sueños pueden ser uno de los principales modos de aprender del mundo que nos rodea y de nuestra propia existencia, aunque no podemos creer todo lo que en ellos se nos desvela, debiendo someter a juicio cada dato que se ponga ante nosotros."

Una vez dio por finalizada la reflexión, dejó un rato para debatir cuestiones con los allí presentes, tras el cual se dispuso a finalizar la ceremonia

"Espero haber contribuido a vuestro progreso en nuestro camino hacia el conocimiento. Os pido recitéis conmigo nuestro credo, para así afianzar las verdades hoy adquiridas

Creo en Hashem, creador de la Naturaleza
Creador de sí mismo, siempre presente en la Naturaleza
Eterno, ni benévolo ni malvado.

Creo en el Hombre Libre
Quien revela el camino hacia el Saber
A través de la existencia y el pensamiento.

Creo en la condición mortal de la humanidad,
siguiendo el camino hacia Tov,
que nos lleva directamente hacia Ra.

Creo en el poder supremo de la vida.
El cuerpo y el espíritu del Hombre,
eternamente inseparables.
Así como que el Hombre es fruto de lo que le rodea,
buscando mejorar mediante la comprensión del entorno.

Creo en la Verdad Perfecta,
en la Unión de los Spinozitas.
y en los juicios del Sanedrín.

Creo en la presencia de Hashem siendo uno con la Naturaleza,
Afirmo nuestra unión eterna con el siendo, como somos, su creación predilecta."

Tras despedirse de los presentes invitándoles a visitar la comunidad, guardó las escrituras en el arcón.

Archibaldo madrugó aquel sábado, tenía trabajo que hacer para el reino desde la alcaldía, y ni podría perdonarse faltar a su obligación para con este, que además era su deber según sus creencias, trabajar para otros el día sagrado.

Así, a media mañana, tan pronto como pudo se dirigió as su casa, donde ya le esperaban sus Hermanos de Fe, listos para la celebración de aquel día. Sin hacerles esperar les invitó a entrar, aunque pasó un rato ordenando el interior de su casa y preparándolo para la ceremonia. Cuando lo tuvo todo dispuesto se colocó sobre la alfombra con uno de los libros doctrinales, que previamente había tomado del Hejal y procedió.

"Shalom Hermanos, nos volvemos a ver hoy aquí, en mi casa, y la de todo aquél Spinozista que desee acceder a ella para llevar a cabo nuestra reflexión acerca de uno de los temas de interés de nuestra religión. Para comenzar os invito a acompañarme en la llamada a la meditación

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él.

En esta sesión trataremos una de las bases de nuestra doctrina, que es el Árbol del Conocimiento."

Abrió entonces el libro por una de las páginas marcadas y comenzó a explicar.

"El Árbol del conocimiento es una metáfora usual en nuestra religión para explicar sus bases. Como sabréis, este árbol debe ser cuidado con agua para poder alejarse del suelo, creciendo hacia el sol. Este árbol es la representación de nuestro ser, que ha de ser nutrido con la meditación y la reflexión para poder avanzar en nuestro camino, permitiéndonos alejarnos de la experiencia terrenal, y acercarnos a la felicidad.

Esto no limita los caminos de llegar a la felicidad a uno, como es en otras religiones, sino que abre todo un abanico de caminos distintos, guiados por la propia experiencia, los cuales nos permiten llegar al conocimiento de nuestro mundo.

Por ello, a pesar de que el tronco del Árbol, las bases de la religión, es igual para todo, este se bifurca en múltiples ramas, que son caminos diferentes para cada uno, pero con un destino común, la Felicidad. Por ello, para continuar nuestra progresión, en algún momento tendremos que elegir una rama u otra, según nuestra propia experiencia interior.

Así, se reconocen varios rangos esotéricos, es decir, a nivel personal, según el conocimiento, que son, de menor a mayor grado:

-Ignorante: Viven en el desconocimiento total. Son quienes desconocen o rechazan el Spinozismo.
-Sumiso: Se ha acercado al tronco, y ha divisado la Luz. Son aquellos que se acercan al Spinozismo, es decir, la mayoría de los aquí presentes ha pasado este estado.
-Humano: Aquel que ha comenzado a escalar el tronco. Son aquellos que han decidido iniciarse en el Spinozismo (Primo Texto).
-Sensato: Ya es un Spinozista como tal, su deber ahora es elegir una de las ramas. Son aquellos que se han preparado y realizado el Senso Texto, tras lo cual han respondido las preguntas de los sabios, que orientarán su camino futuro.
-Libre: Es el estado anterior a ser bañado por el Sol, casi al final de la rama. Son aquellos que se han enfrentado a la última prueba, siendo así reconocidos por los prudentes.
-Prudente: Aquel que ha alcanzado la luz. Son aquellos que han recibido una iluminación."

Al terminar la reflexión, llegó el momento de charlar tranquilamente sobre lo que aquella reflexión quería decir, por lo que procedió a resolver cualquier duda que tuvieran los presentes. Tras esto, decidió finalizar la ceremonia.

"Hermanos, espero haber contribuido con vuestro avance espiritual. Para ello, os invito a recitar nuestro credo

Creo en Hashem, creador de la Naturaleza
Creador de sí mismo, siempre presente en la Naturaleza
Eterno, ni benévolo ni malvado.

Creo en el Hombre Libre
Quien revela el camino hacia el Saber
A través de la existencia y el pensamiento.

Creo en la condición mortal de la humanidad,
siguiendo el camino hacia Tov,
que nos lleva directamente hacia Ra.

Creo en el poder supremo de la vida.
El cuerpo y el espíritu del Hombre,
eternamente inseparables.
Así como que el Hombre es fruto de lo que le rodea,
buscando mejorar mediante la comprensión del entorno.

Creo en la Verdad Perfecta,
en la Unión de los Spinozitas.
y en los juicios del Sanedrín.

Creo en la presencia de Hashem siendo uno con la Naturaleza,
Afirmo nuestra unión eterna con el siendo, como somos, su creación predilecta."

Así se despidió de los presentes y les invitó a visitar la comunidad, mientras guardaba las escrituras en el arcón.

Tras haber pasado por la taberna y realizado algunas de sus tareas para con la villa, Archibaldo se dirigió a su casa, con el fin de preparar la reflexión del día mientras hacía tiempo a que llegasen sus invitados.

Cuando llegó la hora y vio que sus Hermanos ya habían aparecido, les dio entrada en su casa y decidió comenzar la celebración.

"Shalom Hermanos, estamos hoy aquí, en mi casa para celebrar una vez más la oración. Por ello, para comenzar os pido que recitéis conmigo la llamada a la meditación, con el fin de que esta nos acuda en este momento

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él.

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él.

Hoy trataremos la progresión esotérica según nuestra religión, sus principios y bases"

Tomó entonces del Arcón la Carta Magna y prosiguió.

"Comenzaremos pues por entender qué es el esoterismo. Este es nuestro ámbito interior, la zona donde residen nuestras experiencias, el conocimiento que hemos adquirido en nuestra vida, a partir de la experiencia. Esto quiere decir que para conocer algo, siempre es necesario haberlo experimentado de algún modo.

Mediante los grados descritos en la sesión anterior se evalúan de alguna manera los conocimientos adquiridos por cada uno de nosotros, teniendo en cuenta así una visión global de las experiencias de cada uno, y de la distancia a la que nos hallamos de la verdad. Esta clasificación no se limita a nuestra religión. Todo lo contrario, cualquiera puede progresar en nuestro árbol del conocimiento, aunque es difícil encontrar miembros de otros cultos dispuestos a hacerlo.

Corresponde en última instancia a nuestra comunidad el evaluar estos conocimientos personales y otorgar el rango correspondiente. Normalmente se precisa de una prueba que muestre la iniciativa de aquél que desee ascender en el árbol, que más adelante comentaremos."

Terminada la reflexión guardó la Carta Magna y se dispuso a responder las dudas y consultas de los presentes. Tras un buen rato charlando, procedió a terminar la celebración.

"Hoy hemos visto cómo funciona la progresión esotérica, lo cual espero os ayude a continuar vuestro camino hacia el conocimiento. para ello os invito a recitar nuestro credo

Creo en Hashem, creador de la Naturaleza
Creador de sí mismo, siempre presente en la Naturaleza
Eterno, ni benévolo ni malvado.

Creo en el Hombre Libre
Quien revela el camino hacia el Saber
A través de la existencia y el pensamiento.

Creo en la condición mortal de la humanidad,
siguiendo el camino hacia Tov,
que nos lleva directamente hacia Ra.

Creo en el poder supremo de la vida.
El cuerpo y el espíritu del Hombre,
eternamente inseparables.
Así como que el Hombre es fruto de lo que le rodea,
buscando mejorar mediante la comprensión del entorno.

Creo en la Verdad Perfecta,
en la Unión de los Spinozitas.
y en los juicios del Sanedrín.

Creo en la presencia de Hashem siendo uno con la Naturaleza,
Afirmo nuestra unión eterna con el siendo, como somos, su creación predilecta."

Dicho esto, dedicó tiempo a conversar sobre las inquietudes de los presentes y se despidió personalmente de ellos, invitándoles a visitar la comunidad.

Hacía varias semanas que Archibaldo no había podido oficiar ninguna ceremonia con sus compañeros Spinozistas, en parte debido a sus labores como alcalde y consejero. Por ello, decidió comenzar a preparar algo especial para la celebración de la primera semana de Septiembre.

Debía tenerlo todo en orden con bastante antelación, ya que no estaba seguro de cómo lo llevaría a cabo ni de si le sería posible hacerlo sin desatender sus labores diarias. Para ello fue al mercado a buscar algunas alfombras y cojines que le pudiesen ser útiles.

Tal como había informado previamente, aquel Sábado Archibaldo se había propuesto realizar una ceremonia diferente. Para ello pensaba ir con sus Hermanos a un claro del bosque, donde poder estudiar la Naturaleza. Llevaba varias semanas trabajando en esa idea y esperaba que todo saliese tal y como tenía planeado. Para ello había buscado una zona tranquila del bosque, donde no fuesen molestados.

Así, conforme fueron llegando sus compañeros los fue saludando, y una vez estuvieron todos, se dispusieron a partir hacia el lugar que había pensado, cargados con las alfombras y cojines, que les servirían para estar más relajados, así como con alguno de los libros sagrados.

Al llegar a aquel claro lo dispusieron todo de forma que parecía que se encontraban en una pequeña aljama improvisada, tal como solía hacerse en casa de Archibaldo, con todo situado próximo a una alfombra central, donde se situaría el Maestro.

Por ello, una vez todo estuvo preparado, Archibaldo tomó la Carta Magna y se dirigió a ellos

"Shalom hermanos, hoy estamos aquí, en plena Naturaleza, con el fin de estar en relación con Hashem de una forma diferente a la que estamos acostumbrados, la cual es más profunda que la habitual. Para comenzar con buen pie la celebración os invito a recitar la llamada a la meditación

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él.

Dios que estás en mí y fuera de mí
¿Cómo podría yo dudar de ti?
No hay lugar a donde yo pueda marchar
Sin ver allí tu cara celestial, sin saber
Que yo soy lo que Dios escucha, lo que Dios ve.
A lo largo de la cosechas de mi vida
Yo soy el labrador, soy la semilla
Yo soy el Ser Divino que germina, formo parte de Él.

En el día de hoy profundizaremos en los dos primeros rangos esotéricos de nuestra religión."

Dicho esto, abrió la Carta Magna por el capítulo 1, donde se hacía referencia a los cargos esotéricos y continuó

"Para nuestra comunidad, alguien que no sabe, ni desea saber, nada del mundo que nos rodea, incluido su propio ser, recibe el Nombre de Ignorante, o Hazak. Para continuar con su progresión en la vía esotérica únicamente ha de buscar su propia identidad espiritual, empezar a hacerse preguntas.

Una vez se ha buscado la propia identidad, uno se da cuenta que está limitado, encadenado por las barreras del conocimiento. Para superar estas barreras ha de buscar el conocimiento que le libre de ellas, y comunicar a un miembro superior de la escuela su interés en la progresión.

Por ello es que hoy os he traído aquí, para que, como el sumiso, tratéis de indagar en las cosas que suceden a nuestro alrededor, las cuales quedan fuera de nuestro conocimiento, y las tratéis de comprender."

Al terminar de hablar, dejó a sus Hermanos investigar sobre el lugar en el que se encontraban, y las cosas que les rodeaban, animándoles a buscar explicaciones para aquello que sucedía. Explicaciones que más tarde pondrían en común. Tras esa gran pausa, procedió a terminar la celebración.

"Espero que esta visita al bosque os haya servido para comprender mejor los primeros pasos en nuestra religión, con el fin de que pronto más gente los siga. Para consolidar lo aprendido hoy recitamos juntos nuestro credo

Creo en Hashem, creador de la Naturaleza
Creador de sí mismo, siempre presente en la Naturaleza
Eterno, ni benévolo ni malvado.

Creo en el Hombre Libre
Quien revela el camino hacia el Saber
A través de la existencia y el pensamiento.

Creo en la condición mortal de la humanidad,
siguiendo el camino hacia Tov,
que nos lleva directamente hacia Ra.

Creo en el poder supremo de la vida.
El cuerpo y el espíritu del Hombre,
eternamente inseparables.
Así como que el Hombre es fruto de lo que le rodea,
buscando mejorar mediante la comprensión del entorno.

Creo en la Verdad Perfecta,
en la Unión de los Spinozitas.
y en los juicios del Sanedrín.

Creo en la presencia de Hashem siendo uno con la Naturaleza,
Afirmo nuestra unión eterna con el siendo, como somos, su creación predilecta."

Al terminar de recitar el creo, se dispuso a recoger las cosas que habían traído, y pidió ayuda para llevarlas de nuevo al pueblo. Una vez de vuelta, se despidió de los allí presentes y les invitó a visitar la comunidad.

Despertó en la habitación de la posada que habían decidido tomar para recuperarse del largo viaje. Fueron jornadas largas a los lomos del frisón que cabalgaba con elegancia a través del itinerario que conectaba Zaragoza y Xàtiva, sumando el dormir ligero que adquiría prestar completa atención a los asaltantes. Una vez que se desperezo sentada al borde de la cama, comprobó que estaba sola en la habitación. La cama continua estaba desocupada, lo cual supuso que su compañero ya había salido sin siquiera hacer ruido para no despertarla.

Se percató de su sonrisa ante el detalle cuando visualizo su reflejo en el cuenco que contaba con agua fresca. Se lavó el rostro, humedeció un paño y refresco en una meticulosa tarea todo su cuerpo, aprovechando el rato de privacidad. Trenzó su cabello y portando una muda de ropa limpia, salió de la habitación para bajar a la taberna, donde se encontró con el joven Astur entretenido con un platillo autóctono y conversando de forma amena con el tabernero. Ella, con un rápido movimiento le quito la manzana que estaba acompañando el plato y le dio sólo un mordisco para luego devolverla a su sitio.

-Marcho ahora, iré a visitar a un amigo. Antes de que anochezca volveré por acá y espero encontrarte, ¿sí?

Algo fugaz pero con el sabor de la dulzura de una rutina fue el beso en la mejilla con el cual se despidió la Barceló y salió. Era pasando a la Sexta y lo más probable de encontrarse a un Archibaldo descansando de las quehaceres que demandaba la alcaldía, o al menos eso creía. De ultima se iría a pasear por la villa o el bosque, nunca estaba de más.
Se acercó a la dirección que previamente cada cual Spinozista había acercado en las reuniones privadas, en especial la del circulo Valenciano debido a que su fuero no permitía otra religión que no sea la Aristotélica como el sentido lógico dictaba. Sin embargo, esperaba que esa premisa no implicara obstáculo alguno para el Setabense. Golpeó la puerta, en un acto de reflejo miro por encima de su hombro a la espera de una travesura de sus cuervos Hugin y Munin, hasta que recordó que se habían quedado con Hazel en Zaragoza.

Unos inesperados golpes el la puerta despertaron a Archibaldo de su sueño. Este atisbó a ver que ya había luz en las calle, por lo que no le pareció extraño que algún vecino fuese buscándole, al fin y al cabo era el alcalde.

Rápidamente se puso en pie y se adecentó, vistiéndose con las primeras ropas que vio en su Arcón. Debía estar preparado para partir en caso de que la situación así lo requiriese. No dejaba de preguntarse quién sería, ya que en todo su mandato contadas habían sido las ocasiones en que alguien se dirigía a él tan temprano. Podrían ser buenas noticias, como una visita de Su Majestad a la villa, o por el contrario la alcaldía podría estar comprometida, o peor aún alguien podría haber descubierto sus "reuniones".

Sea como fuere debía abrir la puerta de su casa, o quién estuviese al otro lado se impacientaría, y eso sí que no podía permitirlo. Ya habían pasado varios minutos, y temía haber tardado demasiado. Se colocó detrás de la puerta, y fue abriéndola lentamente, dejando ver a una Joven que cada vez le resultaba más familiar. Finalmente la reconoció, no sin gran asombro. Se trataba de su amiga y compañera espiritual Anna.

"Oh, sois vos, Anna,- Archi no daba crédito a lo que veía- qué alegría me trae veros por aquí,- se acercó a abrazarla, recuperado del impacto inicial- decidme,¿qué os trae por nuestra villa?- dijo mientras la invitaba a pasar con la mano

Por suerte para él esta inesperada visita le sacaría de su rutina, al menos por un tiempo, lo cual ya agradecería más tarde.

Ella no pudo evitar reírse, siendo así más que nada una de esas risas de la más inmensa felicidad de volver a ver a su viejo amigo. La ultima vez que se habían cruzado fue cuando viajaron hacía Calatayud para debatir sobre el decálogo, y ya después, cada quién bajo el rango de Admor Gadol de sus respectivos reinos, emprendieron sus caminos espirituales. Claro que, Anna últimamente al ocuparse más en sus asuntos, había dejado de lado la rama espiritual que tanto le picaba en ese momento. Necesitaba, sin dilatación alguna, un cable a tierra nada más afable que intercambiar experiencias con el Setabense. Ingreso al hogar de él y mientras él cerraba la puerta, Anna observaba con sumo detalle la disposición de la vivienda.

-¡Estimado amigo! Disculpa que haya aparecido así sin avisar previamente así sea con una misiva, pero ha sido todo tan de imprevisto, que cuando quise darme cuenta, era más rentable que apareciese yo a mandar un mensajero. -volvió a reírse a medida que merodeaba por la sala y se percató enseguida que no había respondido a su pregunta. Tomo aire y le miro, esta vez con una expresión de serenidad.-He venido principalmente a cambiar un poco los vientos. Si bien allí en Zaragoza se esta más que excelente, me hacía falta respirar nuevos aires ya que me provocaba sofoco estar tanto tiempo en un mismo lugar. Más allá que sea mi residencia y que no la cambiaré por nada, hace falta tomar distancia para apreciar mejor las cosas desde otra mirada.

Hizo una breve pausa y con cierto cuidado, le preguntó antes de continuar.

-¿Tienes algo para beber?

Una vez dentro de la casa, Archibaldo se percató de cómo su amiga analizaba con su vista la composición de su hogar, lo cual, como era habitual en él por su afán de comprender las cosas, le intrigó, sin darle mayor importancia, pues sabía de la gran curiosidad de su compañera.

Escuchó atentamente lo que Anna decía, asintiendo con la cabeza en señal de comprensión a la explicación que esta daba a su presencia en la villa. Entendía totalmente la necesidad de cambiar de vientos de la que ella hablaba. Siempre venía bien un descanso para retomar los quehaceres diarios con una nueva visión.

-"¿Tienes algo para beber?" -Dijo su amiga tras haber respondido a su anterior pregunta.

Archibaldo meditó unos instantes antes de responder.

-"Por supuesto, ¿qué deseas? Puedo ofrecerte agua de los pozos setabenses, quizá no tan fresca como cuando salió de allí,- dijo señalando un botijo que descansaba en el suelo mientras se dirigía hacia un mueble bajo de madera- ¿quizá algo de vino tarraconense? aunque quizá sea algo temprano para esto.- paró un momento y se alejó del mueble, volviendo a dirigir su mirada hacia ella antes de continuar- Mejor podría preparar una infusión de hiervas o chufa, o si lo deseas podría ir a buscar cualquier cosa que necesites a la taberna. Seguro que allí hay de aquello que gustes. ¿Qué te parece?"

Esperó frente a ella que le diese una respuesta.

Sonrió cuando termino de escuchar atentamente las propuestas de su amigo, para luego quedar meditando por un breve lapso de tiempo. Si bien ella poseía cierta debilidad a los vinos, prefirió guardar esas ansias de beber para cuando vuelva a la taberna.

-Con una infusión de chufa me parece más que ideal. -contestó con suavidad, a medida que iba adentrándose más a la morada. En realidad, buscaba algún indició de que allí efectivamente se llevaba adelante la ceremonia.

Dejando de lado su curiosidad, se volvió hacía él, esta vez saltando con una pregunta quizás un poco fuera de contexto, pero asimilaba que allí se podía conversar tranquilamente sobre el propio Spinozismo.

-Tengo una leve inquietud, para qué engañarnos, y prefería también aprovechar la ocasión para evacuar la duda en presencia así sea de dos Admores, tal cual hicimos en Calatayud. Aparte, no sé donde puedo localizar a la hermana Fabiola, lo último que se de ella es que se encuentra encima de un barco, y a Benjamin quizás lo visite más adelante. Nos pisa los talones el Año Nuevo y aún necesitamos así sea celebrar el Primotexto para nuestra iniciación. Más allá que tenga algo mínimo preparado, quisiera que pudiéramos así sea intercambiar breves reseñas tanto del tuyo como del mio. ¿Te parece?

Dejó la pregunta en el aire, era una realidad que le inquietaba preparar la ceremonia principalmente si sus textos eran aprobados por la comunidad. En ese breve silencio, se escuchaba a lo lejos la apacigua calma de Hashem quién nunca descansaba ni dormía. Eran esos detalles que hacían sentir a la Barceló en su hogar en cualquier lugar donde estuviese.